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Martes, 16 de septiembre de 2008
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Las barreras del silencio

Por Sonia Tessa
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Una sobreviviente, así se define Audre Lorde en su libro Los diarios del cáncer. "Hemos sido socializadas para respetar más el miedo que nuestras propias necesidades de lenguaje y definición y mientras esperamos en silencio por ese lujo final que es el no tener miedo, el peso del silencio nos ahogará", es una de las tantas frases iluminadoras de esta poeta negra, lesbiana y feminista.

Pero el libro es además un lujo para Rosario. Una apuesta fuerte de Hipólita Ediciones, el sello que empujan con todas sus fuerzas las también poetas, lesbianas, feministas Irene Ocampo y Gabriela De Cicco. Ellas viven en Rosario, bien cerca del río, y ponen todo lo que tienen para alumbrar esa aventura. En este caso, la primera traducción íntegra del texto valiente y luminoso de Audre Lorde corrió por cuenta de Gabriela Adelstein, compañera inseparable de los emprendimientos encarados con tracción a sangre.

En Los diarios del cáncer, Audre Lorde menciona en más de una oportunidad a las guerreras amazonas de Dahomey, de quienes se dice que se cortan el pecho derecho para ser mejores arqueras. Y la escritora, que debe someterse a una mastectomía, se sincera: "Aún si llorara durante cien años no podría expresar la pena que siento en este momento, la tristeza de la pérdida".

Audre se define como una guerrera, y también sabe que está sola frente al cáncer, pero no se resigna a esa soledad. Apenas vuelve a su casa, tras la operación, no espera ni siquiera un día para buscar a otras lesbianas y feministas como ella, que hubieran sufrido la misma operación. "Creo que las prótesis socialmente aprobadas son sólo otra forma de mantener a las mujeres con cáncer de mama en silencio, y separadas unas de otras. Por ejemplo, ¿qué ocurriría si un ejército de mujeres con un solo pecho descendiera sobre el Congreso y demandara la prohibición del uso de hormonas carcinogénicas que se almacenan en los tejidos grasos?"

Ese espíritu guerrero, el de las mujeres amazonas, es el mismo que alumbró la editorial feminista. Hipólita fue una reina Amazona, el nombre de la editorial reivindica a aquellas guerreras mitológicas que fueron tratadas como monstruos, como lo han sido durante siglos las lesbianas.

Las distancias históricas y geográficas existen. Audre Lorde nació en Nueva York, en 1934 y murió en 1992. Las Hipólitas son de Rosario, bien contemporáneas. Pero a las tres las une, no tan secretamente, aquello de romper los mandatos. Y el principal mandato, soportar calladas. El miedo y el silencio son los dos grandes temas del libro. Y estos textos no sólo acercan al cáncer, sino a cualquier dolor lacerante, a cualquier pérdida que parezca insoportable. A cualquier vivencia que nos enfrente con nosotras mismas, con la muerte, con los límites.

"No es la diferencia lo que nos inmoviliza, sino el silencio", escribe Audre Lorde. "En la causa del silencio, cada una de nosotras dibuja la cara de su propio miedo: miedo del desprecio, de la censura, a algún juicio, o reconocimiento, de desafío, de aniquilación. Pero sobre todo, creo, tememos la visibilidad misma sin la cual tampoco podemos vivir verdaderamente", dice en la página 14.

El libro es conmovedor, y te lleva de las narices como pidiendo más, más de esas palabras tan profundas, intensas y sobre todo, tan genuinas. Por momentos, se la puede imaginar a Audre Lorde llorando en la habitación de su hospital. La red de amigas que la sostiene tras la operación. El desprecio y el temor a la anestesia. La decisión de ser radicalmente honesta. "¿Cuáles son las palabras que todavía no tenés? ¿Qué necesitás decir? ¿Cuáles son las tiranías que te tragas día a día e intentás hacer tuyas, hasta que te enfermes y mueras de ellas, todavía en silencio?", pregunta la autora, en su proclama contra el silencio. "Podemos sentarnos en nuestros seguros rincones mudas como botellas y aún así no tendremos menos miedo", recuerda.

No fue por falta de miedo, sino por convicción de enfrentarlo, que Irene Ocampo y Gabriela De Cicco decidieron salir al ruedo con su militancia. Primero armaron la Red Informativa de Mujeres de la Argentina, un formidable espacio de encuentro e intercambio entre pares, que trasciende las fronteras. Y después, con afán permanente de hacer, de atravesar los límites, de romper las barreras del silencio, hicieron otras cosas. Desde hace un par de años, una buena parte de la energía creativa está volcada en Hipólita. Los títulos que lograron sacar a la calle ﷓con enorme esfuerzo y espíritu cooperativo﷓ fueron Notas Lesbianas, Reflexiones desde la disidencia sexual, de Valeria Flores y Educación Sexual y Prevención de la Violencia, Seminarios taller de capacitación, de Liliana Pauluzzi. Y también dos textos de poesía. Como mil flores, de Macky Corbalán y Autoficción, de Irene Ocampo.

Justamente, Los diarios del cáncer y Autoficción se presentarán hoy, a las 19.30, en Amigos del Arte (3 de febrero 775). Autoficción es el primer libro de Irene Ocampo, cuyos poemas fueron publicados en distintas antologías y revistas nacionales y latinoamericanas. Nacida en Santa Fe en 1968, pero cabalmente rosarina, Ocampo también considera ﷓como Audre﷓ que sus poemas son los de una sobreviviente. "Intento/ conciliar el torbellino/ con la calma/ digo/ en primera persona y/ pienso/ en otra", es un fragmento de uno de ellos. Otra coincidencia: las palabras de Irene Ocampo, como las de Audre Lorde, exudan una sinceridad radical, la voluntad de decirlo todo. Esas palabras se transforman en bellos poemas.

Esta tarde, cuando el sol se esté escondiendo, convertido en una enorme pelota naranja sobre el horizonte, cuando la luz se haga tenue, será una buena oportunidad para dejarse iluminar por las palabras de esa cofradía de mujeres que ama, lucha y dice sus verdades, enfrentando el miedo.

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