Tengo una amiga, amiga de una profesora mÃa, mamß de una conocida, abuela de una compañera de mi hija, socia de una ex socia del ex marido de la una ex gerente del ex Banco Ganadero, amiga también del padre del padre de mi actual pareja, es decir su abuelo, pariente de un tal GarcÃa que era vecino del dueño de la verdulerÃa cuyo verdulero habÃa sido proveedor del asesor principal de la feria donde mi tÃa Estela entró a trabajar (después que el capataz de la malherÃa echara al marido y se quedaran todos en Pampa y la vÃa), cuñada de un sobrino casado con la bisnieta de otra amiga que emigró a España con un jefe de policÃa retirado, tÃo polÃtico del hermano de otro vecino que vivió años a dos casitas de mi casa entre la plaza y la comuna frente a lo Boasso y en ochava a la iglesia del cura que vino de Carmen por orden de una conocida del secretario de gobierno que lo trajo cuando se ordenó, y que resultó familiar de una casi familiar de un primo segundo que nunca quise ver porque sabÃa que no tenÃa el apellido verdadero ya que era hijo de mi padre, de una novia que él habÃa andado cuando joven y la dejó embarazada y ella lo quiso tener y el padre de ella lo echó de la casa y nunca mßs lo volvió a ver; amiga también de mi hermana que cuando se enfermó la cuidó con otras amigas del trabajo, compañeras de ruta, entre todas se turnaban de noche junto a esa enfermera que entró después de la que se jubiló y que era la mamß del director del hospital, casado con la secretaria de la sub gerente de la sucursal de la cadena de supermercados de packs de latas de conserva de pescado de mar de sal de hipertensos de argentina de Sudamérica más importante de los últimos tiempos; amiga, muy amiga, muy cercana, amigaza, hermana, como hermana, como mi media hermana, hija de mi mamá que se casó con el cajero de la tienda donde compraba la ropa, que habÃa sido yerno de otro amigo y que se lo presentó en dÃa que mi vieja decidió olvidar a mi padre la noche anterior que un famoso empresario se le declarara y que resultó ser Roberto, un conocido de la infancia quien, enterado de su tortuosa relación, decidió proponerle fiesta a mi vieja por su parecido con una actriz italiana que hacÃa de camarera en una pelÃcula de un polaco no muy bueno, estrenada en pocos paÃses ya que trataba sobre falsas verdades del mayo francés , ese de prohibido prohibir, y que esta amiga mÃa festejó durante toda su vida ya que una prima segunda habÃa participado y era realista y pedÃa lo imposible mientras la madre fregaba casas ya que ambas habÃan emigrado a ParÃs (el de ParÃs Match) en una aventura un tanto fÃsica y un tanto quÃmica; amiga revolucionaria no como ahora que Alfredo de Angelis habla asà todo mal, culta, culturosa, nada de barricadas, no, amiga en lucha que se tuvo que ir finalmente porque los parientes no la dejaban crecer, y aquà estoy recordándola.
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