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Domingo, 15 de mayo de 2016
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Alimañas Teatro reestrena Vittorino Pacheco, en La Sonrisa de Beckett.

El retorno de una comedia trágica

La obra dirigida por María Victoria Toloza aborda el amor y el desencuentro de dos personajes singulares y algo perversos que no pueden acabar en un final feliz ni eludir lo que el destino les depara aunque lo intenten y se rían de sí mismos.

Por Julio Cejas
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"Hicimos una tragedia con ribetes cómicos", definieron los miembros del grupo Alimañas Teatro.

Vittorino Pacheco, una de las obras teatrales rosarinas más representadas por diferentes elencos locales, retorna este año con una nueva versión, dirigida por María Victoria Toloza, todos los sábados de mayo y junio a las 21 en La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051).

La obra escrita por Gustavo Di Pinto y David Anica fue estrenada por el grupo Esse Est Percipi en el 2000; a partir de allí fue versionada por el mismo elenco y, desde ese momento, distintos grupos se apropiaron de un texto que ha generado diferentes puestas en escena.

En esta oportunidad el grupo local "Alimañas Teatro" vuelve a reestrenarla con las actuaciones de Bruno Tassi, Vanina Piccoli y Jorge Martínez.

"Vittorino Pacheco trata sobre el amor entre dos personas muy particulares, con ribetes tragicómicos, ingenuos y un poco perversos, o sea, entre dos personajes realmente"- afirma la directora María Victoria Toloza, y destaca la teatralidad del conflicto que propone la escritura dramática de la dupla Di Pinto-Anica.

--¿Porqué Vittorino Pacheco?, preguntó Rosario/12.

--Conocimos la obra en la Escuela Provincial de Teatro y Títeres, en medio de una variada lectura de diferentes autores rosarinos que nos pedía una materia; a partir de allí no pudimos salir de la energía que emanaba el texto y decidimos llevarla adelante, cargados del simbolismo de palabras claves como amor y muerte, nos embarcamos así de llenitos, en la mirada personal del grupo.-dijo a la joven directora.

El grupo no conocía al autor y, a partir de un primer acercamiento, se potenció el deseo de poner en escena una obra de la cual no querían tener datos de las versiones anteriores para poder "dejarse llevar por lo que les resonaba de ese texto", según dijeron a este diario.

"A la hora de ensayar elegimos La Morada, lugar donde nos sentíamos cómodos para dejar libres nuestras propuestas, y el imaginario de aquel lugar nos llevó a conocer más de cerca a todo el grupo de la sala y al dramaturgo, ahora ya un confidente del grupo, que nos escuchaba pero no veía qué era lo que estábamos preparando", reveló Toloza.

Según Alimañas teatro, la obra "es un viaje al interior de una historia compleja, hilada por una trama de desencuentros y desentendimientos que nunca podrían acabar en un final feliz; aunque estos personajes intentan reírse de sus propias desgracias y deshacer los que el destino les tiene preparado".

A lo largo de este proceso el grupo va integrando nuevos participantes que se anexan a la pareja protagónica, encarnada por Bruno Tassi y Vanina Piccoli, como es el caso de Jorge Martínez en su doble rol de músico y actor, en un personaje que no aparecía en el texto original, y el aporte de Inés Linares en la asistencia en dirección.

"Después de un año y medio de ensayos; llegó el día del estreno y la invitación especial a uno de los creadores de esto que tanto tiempo con alegría nos hizo transpirar el cuerpo y marear la cabeza. A finalizar la función, lo bombardeamos de preguntas que nos guardábamos entre nosotros y surgieron las risas que hasta el día de hoy regalamos a los autores, tanto Anica como Di Pinto, por lo que nos genera este texto tan lleno de magia", valoró.

--¿Qué disparadores los acercaron a ese mundo tan particular de Vittorino Pacheco?

--Al principio, lo que nos movilizó es la musicalidad del texto, el absurdo al que invitan sus juegos de palabras, lo onírico que sugiere para la puesta en escena y, por sobre todo, el amor inocente y perverso.

A la hora de establecer comparaciones con la versión original, Toloza destaca en aquella puesta histórica la tendencia a intervenir la comedia con ribetes trágicos, a diferencia de esta nueva lectura del texto.

"Nosotros los hicimos exactamente a la inversa, hicimos una tragedia con ribetes cómicos; esa también es una de las cualidades del texto, que puede ser trabajado desde diferentes ópticas", concluyó Toloza.

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