La Editorial Municipal de Rosario, continuando con un proyecto de publicaci贸n que permite el acceso a la obra de voces fundamentales de la poes铆a de Rosario, ha presentado bajo el t铆tulo de Versos para despejar la mente, una recopilaci贸n de los tres primeros libros editados de poemas de Francisco Gandolfo: Mitos (1968), El sic贸pata (1974) y Poemas joviales (1977).
La singularidad de la obra de Gandolfo, quien fue, adem谩s, fundador, junto con su hijo Elvio, de la m铆tica revista rosarina El lagrimal trifurca (1968-1976), despliega una potencia de proyecci贸n que no s贸lo incumbe a la producci贸n local, sino que se integra en el 谩mbito mayor de la literatura argentina contempor谩nea.
En este sentido, el pr贸logo de Daniel Garc铆a Helder, da cuenta del extenso y rico proceso de constituci贸n de esta po茅tica, y se帽ala que "pudiendo haber pertenecido por edad a las promociones del 40 o del 50, Gandolfo integra plenamente la del 70, como lo indican los a帽os de publicaci贸n de sus primeros libros (68, 74, 77), el per铆odo que dur贸 la revista (68-76) y el comienzo de su actividad como editor de otros poetas a trav茅s de su colecci贸n de libros, plaquetas y cuadernos El B煤ho Encantado, que continu贸 a lo largo de los 80 y hasta los primeros 90".
Francisco Gandolfo -quien cuenta con ocho libros publicados y tres a煤n in茅ditos- naci贸 en Hernando, provincia de C贸rdoba, el 7 de septiembre de 1921, y luego de una serie de desplazamientos geogr谩ficos que incluyeron, entre otros destinos, la ciudad de San Rafael (Mendoza), y tambi茅n Buenos Aires, lleg贸 a Rosario, donde se halla radicado desde 1948. Si bien el inicio de su pr谩ctica po茅tica m谩s especificamente formativa se remite a los tiempos en que cumpl铆a la milicia en San Rafael, a principios de los a帽os 40, el giro estrictamente personal de su producci贸n se configura y afianza, indica Helder, en el proceso de escritura que se inicia con Mitos, contin煤a en El sic贸pata y se consolida con los Poemas joviales.
Sin renegar nunca de lo que 茅l llama, en reiteradas ocasiones, su "vocaci贸n l铆rica" -en 铆ntima relaci贸n con su amor por la m煤sica- Gandolfo asumir谩 una tarea que lo vincular谩 estrechamente con un proceso de renovaci贸n de la poes铆a, en el que jugar谩n un papel significativo los recursos ofrecidos por un registro coloquial de la lengua y la incorporaci贸n de una cierta estructura narrativa en el desarrollo de los poemas; orientado siempre en la direcci贸n de lograr un lenguaje despojado, reconoce una capital importancia a la lectura de Trilce, de Vallejo, que llevara adelante a principios de los a帽os 60, y que, seg煤n expresa el mismo Gandolfo, constituy贸 "la revelaci贸n de c贸mo hay que trabajar y descarnar la palabra". Esta intensa preocupaci贸n formal se entrama con otras constantes de su poes铆a observadas por Helder. Entre ellas se encuentra la inscripci贸n recurrente en su obra de la "instancia autobiogr谩fica", que se vincula claramente con esta afirmaci贸n del poeta, de 1981, en la cual manifiesta: "Las primeras l铆neas que escrib铆 en mi adolescencia (16-17 a帽os) me demostraron que lo que merec铆a ser escrito pod铆a permitir el acceso a regiones ansiadas imposibles de alcanzar f铆sicamente, pero teniendo conciencia de que para llegar hab铆a que poner no s贸lo el esp铆ritu, la inteligencia, sino tambi茅n el cuerpo formando parte de una experiencia total del existente con su sociedad y en sus tres tiempos: pasado, presente y futuro". Las "vivencias" constituyen, por lo tanto, un elemento central de su escritura -parte de ese sustrato material que entra en los versos, en los que se habla de la amistad, el amor, la muerte, la religi贸n, la pol铆tica, la infancia, entre otras cuestiones-, e insiste en que, para desarrollar una potencia de la expresi贸n, hay que manejar estas vivencias "al nivel de la poes铆a". En este sentido, la asunci贸n de un cierto choque entre una esfera m谩s l铆rica de la experiencia y los aspectos concretos y muchas veces opresivos de la vida cotidiana, dan lugar a una indagaci贸n acerca del modo de neutralizar la potencia destructiva de este "choque", e integrar la experiencia en una nueva dimensi贸n, para lo cual Gandolfo apela a lo que el prologuista apunta como el "archi-rasgo" de su producci贸n: "el signo positivo, el humor". La poes铆a permite propiciar un equilibrio en el que la vitalidad se constituye en valor principal frente a la muerte, (de all铆 su "poder terap茅utico"); as铆, el car谩cter humor铆stico y optimista que toma impulso en la obra de Gandolfo, y se realiza plenamente en Poemas joviales, no es sino el producto de una poderosa y seria convicci贸n, la de que "... este es el goce inteligente y primitivo/ de la naturaleza y sus dones/ charlando con humor/ para seguir adelante con m谩s fuerza// porque lo jovial se da/ para favorecer la relaci贸n social/ despejar los problemas de la mente / alegrar el coraz贸n/ y enderezar el espinazo".
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