Imprimir|Regresar a la nota
Lunes, 9 de julio de 2007
logo rosario
PARA LOS CHICOS EN VACACIONES "TRANSFORMERS" Y "RATATOUILLE"

Por las buenas y por las malas

Por Leandro Arteaga
/fotos/rosario/20070709/notas_o/06B.JPG
Una simpática rata protagoniza Ratatouille

Transformers. EE.UU., 2007

Dirección: Michael Bay.

Guión: Roberto Orci, Alex Kurtzman.

Producción Ejecutiva: Steven Spielberg, Michael Bay.

Intérpretes: Shea LaBeouf, Megan Fox, Josh Duhamel, Tyrese Gibson, Jon Voight, John Turturro.

Duración: 144 minutos.

Puntaje: 3 (tres).

Ratatouille. EE.UU., 2007

Dirección y guión: Brad Bird.

Historia: Brad Bird, Jim Capobianco.

Producción Ejecutiva: John Lasseter, Galyn Susman.

Voces: Patton Oswalt, Ian Holm, Lou Romano, Brian Dennehy, Peter Sohn, Peter O'Toole.

Duración: 110 minutos.

Salas: Monumental, Del Siglo, Village, Showcase.

Puntaje: 9 (nueve).

Para comenzar, más vale que sea por las malas. Por la peor. Transformers. Por favor, qué bodrio. Pero bueno, qué más podría esperarse de un realizador como Michael Bay, integrante indiscutido de esa lista de directores abominables (Roland Emmerich, Zack Snyder, Mel Gibson) que, desde su hacer fílmico, rinden pleitesía a la Norteamérica bélica y libertaria. Más de lo mismo. Otro capítulo en la factoría de títulos marca Bay: Armageddon, Pearl Harbour, Bad Boys.

También porque el film es de una previsibilidad absoluta. Con protagónicos intolerables. Donde predomina el modo de vida de una clase media "teenager" y acomodada que sólo vive para cumplir con el mismo sueño de sus progenitores: tener un primer auto, una primera novia, una futura casa, y todo eso. Entonces aparecen robots que se transforman, que vienen del espacio exterior, y que ponen en peligro todo esto. Y por si fuera poco, la acción inicia en Medio Oriente porque, claro, de dónde más podría venir una amenaza semejante.

Pero, para la calma del espectador, bien valen las palabras del funcional Jon Voight: "A ellos (los marines) no les gusta perder". Y junto con Voight, también está John Turturro, el mismo genial actor de Barton Fink. Como si todo diese lo mismo. Todo por una película de muñequitos de guerra de los años '80, que tuvieron su serie animada (para vender muñecos), que tuvieron historietas (para vender más muñecos), que tienen película (para volver a vender más muñecos). Basta.

Vamos por lo bueno. Cuando se trata de un film Pixar, donde aparece la firma productora de John Lasseter, alguien que nos devuelve una niñez que Spielberg ya perdió, hay promesa de diversión. Y Rataouille es eso y más. Es inteligente. Está bien narrada. Y se anima a meterse con el tema de la alta cocina, en pleno París, pero con una rata como protagonista.

"Cualquiera puede cocinar" ha dicho el difunto Gusteau, chef admirado por este roedor que gusta de modo diferente, y que se distancia de su entorno familiar. Crisis personal de por medio, la rata Remy terminará trabajando, bajo un gorro cocinero, en el alicaído restaurante de Gusteau.

Entonces, la alta cocina y sus críticos terminan por alimentarse con las recetas de una rata. Y la película se vuelve una fiesta de alusiones, entre las que se cruzan referencias a la comida basura, al saber de los críticos especializados, y al sistema gastronómico y comercial en general. Baste observar cuál es el desenlace que la película propone.

Para concluir. En ambas películas hay animación computada. En una prevalece la estupidez belicista y el conservadurismo de Spielberg. Máquinas gigantes. En ellas descansa nuestra seguridad. Bajo su vigía, puede ahora la pareja mirar el crepúsculo y pensar un mañana. En la otra hay habilidad para saber contar, simplemente, una buena historia. Tan buena como un plato de comida bien hecho. No importa por quién. Pero seguramente que nunca por un Transformer, un marine, o uno de esos realizadores burdos y responsables del peor cine. Por eso, y para siempre, que vivan las ratas, las encantadoras ratas.

© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados

Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.