Cito a Spinetta desde siempre y debe ser unas de las pocas cosas que no corrijo.
Son faros emocionales, para mi fortuna, casi inmanejables.
Transcurre la cita sin ninguna aclaración porque siento que no estoy estafando a nadie. No son citas.
Son descontrolados delfines. Puentes de Telecaster.
Hojas del árbol cayendo en suspensión.
Yo no tengo sueño nena para comunicar.
¿Te parece?
Me parece -¡qué ingenuo!- que todos los potenciales lectores saben que en esos fragmentos otra caligrafÃa, como de niños que escriben en el cielo, se inmiscuye en mis asuntos.
Y quienes ni cuenta se den... ya nada puedo hacer por ellos. Que piensen que soy un escritor mucho mejor del que en realidad soy. Peor para mÃ.
Soy un vasallo vomitando tanta traición.
Ya no me acuerdo ni de las cosas que leÃ.
...
En 1978, en el negocio de David Pérez, frente a la plaza de Totoras, adquirà el magazine, que aún conservo casi intacto, de A 18' del sol. El señor Pérez, propietario y amigo de mi padre, amablemente me sugirió escucharlo antes porque -¿cómo olvidar esas palabras?- advirtió: "Eso es música medio rara". Nada más que medio, en eso le erró el buen David.
Todo dio, al son de tal música rara, un paso al costado de la linealidad.
El pie de la letra dejó de ser uno.
Dulce y hermosa flor de la mañana, ya tu corola se despertó tu perfume se disipó abrazado al viento del azur.
El diccionario incrementó la confusión.
Y los volcanes copularán, siglos destruidos bajo ese fuego.
Cuánto dolor, viejas marionetas de la isla sol.
Vengan a dar todas sus palabras en esta verdad.
Tras la desolación llegó la canción para los dÃas de la vida.
¿Fue la belleza quién me iluminó con su lenta bruma?
¿O qué?
Este dÃa empiezo a crecer, voy a ver si puedo correr con la mañana silbándome en la espalda o mirarme en las burbujas.
Tengo que aprender a volar entre tanta gente de pie.
Cuidan de mis alas unos gnomos de lata que de noche nunca rÃen.
Este dÃa es algo de sal, me dejó vibrando al nacer, pesa y es liviano como un hilo sin nombre...
Debo confesar que durante mucho tiempo oà "niño" en lugar de hilo. En fin.
Y la luz de tu estrella inerte resplandeciendo incandescerá sobre las tumbas.
Al momento de trabar lucha con la rima entre las sÃlabas este verso es una verdad grande como un castillo de piedra.
"Resplandeciendo" e "incandescerá" son pronunciados en estado de gracia lÃrica. Góngora, el significante, la poesÃa abstracta. Todo vendrÃa después.
Al momento era yo solo frente a todo eso.
Fue de mañana, lo recuerdo bien.
El lirio pierde su color temprano.
Las aves blancas su placer elevan ya en el aire.
Joya de nada.
Pradera misma de la eternidad imaginaria.
...
Respuestas da cualquiera.
Preguntas sólo los poetas.
¿Quién resistirá cuando el arte ataque?
...
Nunca me oÃste en tiempo, siempre tuviste miedo.
Ahora el mundo no tiene ni agua.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.