La nota de El PaÃs sobre la supuesta decadencia de Maradona como metáfora de la Argentina, tan comentada por papagayos como denigratoria de nuestro pueblo, vuelve sobre el análisis facilista de la realidad nacional desde alguna estrafalaria doctrina psicológica con orientación periodÃstica.
Intentando salir de esos barros, recuerdo unas lecturas. En 1974, un libro recopiló magnÃficos prólogos que Jorge Luis Borges habÃa escrito para distintas obras de autores nacionales y extranjeros: "Prólogo con un prólogo de prólogos".
Empezaba mi adolescencia, y aunque conocÃa de mentas de Borges no habÃa leÃdo nada de él. De hecho, lo primero que recuerdo haberle leÃdo fueron dos de esos prólogos. El primero, a "Crónicas marcianas", de Ray Bradbury. El segundo, a la edición de Corregidor de "Aventura de Alicia", de Lewis Carroll.
Uno de aquellos prólogos es a una edición del año '62, con selección del mismo Borges, de poesÃa y prosa de Almafuerte. Ahà Borges nos dice: "El poeta argentino es un artesano o, si se prefiere, un artÃfice; su labor corresponde a una decisión, no a la necesidad. Almafuerte, en cambio, es orgánico, como lo fue Sarmiento, como muy pocas veces lo fue Lugones. Sus fealdades están a la luz del dÃa, pero lo salvan el fervor y la convicción. Como todo gran poeta instintivo, nos ha dejado los peores versos que cabe imaginar, pero también, alguna vez, los mejores."
En un libro de diálogos con Sábato vuelve sobre esta idea cuando dice que Quevedo escribÃa mejor que nadie, pero reconoce la grandeza de Cervantes, que perdura y emociona más. El propio Sábato insiste también en que Arlt o Dostoyevsky, a pesar de tener defectos formales graves, son enormes artistas de genio.
Un poco mayor, a fines de los '70, ya en la universidad y en Rosario, me hice tardÃo peronista y lector de Borges. Me pareció una lástima ese desencuentro de Borges y el populismo. Tanto su poesÃa como su prosa parecen convergentes, a inicios de los '40, con lo popular.
Ha de haber influido lo de las formas; lo las innecesarias, contraproducentes algunos dicen que inevitables agresiones del peronismo a la estética y a la ética individual(¿ista?) de la clase media argentina. Esa clase media que se identificó más con la clase alta que la despreciaba y utilizaba como masa de maniobras, que con el peronismo que la benefició.
Llama la atención cómo eso que Borges observa, entiende y disculpa en la literatura, se le oscurece cuando mira en la polÃtica.
Actitud extendida en muchos compatriotas. Una especie de incapacidad para analizar y ordenar lógicamente las prioridades, valorizando por la percepción del conjunto.
Y no sólo se da en la literatura. Cuando lo ven desde lejos, entienden. Poca gente juzga la gestión de Clinton por el "affaire Lewinski".
El propio Alberdi, tras la caÃda de Rosas en Caseros, a la que habÃa contribuido, se lamentaba después del derrumbe de la Confederación en Pavón: "¡Qué justificación solemne recibe con todo esto el general Rosas! Las faltas que han podido imputarse a su polÃtica se referÃan a las personas y a los intereses personales. Pero nunca introdujo en las instituciones fundamentales que conciernen a la integridad de la Nación y a su soberanÃa interior o exterior, ninguna de esas innovaciones sacrÃlegas con que estos demagogos, fatuos en su saber tenebroso, están despedazando los fundamentos de nuestra pobre República".
Bueno es arrepentirse, pero mejor no equivocarse.
Muchos de nuestros compatriotas ilustrados, que abjuran de "los negros que votan por pasión, por la divisa, sin la razón" deberÃan ser más medidos, introspectivos, reflexivos.
Es preferible votar apasionados por amor, que no por odio. Y si se razona, se volverá a ver que la tierra no es de Dios ni del Diablo.
Y que en cada elección hay que decidir por la opción mejor, por su historia, valores y perspectivas.
Y que entre cada elección hay que participar todos para que esas opciones disponibles, a la hora de votar, sean mejores.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.