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Martes, 31 de octubre de 2006
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"EL DIABLO VISTE A LA MODA", DE DAVID FRANKEL

Mundo de maniquíes desmontables

Por Leandro Arteaga

El diablo viste a la moda: 7 puntos

EEUU, 2006

Dirección: David Frankel.

Guión: Aline Brosh McKenna, sobre la novela de Lauren Weisberger.

Música: Theodore Shapiro.

Intérpretes: Meryl Streep, Anne Hathaway, Stanley Tucci, Emily Blunt, Adrian Grenier, Tracie Thoms, Rich Sommer.

Duración: 109 minutos.

Salas: Monumental, Del Siglo, Showcase, Village.

Así como con Mi otro yo ﷓otro de los films en cartel﷓ se produce un acercamiento al mundo artificial de la moda desde un prisma entre cómico e irónico, con El diablo viste a la moda se lleva a cabo un ejercicio similar. Aunque no exista aquí la mirada sutil del film francés, sí nos encontramos con un buen entretenimiento, desenvuelto de pleno desde el corazón de esta gigantesca industria de pasarelas y cuerpos adelgazados.

La excusa la ofrece Andy (la bellísima Anne Hathaway), una joven aprendiz de periodista, de vida sencilla y calzados sin taco alto, que encuentra la posibilidad de trabajar como secretaria de Miranda Priestley (Meryl Streep), responsable de la más importante revista del mundo de la alta costura. Lo que parece ser un contraste de caracteres terminará encontrando un carril común, como consecuencia del afán con el que Andy procurará complacer hasta el más ridículo capricho de esta sádica editora. A partir de ello, el mundo de Andy irá reordenándose de un modo drástico, mientras aprende a vestir de modo elegante, y sus amistades y pareja comienzan a ser progresivamente relegados.

El film no ofrece mucho más, pero entre medio se juegan otras cuestiones. Por un lado las actuaciones: Meryl Streep está magnífica, y compone su personaje desde una máscara imperturbable de desdén, cuyo maquillaje ﷓aunque más no sea por una vez﷓ se descompondrá y dejará entrever algo de la persona que esconde; y además está Stanley Tucci, quien con sus mínimos gestos y posturas hace, de cada una de sus escasas apariciones, un motivo de festejo. También está el contraste de vivencias que entre los personajes se genera, junto con el develamiento de la falsedad que en el mundo de los flashes fotográficos anida.

Mientras el argumento avanza Andy comienza a adelgazar y, junto con su actuar servil, permite que sus sueños verdaderos se cubran de olvido. Lamentablemente, el film ﷓que no escapa a las resoluciones convencionales de Hollywood﷓ permitirá reunir las piezas en su justo lugar, para que nada quede alterado. El diablo viste a la moda aporta una luz en este mundo de muecas de plástico.

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