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Lunes, 7 de mayo de 2007
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"SPIDERMAN III", LO MEJOR DE LA HISTORIETA EN LA PANTALLA GRANDE

El asombroso y delirante Hombre Araña

Por Leandro Arteaga
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Divertido y rídiculo, así es el hombre araña de Sam Raimi. Hay guiños el lector de comics y el argumento rebosa ingenio.

El Hombre Araña 3 (Spider-Man 3) EE.UU., 2007

Dirección: Sam Raimi.

Guión: Sam Raimi, Ivan Raimi, Alvin Sargent, a partir del comic de Stan Lee y Steve Ditko.

Fotografía: Bill Pope.

Música: Christopher Young.

Montaje: Bob Murawski.

Intérpretes: Tobey Maguire, Kirsten Dunst, James Franco, Thomas Haden Church, Topher Grace, Bryce Dallas Howard.

Duración: 140 minutos.

Salas: Monumental, Del Siglo, Village, Showcase.

Puntaje: 9 (nueve).

Si las anteriores entregas fueron entre buenas y respetables, estamos ahora en terreno conocido para Sam Raimi, el realizador de todas las películas de Spiderman. Sabedor del cine de géneros, cuyo itinerario fílmico abarca temáticas afines con el terror, la fantasía (Diabólico, El ejército de las tinieblas), el western (Rápida y mortal), el thriller (Un plan simple), más una influencia notoria por parte del lenguaje del comic, qué mejor director, entonces, para plasmar la más notable serie de películas con un personaje de historietas de los últimos tiempos.

Spiderman 3 es la mejor de la serie. No sólo por los consabidos guiños y sorpresas para el lector de comics, o por las increíbles peripecias y batallas de las que debe salir airoso el superhéroe, sino porque la construcción argumental rebosa de ingenio, de encanto naif, y de un elaborado enrevesamiento. Veamos.

El problema es Venom (Veneno). Suerte de simbionte extraterrestre, de procedencia no clara, que asimila, exalta y domina, las pasiones y voluntades del sujeto que le sirva de huésped. (Nota inevitable: el personaje es deudor de la paranoia que la ciencia ficción de los '50 supo cultivar, a través de films como El enigma de otro mundo, Los usurpadores de cuerpos, o de novelas como, fundamentalmente, Amos de títeres, de Robert Heinlein). Venom no sólo permite desocultar al Mr. Hyde de Spiderman, sino que también sirve de excusa para explorar todos los demás personajes, desde ese mismo no﷓lugar, desde esa otra cara para la que no se necesita máscara de héroe. En otras palabras, habrá dos fotógrafos que disputen las mejores imágenes de Spiderman (uno cierto, otro falso), así como dos visiones mediáticas (una "objetiva", otra sensacionalista), también dos amores, más la esquizofrenia de Harry Osborn (amigo y enemigo de Parker), y la villanía desesperada y obligada del Hombre de Arena.

De modo tal que Spiderman 3 se envuelve, por momentos, de un delicado desequilibrio, tan grotesco como ambiguo. Lo que permite a Raimi ensayar pasos de comedia (el cameo de Bruce Campbell en el restaurant, actor fetiche de Raimi, es de lo mejor) y de tragedia. Lo que permite que Spiderman se salga, por momentos, de los lugares comunes, y se vuelva un comic filmado. Divertido y ridículo. Una delicia.

Las dudas quedan y los cabos sueltos con ellas. Gwen Stacy, la novia cuya muerte en los comics Parker no ha podido evitar, ha hecho su aparición. Uno de los tantos elementos que habilitan conjeturas y sitúan la saga Spiderman como lo mejor que los comics han conocido en la pantalla grande.

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