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Jueves, 25 de enero de 2007
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NUEVO MEDIOMETRAJE DEL ROSARINO MARTIN SANSARRICQ

Una Media Pizza casi a punto

"Es una historia que habla en gran medida de las soledades en las grandes ciudades", adelanta el realizador sobre el film que entra en posproducción. Otro ejemplo de la nueva usina fílmica rosarina

Por Edgardo Pérez Castillo
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A la izquierda, el director Martin Sansarricq junto a la actriz Claudia Simón. A la derecha, el protagonista Fernando Soto. "Los técnicos en Rosario tienen nivel como para trabajar en Buenos Aires", elogia a su equipo de colaboradores el joven realizador.

Como un nuevo ejemplo de la capacidad de producción de los jóvenes realizadores de la ciudad, el director Martín Sansarricq ha comenzado a delinear los últimos pasos de cara a la post-producción de Media pizza, el mediometraje que entre febrero y marzo próximos comenzará a editar para luego apuntarle a su estreno local e iniciar además su participación en diversos festivales. Sin embargo, la entrevista que Sansarricq mantuviera con Rosario/12 va más allá de las cualidades del proyecto que rodara entre agosto y setiembre del 2006, presentándose entonces como un generoso panorama respecto a los talentos que hacen de ésta una ciudad apta para la concreción de proyectos fílmicos a gran escala.

Porque así como la modorra popular suele alterarse con la llegada de grandes producciones como las que pueden llevar a cabo Fito Páez, Rodrigo Grande con su Rosarigasinos o, últimamente, Gustavo Postiglione, son muchos los que trabajan sin grandes luminarias, pero que alimentan a la ciudad de técnicos, productores y, lógicamente, realizadores que hacen de éste un territorio generoso para el desarrollo de proyectos audiovisuales. Entre ellos, Media Pizza representa el primer mediometraje para Martín Sansarricq, quien luego de una serie de cortos realizados en el ámbito universitario, y de participar de diversos rodajes, decidió plasmar un guión de su autoría con la colaboración de viejos compañeros de ruta.

"Hablé con la gente que trabaja conmigo, les comenté el proyecto y me apoyaron. Un poco lo que pasa a este nivel de realización es que vos por ahí estás laburando en un montón de proyectos, le ponés el hombro a otra gente que está trabajando y después ellos trabajan para vos, se da una cuestión de mucha solidaridad de laburo, sobre todo cuando no hay guita para grandes producciones. Cuando hay un viso artístico detrás y el proyecto interesa, la gente, en la medida de lo posible, responde", explicó el director.

De esa manera, una vez reunido un equipo de trabajo --que giró en torno a las participaciones estables de Gabriel Guillaumet (dirección de fotografía), Aldo Iñiguez (producción), Natalia Bernasconi (asistente de producción) y Javier Reinoso (asistente de dirección), y por la dupla protagónica que encarnaron Fernando Soto y Claudia Simón--, Sansarricq terminó de pulir los textos y en agosto de 2006 inició un rodaje que se prolongó por cerca de dos meses, sostenido siempre desde la independencia económica: "En principio estuvimos viendo la posibilidad de conseguir guita, que es bastante complicado. Por más que sea un mediometraje, tiene ciertas aspiraciones, entonces tiene un costo. Pero nos dimos cuenta que nos estábamos empantanando y tirando para atrás el laburo, entonces yo tenía dinero ahorrado y decidimos empezar a trabajar".

Claro que para ello el realizador contó con el respaldo incondicional del equipo de trabajo, algo que le permitió sobrellevar el proyecto: "Los técnicos en Rosario tienen nivel como para trabajar en Buenos Aires, y en el caso particular de este tipo de laburos, no tienen problemas (si el tiempo físico les da y el proyecto les copa) de laburar sin cobrar. Es gente que tranquilamente podría estar trabajando en Buenos Aires, porque tienen un nivel muy alto de formación, pero no obstante si hay una buena química ellos participan de los proyectos con un compromiso y una convicción impresionantes. Y hay una camada de mucha gente que está creciendo mucho en el cine, en el video rosarino, muchísima gente que está haciendo cosas, lo que permite que los que trabajan agarren experiencia. Y de vez en cuando aparecen laburos más o menos grossos donde todos pueden cobrar y donde también se profesionaliza un poco todo aquello que uno hace porque le gusta".

Ya en relación a las cualidades narrativas de su último trabajo, Sansarricq esbozó una sinopsis al detallar: "Es medio difícil de catalogar. Si se quiere es una comedia romántica medio freak, que está en el filón de Embriagados de amor. Transcurre en una ciudad, es una historia urbana bastante terrenal, porque no hay nada que se salga de las cosas mundanas, donde hay un pibe que es escritor pero escribe prospectos médicos, ése es su trabajo. El está muy solo, hasta que un día conoce a una chica, una repartidora de pizza, que le cambia la vida".

"Es una historia que habla en gran medida de las soledades en las grandes ciudades, y la imposibilidad de construir vínculos y relacionarse --profundizó--. Este pibe es sumamente solitario, con su familia, con el trabajo, porque no hay una realidad vincular. Veo que ese es un problema que pasan en las grandes ciudades en los tiempos que corren. Cómo en realidad este vínculo con la pizzera lo saca de esta realidad de imposibilidad de construir relaciones en el tiempo que corre en las grandes ciudades, en la realidad que se vuelve anodina e insustancial cuando no hay posibilidad de juntarse con otras personas. Ese es el alma de la historia, la esencia".

En cuanto a ese acercamiento a la comedia romántica, el director explicó finalmente que, a diferencia de trabajos anteriores, no se realizó cuestionamientos durante la escritura del guión: "Uno cuando escribe a veces se pregunta por qué uno cuenta esa historia. Mis anteriores cortos tenían más que ver con lo fantástico y en algún punto no digo que esté más justificado hacer unas cosas en lugar de otras, pero a uno le pasa, y es válido que le pase, que se pregunte el por qué lo hace. En esta historia nunca me pregunté por qué o para qué la estaba haciendo, siempre me pareció que estaba justificada. No sé si la comedia romántica es algo que me atraiga de antemano, sí puedo decir que lo que estaba buscando era hacer una historia de relaciones, donde había sentimientos humanos que se ponían en juego".

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