Página/12 :: rosario :: Mensajes para las fiestas

* En ciertos carteles de negocios de matarifes, vendedores de cerdos, gallinas, vaquillonas, los animalitos lucen felices, rechonchos, sonrientes demostrando que el martirologio y el suicidio consentido son beneficiosos para todos. Aunque se derrame sangre inocente y muy cara además. Cerca de Navidad la matanza se hace pornografía y ofrecen las partes pudendas al mayoreo.

* Hay una nueva patología: El acosador de mensajes. Escribe y escribe sus pasiones; disciplinado, feroz, empeñoso. También se le da por usar facebook para contar todo lo que le pasa. Que fue de fin de semana a Calamuchita, que su gato se amigó con el perro, que le gusta el arte barroco y otras estupideces varias. -Es ancha y larga la soledad, se dice ella, cerrando la pantalla y leyendo cono el tipo agónicamente manda un estéril saludo de fin de año a todo el mundo.

* -Colabore, 20 máxima, señala un cartel en un cruce de rutas donde vigila un patrullero con las luces encendidas. En la rotonda un simulacro de arbolito navideño. El que mira por la ventanilla del ómnibus no sabe si es una invitación a la prudencia o a la coima reglamentada bajo un monto fijo.

* El la perdió al extraviar su agenda. Por no anotarla en sitio seguro, le limpiaron la mochila con todo dentro. Entonces cree descubrirla en la multitud, tras la ventanilla de un micro, hasta que se disipa y la pierde. Si la encontrara le diría sobre el incidente pero ignora si le creería. Ya en el sumun de desesperación, colgó un pasacalles al que se llevó volando la última tormenta. Malgastó un amor y quinientos pesos. Y en una librería, depositó una cartita a Santa Claus, esperanzado y torpe.

* Ella tenía un cita pero él nunca acudió. Nunca más la llamó y nunca más lo vió: Le había dado su celular pero no había tomado el del hombre. A veces se acuerda cuando mete la mano en la cartera y sus dedos rozan el plástico del preservativo brilloso y rojo que había adquirido para la ocasión. Justo, lee, por la ventanilla la propaganda del producto con una pareja feliz, sonriente delante de una luna y una cama. Al lado unos renos saltan por el cielo sicodélico de los enamorados.

* Putea como un malnacido a todos en el tránsito, pero dice estar a favor de la paz mundial. En los partidos amistosos es capaz de astillar una pierna en un cruce, pero suele hacer yoga. Roba a sus vecinos la correspondencia pero estudia Etica. Y ha puesto un aviso en esas revistas de espirituales adjudicándose el título de maestro en meditación trascendental. Para esta Navidad propuso un encuentro de familias en su negocito, advirtiendo cuando llegaron y estaban dentro, que había que oblar cien pesos por pareja.

* La conoció por una propaganda. La trampa, la seducción lo mantiene vivo pero lo entristece tener que disimular ante todos. -El hombre es cazador, le había dicho su padre, quien seguramente engañaría a su madre. -¿Qué es engañar?, se ausculta mientras Moni se desviste mirando al techo donde giran la paletas, distendida, aburrida como una esposa antes de entrar al lecho matrimonial. -Todo se termina pareciendo, abomina en silencio, mientras recuerda al aviso con encono de embaucado. Es la tarde del 24 de diciembre y se siente triste, allí en esa habitación espejada con olor a detergente.

* Ramos, coronas, bouquets, se lee en al cartel primoroso, rosado recién hecho que decora la esquina del negocio floral. Oferta de fiestas han pintado cacofónicamente. Lo llamativo y absurdo es la oración que sigue debajo y que dice: Especialista en novias.

* -"A mi me salva el salario familiar y la asignación universal por hijo". Es el logo de una campaña de preservativos nueva que el tipo ve en un pueblito de las sierras. El que lo afirma es el dibujo de una coneja blanca en su trineo, con gorrito rojo y pompón blanco, preñada y con cara de estar harta de procrear.

* Cuando lee en su celular la cantidad de mensajes enviados y recibidos da un cabezazo de sorpresa. Enviados: 9861. Recibidos: 22.853. Y no se atreve a sacar la cuenta del tiempo invertido en ellos. Justo elucubra esto frente a un aviso callejero monstruoso que sugiere no estar solo en estas Fiestas gracias a la comunicación telefónica. En ese momento recibe el tin tin de uno nuevo entrante. Lo lee: Es el de una promo que lo invita a adquirir otro antes del fin del mundo.

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