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Martes, 7 de junio de 2016
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Sandra Russo en Rosario

Sobre lo femenino

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Sandra Russo (foto) presenta su último libro, Lo femenino, esta tarde, a las 19.30, en el Multiespacio Lúdico La Orden del Tornillo (Salta 2250) y será además una buena ocasión para que sus lectores puedan conversar con ella. Acompañada por Virginia Giacosa y Graciela Kait, la periodista de Página 12, se referirá al libro que lleva como subtítulo Aproximaciones a las mujeres como enigma. "Encontré esa bajada para anclar los cinco ensayos y el cuento que son bastantes distintos entre sí. Y creo que engloba bien porque todo bucea algo de lo enigmático femenino. Me parece que eso encaja con la idea, la pregunta general de qué es lo femenino, dónde reside en cada mujer", explica la periodista, autora también de los libros La presidenta, historia de una vida, sobre Cristina Fernández de Kirchner y Jallalla, la Tupac Amaru, utopía en construcción, sobre la organización que lidera Milagro Sala en Jujuy.

El libro toma análisis feministas. "La perspectiva que más me interesa de poder trabajar sobre el patriarcado con la idea de que es un sistema de dominación que en este momento histórico encarna lo más bestial del capitalismo y que en realidad es un sistema de castración también de varones, que es una máquina de producir infelicidad", dice Russo.

En uno de los capítulos, hace un contrapunto entre Angela Merkel y Cristina Fernández de Kirchner a partir del tratamiento que le dieron los medios a un encuentro bilateral que tuvieron en Berlín, en 2010. "Trabajo sobre los íconos de la feminidad de esas dos mujeres tan distintas. Hay unos zapatos de taco bajo y sucios de Merkel y están los zapatos de taco alto y charol que son los de Cristina. Pero lo que le pone contenido es la mirada, en este caso la mirada de los grandes medios", expresó Russo sobre este ensayo, que es el tercero. "El sexismo es usado por la derecha, ya que no importa si una mujer es coqueta o no, si se maquilla o no, si se viste bien o mal, en relación a su propia feminidad, sino -si se trata de mujeres de poder- a las políticas que aplica. Un zapato bajo o sucio hubiera podido denotar dejadez, y sin embargo en Merkel era leído como contracción al trabajo. En realidad, la frivolidad de las mujeres a la cultura de masas y al poder en sí mismo no le molesta. Es una absoluta hipocresía que desde la cultura de masas se cuestione la frivolidad de una mujer con poder cuando lo único que hacen es exaltar la frivolidad de las mujeres todo el tiempo", consideró.

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