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Viernes, 12 de febrero de 2016
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MUSICA La Orquesta El Mejunje actuará en el Festival de Baradero

Tras los pasos de los grandes

Buscando reflejarse en las formaciones históricas del tango,
y con un carácter cooperativo, la joven agrupación será la
única propuesta santafesina en el encuentro que hoy comienza.

Por Edgardo Pérez Castillo
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La Orquesta El Mejunje que lidera el bandoneonista Mariano Asato (parado a la derecha)

La primer lectura del azar fue tan poco alentadora como desatinada por parte de los miembros de la Orquesta El Mejunje, que entendieron como una mala señal al número 64 con que concursarían en la final del Pre Baradero. "Buscamos qué significaba el 64 en la quiniela y vimos que era el llanto. Eran las diez de la noche del lunes y recién después de un rato pensamos que a lo mejor las lágrimas podían ser de alegría", narra Mariano Asato, el bandoneonista y conductor de la joven agrupación que, media hora después de las 3 de la mañana, entró a camarines para darle un repaso final a su presentación. Y fue poco antes de las 6 del pasado martes cuando el grupo rosarino escuchó el veredicto que los colocaba como parte de la programación central del festival que entre hoy y el domingo se desarrollará en la localidad bonaerense. Al cierre de esta edición, la banda aguardaba la información sobre qué lugar ocuparían en la grilla oficial.

Premiado como Conjunto instrumental, El Mejunje llegará al festival de música popular como único representante santafesino. Sin embargo, el motivo central de orgullo para el grupo no es tanto esa solitaria representación, sino el camino recorrido hasta aquí: desde su formación en 2013 como resultado del Taller de Tango creado por Asato y Cristián Cortés en el Instituto Superior del Profesorado de Música municipal hasta su actual formación de septeto y cantante --Ariela Nardi, Luna Picco Ramos y Yamile Salman en violines; Carla Manestar en Viola, David Hernández y Asato en bandoneones; Victoria Aiello y Sebastián Lannoo en piano, Jeremias Serpi en contrabajo y Juan Luis Mur en voz--, la orquesta se mantuvo firme en sus objetivos de desarrollarse como una cooperativa conformada por trabajadores de la cultura. "Esta orquesta intenta representar al músico como un trabajador. Eso lo hablamos mucho, y creo que es lo que nos llevó a emocionarnos tanto cuando recibimos el premio. Entre tantas que uno lucha, al fin nos salió una", resume Asato.

Por otra parte, según reconoce el conductor, el mérito de esta coronación se revaloriza al repasar las particularidades que fueron marcando al proyecto. "Cuando con Cristián empezamos a armar la orquesta tomamos como referencia la experiencia de haber participado de la Orquesta Escuela municipal, pero además a partir de pensar un poco cómo se iban armando los músicos en otras épocas, en las orquestas típicas. A lo mejor aprendían con el maestro del barrio y tenían la posibilidad de entrar como cuarto bandoneón, como quinto violín, y se empezaban a desarrollar como trabajadores de la música. Me parecía importante que desde la misma institución se pudiera abrir hacia éso, porque hay algo que pasa en las instituciones públicas, donde forman profesionales, sobre todo en la música, pero sin brindar la posibilidad de desarrollar por fuera lo que uno va aprendiendo", explica el bandoneonista.

Y amplía: "Buscamos recrear el recorrido de una orquesta profesional. Cuando armamos el taller la idea era que todos los chicos que entraran no tuvieran experiencia previa con el tango, entonces eso es doblemente valorable. Hace dos años algunos chicos no sabían lo que era una síncopa o un arrastre. Con el tiempo fueron cambiando algunos músicos y lo que empezó a pasar es que cuando llegamos a esta formación estable yo empecé a acompañar las ganas del grupo. Así, en julio de 2015 hicimos una gira por Uruguay, algo que se les ocurrió a ellos y significó salir a vivir esta experiencia de transitar el oficio de la música. Para septiembre ya teníamos un repertorio grande y en noviembre a una de las chicas se le ocurrió anotarnos en el Pre Baradero".

Sin mayores expectativas que las de sumar experiencia en un certamen competitivo, El Mejunje fue atravesando etapas y explorando las devoluciones para perfeccionarse. "Decidimos formarnos a partir de que nos iba diciendo el jurado. Si fallábamos en algo, buscábamos a algún músico que nos gustara lo que hacía y con el dinero que ahorramos como cooperativa le pagábamos una clase como profesor particular. Así fuimos pasando etapas y realmente, como director, lo que pasó el lunes fue maravilloso. Fue una cosa mágica", se emociona Asato, conductor de una orquesta que se proyecta a futuro espejándose en los mejores ejemplos del pasado.

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