Ha muerto Idea Vilariño. Antes de que la noticia apareciera en los medios, el 28 de abril, recibà un correo del amigo Carlos Quetglas, quien tenÃa contacto con ella y la visitaba.
El 18 de agosto iba a cumplir ochenta y nueve años.
Aunque no soy proclive al donativo exagerado con que se prodigan hoy las valoraciones y las exégesis, no creo equivocarme si digo que se ha apagado una de las voces más originales y auténticamente libres, con un dejo de rebeldÃa y un mucho de la ética de otros tiempos y agrego: que su voz será irrepetible.
MetafÃsica para algunos crÃticos, escéptica para otros, lo cierto es que su poesÃa pasó como una brasa ardiendo sobre el derrengado panorama de la poesÃa de América Latina, muertos ya sus principales referentes. Fue sin lugar a dudas una poesÃa escrita sin concesiones, porque asà era ella.
La conducta de toda su vida fue asÃ.
Escribiere ya sus lúcidos ensayos (sobre Juan Parra del Riego, sobre Julio Herrera y Reissig, o esa certera vivisección: "Conocimiento de DarÃo") o esos pocos poemas que fue desgranando con poca usura, retaceados en sus mismos lectores que la seguÃan con auténtico fervor, porque esas letras se leÃan como si fueran la palabra revelada: "como si no fuese literatura" afirma la crÃtica uruguaya Ana Inés Larre Borges.
En Idea Vilariño se cumplen varios destinos, que es uno; su inclaudicable postura por la libertad adonde fueron incluidos los excluidos de siempre, si se me permite el juego de palabras; la lucha antiimperialista Corea, Vietnam, Argelia la lucha sorda y cotidiana de pelear por un lugar para su condición de mujer en un mundo de hombres, donde sus compañeros de ruta, sus amigos de la "generación del cuarenta y cinco" o de la "generación crÃtica" para otros, le dieron un lugar (merecidÃsimo después de todo). Ellos: Mario Benedetti, Angel Rama, Mario Arregui, Manuel Claps, Emir RodrÃguez Monegal, Carlos Maggi, José Pedro DÃaz, Carlos Real de Azúa. También se los llamó "la generación de los parricidas", o de "Marcha" porque todos publicaron en esa magnÃfica revista que dirigió Carlos Quijano. Hasta que la dictadura uruguaya la clausuró en el año 1974, tras el escándalo del premio otorgado al escritor Nelson Marra y que devino en la cárcel para él, el director de la publicación, el jefe de redacción y el jurado: Mercedes Rein y Juan Carlos Onetti. Se salvó de las rejas Jorge Rufinelli porque se habÃa ausentado del paÃs. Iban acompañando los espacios de poder: al periodismo, la cátedra universitaria y de los Institutos, y desde allà enjuiciaron a la generación anterior por razones literarias y aún polÃticas, encontrando su falta de compromiso, acreditado también por su condición masculina.
Ella fue docente, gremialista en su sindicato, traductora, crÃtica, una estudiosa de la conformación del verso, estudió la tonalidad, la retórica y la métrica.
También se interesó por la copla española anónima y tiene un enjundioso estudio sobre las letras del tango.
Fue, a no dudarlo, una auténtica intelectual de la modernidad que llegó a la vanguardia pero que siempre se reconoció con su deuda con la apuesta del gran Rubén DarÃo y su estudio impecable, profundo y lúcido sobre el nicaragüense pide a gritos su reedición.
Idea Vilariño, de 27 años entonces, escribe un furibundo artÃculo contra la poesÃa que se escribe en ese momento en el RÃo de la Plata, según ella: "una pobre poesÃa provinciana, sin originalidad, sin fuerza, (que) vegeta sin que aparezca para vivificarla ningún poeta verdadero, ningún intenso, ningún nuevo, ningún desesperado, ningún revolucionario. Nadie tiene mensaje. Los mayores no nos sirven de nada, los jóvenes se limitan a registrar sus personales vivencias mezquinas, insulsas, manidas, literarias. Es exactamente la poesÃa correspondiente a este perÃodo tibiamente burgués burocrático y de cultura media". Veintisiete años, la edad en que murió Delmira Agustini. Y ella, Idea, está llena de pasión, que la acompañó toda su vida.
