El tradicional piso de baldosas hidráulicas, que arma una geometrÃa de planos ocres y grises, dialoga con las obras de artistas modernos y contemporáneos rosarinos por las que Diego Obligado GalerÃa de Arte sigue apostando en su nuevo local (Güemes 2255). AllÃ, en una amplia trastienda donde se continúa la muestra de la sala a la calle, el curador Leandro Comba ofrece un mate y se asombra del crecimiento del proyecto, como si en vez del resultado de un trabajo coherente y sostenido hubiera una planta bien nutrida que pedÃa una maceta mayor.
La ampliación se extiende en varias direcciones. Además de su horario normal de martes a viernes de 16.30 a 20, hoy es la Noche de GalerÃas de la duodécima Semana del Arte Rosario y la galerÃa Diego Obligado estará abierta de 19 a 23, al igual que sus pares. Y el jueves a las 19, en el Museo Castagnino (Oroño y Pellegrini), la nueva editorial de la galerÃa presenta su segundo tÃtulo: un libro sobre el pintor Anselmo Piccoli, con investigación y textos de Cristina Rossi. Titulado Avatares de la forma. Anselmo Piccoli de la figuración a la abstracción, se presenta para la Semana del Arte. Ediciones Diego Obligado, GalerÃa de Arte se estrenó con Temporal, libro de obra fotográfica de Laura Glusman (ver aparte).
El nuevo espacio se inauguró el 26 de agosto con una exposición de dibujos en tinta del pintor y grabador Juan Grela (1914 1992), que muestra un costado experimental: un perÃodo de transición y riesgo en la obra del artista argentino. "Era el momento para ingresar Grela a la galerÃa", rememora Comba. "¿Qué de Grela?", se preguntó entonces.
La respuesta es este Grela "inédito (o casi) y no muy seguro", como comenta Comba. "Es muy interesante meterse en intersticios más misteriosos de artistas consagrados como Juan Grela, Anselmo Piccoli, Mele Bruniard o Eduardo Serón", enumera, recapitulando otras muestras de la galerÃa que dieron a conocer obras más libres de estereotipos.
Grela hizo estos dibujos entre 1957 y 1961, es decir, entre dos puntos de inflexión en su vida y obra: desde que empezó a distanciarse del grupo Litoral (que abandonarÃa en 1958) hasta que descubrió la sección áurea y abandonó el comunismo, justo antes de cerrar la librerÃa que tenÃa con Aid Herrera para dedicarse de lleno al arte. Además fue un momento del paÃs en el que prevalecÃa la sensación general de un proceso de modernización, alentado por el desarrollismo.
El curador eligió dibujos lineales en tinta sobre la vivienda y la naturaleza en espacios suburbanos o Ãntimos. Las piezas revelan, en la comparación, la lucha del artista por mantenerse fiel al viejo documentalismo de su perÃodo realista (un realismo expresionista y social, influido por la Mutualidad de Artistas Plásticos que Grela y otros integraban junto a Antonio Berni) pero en un lenguaje moderno. Se ve cómo una búsqueda se encamina hasta cristalizarse en un estilo.
La imagen recurrente del árbol ferozmente podado (postal de los barrios de antes) pasa por un proceso de abstracción que atraviesa momentos inestables hasta encontrar la solución en el compás áureo. Es como si modernizar significara ir podando los detalles naturalistas hasta quedarse con el hueso, con lo esencial, con lo mÃnimo legible. Humorada del curador, junto al árbol final cuelga un dibujo de sÃntesis extrema, y de obvia sección áurea: representa un hacha.
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