* "Muera el dinero" pintó alguien. Y uno, paseante filosofal, determina que si un tubo de aerosol cuesta setenta pesos y allà en esa pintada y esos dibujos al tono están justificados los montos, bienvenida la contradicción.
* El partido era chivo, de pueblo a pueblo; un clásico. Uno de los equipos contaba con la anuencia y el fanatismo del cura de una de las aldeas. El gol de su equipo llegó sobre la hora y el cura gritó el triunfo. Entonces una dama, que seguro pertenecÃa a la divisa que estaba cayendo le espetó al clérigo con voz agria: "!Che, cura, devolveme los rezos!". Y a partir de allÃ, desde ese conjuro nunca más volvieron a ganar.
* La Caracha era una leyenda de una bruja que según decÃan salÃa a bailar sobre un tinglado. Y allà iban todos los del barrio. También murmuraban que la habÃa inventado el mecánico para quedarse una hora a solas con la esposa del tesorero del club quien creÃa firmemente en los espÃritus mientras su esposa se aposentaba dentro de la casa en buena compañÃa. Cuando regresaba el ingenuo comentaba a su querida, "hoy tampoco apareció". Y ella sonreÃa, "ya se va a dejar ver, tienen que seguir esperándola y ser pacientes".
* "Y entiendo que sea difÃcil de entender, que no tenga nada que desear. Seguiré pensando en qué pensar, mientras encuentro algo mejor que hacer", canta el grupo uruguayo El Cuarteto de Nos, sintetizando como pocos la necedad que representa vivir en el capitalismo, los podios, el triunfo y el dolce far niente imposible. Ellos cantan desde la radio, pero podrÃan estar dando cátedra de FilosofÃa Práctica del Desorientado.
* Le sucede cada vez que lee la frase, se emociona, como ante una verdad imposible de transmitir, sencillamente porque se ve a sà mismo como pocos lo han descripto. Y siente un bálsamo de alivio dentro de su vida plana y romántica de abridor de cartas en el correo. Es Camus, hablando de los existencialistas. "Vulnerable pero obstinado. Injusto pero apasionado de la justicia, que hace su trabajo sin vergüenza ni orgullo a la vista de todos, siempre dividido entre la pena y la belleza".
* "Tenés que leer Soy Leyenda" y a él que lo único que le interesaba eran las piernas y la boca de la dama que le aconsejaba la lectura, se masticó el libro y luego fue a la biblioteca por una reseña para impresionarla. Se la estudió de memoria. Cuando la volvió a ver, ella estaba acompañaba de un morocho apuesto a quien presentó como su novio escritor. Además del dolor, él se sintió defraudado y acudió muchas veces de congoja en busca de libros salvadores a que le mellaran la pena. Hasta que un dÃa empezó en un cuaderno Tambor de Tacuarà a garrapatear sus ideas sobre el mundo. En eso estaba una tarde cuando ella pasó y el la saludó apenas, sin ofenderla, ocupado como estaba en una idea, con su birome en la boca y la vista en su propia, auténtica leyenda. Creyó oir que ella lo estaba invitando a alguna cosa interesante, pero estaba ocupado en terminar la oración.
* Fueron amantes durante diez años, todos los miércoles de 14.30 a 16.30, único horario que el destino les abrÃa, escondiéndolos de la vista impertinente y ajena y guareciéndolos de sus trabajos, de donde huÃan siempre en ese horario. Cuando ella murió, cuenta la leyenda, él, invariablemente en ese rango de ciento veinte minutos, alcanzaba una erección estuviese donde estuviese.
* Cuando se habla de los pueblos originarios y sus leyendas con la liviandad elegante que ella detecta, siente escalofrÃos porque el que las narra, ignora que esos relatos son el alma en carne viva de un algo que tuvieron y que ya no está, arrasado por las topadoras o las ciudades o toneladas de papeles donde se los nombra, se los degrada o reivindica, pero que también se aplasta a los espÃritus que habÃan convivido con ellos. Por eso están tristes. Porque no se los entiende.
* La leyenda del Cuco, los monstruos debajo de la cama y los seres pestilentes que solÃan esperarlo en los pasillos de su vieja casona de la infancia renacieron cuando vió Allien I. Se sintió vivo de nuevo, aterrorizado en la oscuridad con sus cuarenta y cuatro recién cumplidos
* Camila, que concurre a la Escuela Arzeno, describe algo inusitado. "Entonces fui al baño y un señor mitad hombre mitad pez, medio vampiro y hombre lobo me espiaba". Y hace temblar a los pibes valientes del grado que se rÃen, pero en el fondo están aterrorizados de la leyenda del fantasma que ronda los pasillos, cuando los niños de pensamientos exagerados acuden al baño solos.
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