La decisión de militar en polÃtica la lleva en el año 1971 a adherir al Frente Amplio, que terminará con el bipartidismo en la polÃtica uruguaya.
Es la época de sus canciones de su famoso "Cielito Oriental" que cantarán Daniel Viglietti, Alfredo Zitarrosa. En la mejor lÃnea de su compatriota Bartolomé Hidalgo que inventó el "cielito" en 1811. El cielito y la literatura gauchesca.
Irá luego concentrando su poesÃa en tres tÃtulos: "Nocturnos", "Poemas de Amor" y "Pobre mundo". Pero aún irán saliendo sus poemas que se agregan a estas tres lÃneas. En 1981, agregará los poemas del libro "No".
La negatividad, el escepticismo y el hastÃo se verán un poco reivindicados en "Pobre mundo" porque al ser, esos poemas, temáticamente "polÃticos" no puede no abrigar esperanzas frente a un enemigo tan inmenso como es el "imperialismo yanqui".
Aquà aparecerá el tema cubano, el Che. Viajará a Cuba a dar la conferencia sobre métrica y ritmo, sobre DarÃo. Allà le editarán una antologÃa "Nocturnos del pobre amor" donde se reúnen poemas de estos cuatros libros nombrados.
Viajó a España, a México, a Perú, a EEUU y a Alemania, también a ParÃs. En todos esos lugares fue publicando selecciones de sus libros, traducidos en el caso que la lengua del paÃs lo requiera.
Su labor de traductora que junto a su tarea de profesora en los Colegios, Liceos e Institutos de Montevideo la acompañó toda su vida y le permitió engrosar sus ingresos para sumar a la jubilación docente. Tradujo a Shakespeare para Losada de Buenos Aires, y a William Hudson para una editorial montevideana.
Su lucha fue la lucha de una mujer Ãntegra, inteligente y honesta. TodavÃa no somos conscientes de la pérdida que tuvo América entre sus artistas, todavÃa no tomamos conciencia de esta pérdida que nos torna miserables, nos deja a la intemperie porque su grandeza es imposible de reemplazar.
Ella habÃa escrito con esa certeza imborrable: "Un poema es un franco hecho sonorosonidos, timbres, estructuras, ritmos. O no es". DeberÃan leerlo y entenderlo y aplicarlo todos los desvergonzados e ignorantes que pueblan el espectro de la poesÃa que se escribe hoy en estas tierras. Salvo alguna solitaria excepción.
DeberÃan tal vez leer este poema: "que puedo decir/ ya/que no haya sido dicho./ Qué puede decir nadie/que no haya/sido dicho/cantado escrito/antes/ a callar/a callarse".
En algún momento quise tentarla para que participara en el Festival Internacional de PoesÃa que se realiza en nuestra ciudad desde hace quince años.
"Guardo en alguna parte me dice una generosa nota suya aparecida hace tiempo en alguna revista ¿cómo es que no tengo un libro suyo? Lo siento pero no creo que vaya a Rosario ni a ninguna parte.(...) Pero siempre quise ir a Rosario. Todo lo que sé que de allà me gusta. Tengo la idea de que nos parecemos; y además se consigue allà un jazmÃn que es mi perfume y que ya no se consigue en ninguna parte del Mundo".
Con su muerte la poesÃa del Continente pierde a una de sus figuras más importantes, parafraseando a Borges puedo decir que desde el martes 28 de abril de 2009 "somos más pobres".
Yo agregarÃa sin vacilar: infinitamente más pobres.
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