Los argentinos somos asÃ, sin término medio, o no votamos por ocho espantosos años o, como ayer, inauguramos un intenso perÃodo de deliberaciones colectivas que pone a la democracia directa a tiro de piedra. Con esta gimnasia de tres elecciones en un mes no tenemos nada que envidiarle al ágora ateniense, donde los ciudadanos decidÃan lo que les convenÃa sin intermediarios.
Tanto exceso, como sabemos, derivó en el Imperio Romano y si quedaron entusiastas, los chamuscaron en la Edad Media. Hubo que esperar unos 2000 años e inventar la extraña representación polÃtica para que el Padre Suárez, Rousseau y Locke nos depositaran en la antesala de tanta participación ciudadana.
Es que en estas tierras el pueblo siempre quiso saber qué se trata o, al menos, verlo en el Gran Cuñado.
Como confesara en otras oportunidades pertenezco a una familia de inmigrantes al cuadrado. Mientras mis abuelos vinieron a hacer la América, sin lograrlo, mis padres se las tomaron a vengarse, cosa que están a punto. Asà que periódicamente, el rezagado un servidor , recibe consultas del exterior estilo ¿cómo anda la cosa?
Sé que parece una pregunta sin respuesta, difÃcil. Sin embargo el primer mundo, quede donde quede, viene haciendo méritos para facilitarnos la tarea. Basta con citar un Abu Ghraib, un Madoff, un crédito sub prime o un Berlusconi, y hasta un esquimal comprende de qué le estamos hablando.
A pesar de tanto material afÃn en el capÃtulo desgracias comparadas, tuve que esforzarme considerablemente.
Comencé mi explicación con el porqué lo del 28 era menos importante que las decisiones que se tomen a partir de hoy 29, y cómo influirá a nivel local este resultado el próximo 5 de julio cuando se decidan las grillas para el 6 de setiembre- Acto seguido, intenté hacer una semblanza de las candidaturas testimoniales y del tema INDEC. Ahà tuve que parar.
El silencio del otro lado me de la lÃnea me ayudó a tragar saliva, obligándome a ir más despacio.
Me di cuenta de las dificultades y opté por un planteo tipo "hay que desdramatizar", fruto de mis apasionadas lecturas de Coelho y el sicólogo Rolón.
Decidà simplificar; mientras pensaba que lo de ayer apenas se distingue de otras legislativas en que la provincia cuenta por primera vez con uno o dos presidenciables, luego de una campaña electoral que analistas y periodistas polÃticos catalogaron de hueca, con agresiones, bajezas y carente de nuevas ideas.
Pero si lo que nuestros medios de comunicación reflejan es, aproximadamente, la opinión pública, no es útil ni conveniente para ningún polÃtico normal plantear conceptos novedosos o planes estratégicos: carecerÃa de rating y más tarde, seguramente, de votos.
A nadie que le preocupe una supuesta trampa del Kun Agüero se babeará con una discusión sobre las retenciones. Y si lo que abunda en los medios brinda pistas sobre los intereses y preferencias de las masas ¿para qué contradecirlas con aburridÃsimos debates? Conviene corear una cumbia, hacer chistes con el doble e improvisar unos pasitos bailanteros.
Nadie mejor que Néstor para evidenciarlo, que faltó a Tinelli no por una cuestión de principios sino para evitar que le hagan alguna trampita.
Y no está mal, supuse, porque nuestra sociedad civil sà se ocupa de esas cosas y casi nunca de la polÃtica, que es tema de otros, a los que después puede echarles la culpa por los malos resultados, sin mayores remordimientos.
Hace apenas 6 años las plazas hervÃan de jacobinos pidiendo que se vayan todos. El compromiso ciudadano con la res pública nos dura una miniserie.
En este punto comencé a buscar semejanzas para seguir ilustrando a padre y compañÃa sobre el motivo original de estas lÃneas.
Apá, debo recordarles, habitaba el imperio wasp pero sufrió una hipoteca antes que los wasp sufrieran el black power de superobama. Pobre, Barack le llegó tarde, cerrando un cÃrculo vital en el que ni acá ni allá nunca nada le llegó a tiempo. Su mayor pecado, convengamos, fue el lugar que le tocó en la cadena alimenticia pero ¿cómo sabe la vaca que será entrecote? Rumiando espera.
Sigo. Por tan inmobiliaria, burbujeante e inesperada desgracia para un paÃs serio como la madre patria, decidió emigrar (al cubo) hacia tierras más convencionales, y partió a otro reino central (esta vez de América Central) donde recobró la habitualidad del sobresalto, zigzag en los que estamos sobreentrenados como los equipos de Mostaza Merlo, y a mà me resulta más sencillo contarle anécdotas.
Retomé con cuestiones urticantes: candidaturas testimoniales, cómo un colombiano podrÃa ser presidente argentino y luego, haciendo cuentas mentales sobre dimes y diretes, me aboqué a la interna socialista y a la futura convivencia difÃcil entre el gobernador, el intendente y el senador.
Después pensaba explayarme con la preocupación soterrada que existe sobre la gripe porcina, A o como se llame, aunque es fácil, lucubraba: siempre exportamos materia prima e importamos cosas más o menos elaboradas. Demasiado tarde.
Nos vemos pronto , le alcancé a escuchar antes del clic que no me dejó desarrollar la idea.
Y yo también colgué, un poco desorientado, sin saber bien a qué elecciones se referÃa.
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