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El espectro de Antígona retorna a la cartelera rosarina, partir de una nueva versión de la clásica Antígona Vélez, de Leopoldo Marechal; propuesta del debutante Bondi-Colectivo Teatral, primer grupo de estudio y montaje de la Escuela de Actores de La Comedia de Hacer Arte.
La rigurosidad de esta propuesta que se estrenó en junio de este año y se puede ver todos los domingos a las 20.30 en La Sonrisa de Beckett (Entre Ríos 1051) justifica la metodología pedagógica de un colectivo teatral pronto a cumplir sus veinte años.
"El año que viene cumpliremos veinte años de labor ininterrumpida, en los que permanecimos juntos, eligiéndonos, entrenando y perfeccionándonos, viviendo de nuestras obras de teatro; sostén de nuestro oficio y de nuestras familias" -dijo a Rosario/12 Cielo Pignatta, que junto a Hernán Peña coordinaron y dirigieron este primer trabajo, protagonizado por un numeroso grupo de alumnos con diferentes experiencias y trayectorias.
Dannae Abdalla, Angie Ambrogi, Karina Ayerza, Claudio Benítez, Gisela Bernardini, Hilda Bryndum, Lucas De Vincenti, Daniel Feliu, Facundo Fernández, Julia Castillo, Verónica Leal, Julia Logiódice, Vicky Olgado, María Eugenia Perasso, Franco Perozzi, José Pierini, Ebelyn Rita, Nicolás Terzaghi, Mónica Toquero, Marita Vitta y Natalia Zatta, son los responsables de ponerle el cuerpo a esta versión de Antígona Vélez.
Desde su formación, La Comedia de hacer Arte, se interesó por el tema de la formación y la profesionalización de los actores y actrices, indagando en los elementos que componen la teatralidad.
"Desde fines de los 90 hemos organizado pequeños eventos pedagógicos pero recién en el año 2013 comenzamos a pensar en la idea de sistematizar nuestra experiencia pedagógica y acercarnos a un viejo proyecto: la usina de grupos; el trabajo colectivo fue siempre un motor dentro de nuestra compañía, incluso en los espectáculos en los que actúa una solo persona", dijo Hernán Peña.
Al abordar el tema de la tragedia ,la dupla Pignatta-Peña, elige una representación coral de la Antígona de Marechal, poniendo en escena la idea de "una Antígona que fueran todas".
"La puesta se trabajó a partir de la idea de conjunto, el conjunto como protagonista; es así que se creó un mecanismo escénico en el cual todos los actores están todo el tiempo en escena; el pueblo escucha, se rebela, se somete, canta o grita, pero siempre presente, siempre juntos, aunque se armen bandos, como hombres y mujeres, o los de afuera y los de adentro, o los Vélez y el pueblo", dice Peña.
Según esta visión, Leopoldo Marechal recrea con densidad poética el antiguo mito griego de Antígona; situando la tragedia en la pampa argentina, durante la segunda mitad del siglo XIX, cuando en la frontera sur, indios y blancos disputaban el derecho al territorio.
"En la puesta, se pasa de un cortejo fúnebre, a un campo regado de cadáveres, o una pradera con un gran árbol, el campo de batalla, el bosque donde están las brujas; los cuerpos se transforman en objetos que observan; todo parece tener vida y la tiene, nadie, nunca está realmente solo en la casa de los Vélez".-argumenta la docente y directora Cielo Pignatta.
-¿Qué se propone a nivel de formación, la Escuela de Actores?
-En la escuela, proponemos distintos caminos a los que llamamos experiencias: es un conjunto de propuestas, independientes pero correlativas, que profundizan en las distintas herramientas que poseen los actores y actrices para hacer más eficiente su trabajo, expandiendo sus registros de actuación, expresividad y creatividad, generando la idea del actor autónomo -dijo Peña.
En esta versión del texto de Marechal, el grupo apuesta a reivindicar el rol de la mujer en las luchas populares por la dignidad de todo el género.
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