Miro el bolso, los guantes encima. Todo listo. Quisiera quedarme un rato más aquÃ. Saco un vaso del secaplatos. Lo apoyo sobre la mesada y lo lleno con agua de una botella de plástico que quedó fuera de la heladera. Hasta la mitad, para diluir el fitoterápico contra la gripe y los resfrÃos. Cuento sesenta gotas.
Una. El sol se anticipa a través de la hoja derecha de la ventana pero todavÃa no calienta.
Dos. A la mañana siempre te extraño.
Tres. Me gustarÃa escribir esto pero tengo que trabajar. Salir.
Cuatro. Capturar el instante para cuando regrese.
Cinco. Sé que entonces será tarde. Otro texto que nunca escribiré.
Seis. Estoy mareada.
Siete. ¿Me tomo un ibuprofeno?
Ocho. ¿Para qué? Si no me duele nada en este momento.
Nueve. 7 y 20. Diez minutos.
Diez. Quizás estoy embarazada.
Trece catorce quince. A veces pierdo la cuenta.
Dieciséis. Ahora quiero escribir poesÃa.
Diecisiete. Ahora quiere escribir poesÃa.
Dieciocho. Y que la publiquen.
Diecinueve. Y que me publiquen.
Veinte. Quiere todo.
Veintiuno veintidós veintitrés. Quiero todo.
Veinticuatro. Nos amamos sin lÃmites y no alcanzó.
Veinticinco. No sabÃamos.
Veintiséis. Que el amor era esto. Todos los dÃas se parecen.
Veintisiete. Pero estamos juntos.
¿Treinta? Llego tarde.
Treinta y uno. Mejor no tomo nada, por las dudas.
Treinta y dos. La duda.
Treinta y tres treinta y cuatro treinta y cinco treinta y seis. Heladera vacÃa: pasar por el super.
Treinta y siete treinta y ocho treinta y nueve. Hermoso texto de Lorena. Lo leà dos veces.
Cuarenta y uno cuarenta y dos. Un poco se me impregnó. Y ahora tengo que salir.
Cuarenta y tres. Houellebecq también.
Cuarenta y cuatro. Ojalá pudiese quedarme leyendo en bombacha.
Cuarenta y cinco. Extrañarte hasta la noche.
Cuarenta y seis. ¿Hice las copias?
Cuarenta y siete cuarenta y ocho cuarenta y nueve. ¡Mierda! Me olvidé.
Cincuenta. Yo en el reflejo ocre del vidrio.
Cincuenta y uno. La vincha me hace parecer anticuada.
Cincuenta y dos. ¿O queda retro adrede?
Cincuenta y tres. Me da frÃo lavarme la cabeza. Por eso.
Cincuenta y cuatro. ¡Qué mareo!
Cincuenta y cinco. En la imagen de la ventana no se nota.
Cincuenta y seis. La tristeza tampoco.
Cincuenta y siete. El apuro sÃ, un poco.
Cincuenta y ocho. Debe ser la gripe. Me tomo un ibuprofeno...
Cincuenta y nueve. O mejor no.
Sesenta. La novela de Houellebecq abierta sobre la mesa me arranca de mÃ.
Debe ser algo poderoso la literatura.
El amor también, a pesar de todo.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.