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Domingo, 20 de enero de 2008
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Con ritmo de samba

Por Luis Novaresio
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Desde Rio de Janeiro

Uno: "Señor intendente/ aquí está la gente/la tasa será recibida y así rechazada/Hoy la ciudad clama saber/ a dónde usted se va a esconder". Y la gente canta mucho por las calles. Hay marchas por todos lados. Parece que van a ser muy multitudinarias.

Dos: Para tranquilidad de Miguel, la canción que venís escuchando a cada paso se entona en portugués. La compusieron los jóvenes del movimiento Catumbí de Rio de Janeiro que, anticipándose al carnaval, salieron a las calles de la ciudad bonita para rechazar el aumento de la tasa que cobra la intendencia. El IPTU, impuesto a la propiedad predial y urbana fue aumentado por el actual Prefecto Cesar Maia en hasta un 300 por ciento aduciendo que estaba desactualizado. Como nunca, los habitantes de esta ciudad se unieron en una protesta que amenaza con complicar las finanzas del municipio de manera severa. En realidad, no se trata de una rebelión fiscal directa sino de una modalidad que propone pagar el impuesto en el segundo vencimiento que operará luego de que Maia haya pasado el período de elecciones en noviembre. Los vecinos prefieren perder el descuento, muy importante por cierto, de la primera fecha de pago para evitar que los dineros de la prima hermana de la TGI rosarina vayan a parar a manos del tres veces intendente de Rio. Los vecinos solidarios de Copacabana, en shorts y remera, con ritmo de samba salieron a la calle en caravana ruidosa y las mulatas en bikini convocan a no pagar la IPTU para castigar al funcionario. A ellos se sumaron no sólo los habitantes de la zona sur balnearia, sino los que viven en lugares poco conocidos por los turistas ya que representan el trabajo, la precariedad y la lejanía del dorado pan de azúcar. Maia, que atiende al principal diario del país sólo por mail, porque lo acusa de una campaña en su contra, a lo Cristina de Buenos Aires, dijo que la protesta no servirá porque él tiene en sus manos una victoria a lo pirro.

Tres: Pirro (318﷓272 adC), rey de Epiro desde el 307 al 302 adc y después de unos años, del 279 al 272 adc. Es considerado uno de los mejores generales de su época, pese al fracaso de sus últimas batallas. Durante su reinado aumentó el territorio de Epiro a costa de zonas de Macedonia y Tesalia. En el 281 adc, ayudando a la ciudad de Tarento, tomó parte en dos batallas contra los romanos en la Magna Grecia. Esta ciudad se hallaba en guerra contra Roma y pidió ayuda a Pirro, que acudió en su ayuda, desembarcando con un ejército de 20.000 infantes, 3.000 jinetes y 26 elefantes. Ofreció batalla a los romanos en Heraclea, en la provincia de Lucania, derrotándolos y consiguiendo ganarse a su bando a brutios, lucanos y samnitas. Dos años más tarde volvió a derrotar a los romanos en la batalla de Asculo en la provincia de Apulia perdiendo 7 de cada diez de sus batalladores. Me lo relés. ¿Los soldados son a los ejércitos lo que los contribuyentes a las ciudades? No te sé decir, me contestaste.

Cuatro: Rio de Janeiro explota en belleza. Y, además, es cierto, explota su belleza. Dios debe haberla creado al mismo tiempo que pensó en Eva. No hay otro modo. Los morros son los senos más bellos que se hayan concebido. Mire usted hacia allá, te dice el hombre. ¿Acaso no es el más sublime monte de Venus que usted haya contemplado? Los promontorios que rodean la Lagoa de Freitas son dos piernas que se abren hacia tu mirada. Efectivamente, te siento pensar. Además, sigue el hombre apurando su chop helado, la marea es la fuente del carácter de toda hembra. Retraída de día, alta, capaz de montarlo todo de noche. Dios hizo a la mujer a imagen y semejanza de Rio de Janeiro. No se equivoque, amigo. Vigario debe pisar los 80 años. No hay modo de saberlo. O sí lo hay. Sólo que no tiene sentido. Se lo preguntás. Se ríe. Mucho. Y pide otro chop. No hay bebida que pueda acompañar mejor esta hora que la cerveza, te dice. Son las 3 de la tarde. A la mañana, agua de coco y manga. Limpian y dejan todo tieso en su lugar, usted me entiende. Le entendés, claro. Al mediodía, es vino tinto. Ya habrá escuchado de los antioxidantes. Yo no creo mucho en las investigaciones gringas pero si es para defender el vino, me adhiero hasta el ALCA. Por la tarde, cerveza. Va soltando las piernas. La primera, refresca. La segunda, calma la ansiedad y abre las ganas. Para la tercera, sólo debe pensar en los morros de la Lagoa y elegir a la que quiera. Mírelas pasar, amigo, y sólo elija. La cerveza es su pasaporte seguro a esa mujeres que miran tímidas y se pasean casi desnudas para que el cuerpo las interprete. Y se ríe. Ibas a preguntar otra vez por su edad. Pero él todavía espera hablarte de la noche. Capirinha, amigo. Alienta a los tímidos primero y duerme a los insomnes más tarde. Tengo la edad de mis bebidas. Cuente los vasos que me acompañan y lo sabrá.

Vigario es un poeta antiguo de la vieja Rio de Janeiro. Vieja porque ya no quedan reservas, te dice. Ahora todo es el mercado. Y yo, estoy fuera. Se acoda en un barcito minúsculo de la calle Farme de Amoedo de Ipanema y conversa con los que escuchan. No con todos, te dice Vigario. Con los que tengan orejas que valga la pena y no crean que la cultura se resume en las guías de turismo que venden en los quioscos. Soy el último guerrero de las palabras nacidas en honor a la mera estética, te dice, sin voluntad de utilidad prosaica. Como esa nepalesa que se va a morir llevándose su idioma. Y toma su cerveza número seis. Y justo tenga la misma edad que ella. Se ríe. Su humorada le da mucha risa.

Cinco: Soma Devi está casi ciega, parcialmente sorda y con su salud débil. La internaron en un hospital de Katmandú pero temen por su vida. Los médicos le han pedido a los lingüistas que no la acosen con sus estudios porque podrían anticipar el desenlace fatal. Sucede que Soma es el último eslabón viviente de la lengua Dura, uno de los centenares de idiomas nepaleseses en vías de extinción. La señora Devi es la última parlante del Dura y, con ella, va el acervo lingüístico de una nación entera que residió en el Oeste de Nepal. De sus frágiles 82 años depende toda una manera de decir. Palabras sin utilidad dineraria. Como dice Vigario.

Seis:Rio de Janeiro está en pie de guerra contra un impuesto. Los vecinos dicen que se está favelizando la ciudad más bonita del planeta. El intendente dice que no es verdad que gobierne para las zonas ricas y que todo es política barata en su contra. Desde el Sheraton de la paradisíaca playa de San Conrado miran con desconfianza a la favela que puebla el morro con forma de senos de mujer. Desde la Barra acusan a la más temible de San Germán por aguantar a los asesinos más feroces. Una piba de dos años te pide unas monedas en la Copacabana de prostitutas y fiebre de sexo y vos pensás que la política no es tan distinta en las tierras de la creación de Eva y del río Plata color marrón. Vigario pide estética. Muchos, en muchas partes, apenas dignidad. Aunque exageres, pienso, tenés razón.

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