"Ante todo es necesario cuidar del alma si se quiere que la cabeza y el resto del cuerpo funcionen correctamente? (Plat贸n)
El 21 de junio de 1900, en el barrio Alberdi de Rosario, sucedi贸 algo muy extra帽o. Era una fr铆a noche y las nubes descendieron en todo el barrio. Provocaron una niebla azul.
Los automovilistas se negaron a internarse en el barrio. Esa noche, Catalino Guerra, el mozo del bar "El Mejor", tuvo que caminar varias cuadras para llegar a su casa de la calle Rondeau.
La primera cuadra la recorri贸 con cierta tranquilidad pero despu茅s tuvo miedo. Guerra oy贸 risas y gritos. Corri贸 para alejarse de ellos hasta que se dio cuenta de que proven铆an de 茅l mismo.
Continu贸 caminando pero no ve铆a nada. Tuvo la suerte de cruzarse con un ciego que profetizaba en voz alta:
-El fin del mundo ya viene... Dame tu alma y ser谩s salvo.
Guerra consult贸:
-驴Esta es la calle Rondeau? Yo vivo al lado de Robechi, frente a la peluquer铆a de Pancho Spoto.
-No, esta es Alberdi. Siga adelante. Faltan veinte cuadras.
-Muchas gracias. Me falta mucho.
El mozo camin贸 hasta una plaza. La cruz贸 y se perdi贸 nuevamente. Se arroj贸 al suelo y permaneci贸 en silencio. A su lado se abri贸 una alcantarilla y una cabeza de mujer apareci贸 desde las profundidades. El mozo reconoci贸 con espanto la figura deformada de esa chica ciega.
-No se asuste, se帽or. Me llamo Malena, estoy ciega y no puedo cantar un tango que escrib铆. Me sacaron el alma.
-Me perd铆 -dijo Guerra.
Malena lo agarr贸 de un zapato y lo hizo volar diez cuadras. Cuando estaba por entrar a su casa, oy贸 risas de mujeres y adivin贸 unas sombras que saltaban con paso de tango: un d煤o de putas llevaba en andas a un cafisho. Lo tiraron en la vereda y se fueron cantando "Adi贸s pampa m铆a".
El hombre empez贸 a toser y a llorar.
-驴Es usted Guerra? D铆game si estoy ciego. Me llamo Justo Venteveo.
Catalino no contest贸. El hombre comenz贸 a recitar:
-Oh, pensar que esas damiselas me robaron el alma y soy un desalmado ciego. Pensar que en este momento est谩n naciendo ni帽os que no ven, con un alma que perder谩n en el transcurso de esta vida de mierda. Las que me robaron el alma ya murieron porque perdieron la esperanza. La niebla azul me dice que usted est谩 en peligro.
Guerra entr贸 r谩pido a su casa. Cuando encendi贸 las luces lo salud贸 un griter铆o enloquecedor:
-隆Guerra! 隆Guerra!
Eran varias nubes azules que lo rodearon y le mostraron unos colmillos relucientes. Estas le gritaron:
-隆Qu茅 lindo mozo que sos! Danos tu alma.
Catalino sali贸 corriendo mientras emit铆a un aullido que se escuch贸 en toda la ciudad. No hab铆a nadie en la calle, excepto un lobo que parpadeaba al mirar la luz azul de la luna. Estaba sentado y dirigi贸 una mirada turbia a Guerra.
La luna baj贸 de las nubes y aterriz贸 el Pastor David Mois茅s Fontanarrosa, que estaba hablando con Dios en su celular viejo. Cort贸 la llamada y tom贸 varios tragos de un vino mistela que llevaba en la mano. Esper贸 unos minutos y or贸 en voz alta:
-Lo desconocido para el hombre es lo conocido para Dios. El cielo es lo mismo que Am茅rica antes de la colonizaci贸n. Las almas mueren porque la muerte ahorca a la vida desalmada. La idea de los desalmados es la ceguera espiritual. El d铆a del Se帽or est谩 viniendo como un temporal: las nubes bajar谩n de los cielos, caer谩 una niebla azul y las almas ser谩n robadas para siempre. Porque los santos ver谩n a los desalmados.
Catalino Guerra se desmay贸 por un rato largo. So帽贸 que las nubes azules le arrancaban el alma a dentelladas feroces y no pudo reaccionar. Nunca m谩s despert贸.
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