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Domingo, 9 de febrero de 2014
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Fotografiando la Zona

Carey, querido Carey

Por Adrián Abonizio
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* Reptil quelonio marino de aproximadamente 1 metro de longitud que habita en los mares tropicales, con las extremidades anteriores más largas que las posteriores. Los huevos de esta tortuga se consideran un manjar y las placas córneas de su caparazón se utilizan en la realización de diversos objetos decorativos.

Materia córnea obtenida del caparazón de esta tortuga: peine de carey.

El eufemismo de "obtenida" es tremendo: asesinadas es más correcto, piensa mientras examina el peine de su esposa buscando señales que ruega sean de algo sintético.

* El fetichismo lo había arruinado todo. Cuando la conoció fue en la playa, con su anteojos de carey y sus labios pintados más todo el resto que se dejaba ver a plena luz. Pero con el tiempo y la impostura de una reglamentada ley de noviazgo que intentaron desalambrar para dar rienda suelta a la libertad, él en algunas noche en que ella concedía le pedía por favor que cerrara los ojos, se desnudase de a poco y se pusiera sobre la nariz los anteojos de carey, aquellos anteojos de carey que mencionaba Charly en una canción. Ella, no pedía nada a cambio. Tal vez porque estaba distraída o ya no esperaba más nada.

* Ha llegado a besar su foto. Cuando ella no está por viaje, él la extraña,la idealiza y la vislumbra en manos ajenas. Se mete en la cama, la examina con los lentes de leer. Cuando regresa en lugar de caer rendido a sus pies, la trata con indiferencia para no mostrarse que es dependiente de su amor. La tontera hace estragos en la machos criollos. Ella lo sabe, por eso es que tiene de amante a uno que no le pide amor eterno, ni fotos ni nada. Le concede sueños y la lleva a sitios remotos y sencillamente alucinatorios sin nada extraño en la sangre. Sabe oír, eso es todo.

* El marco de un anteojo es lo más visible y lo que determina la personalidad, explica el óptico que ya ha dejado sobre el mostrador de vidrio unas veintitantas muestras ante una compradora potencial pero quisquillosa. Al fin, resoplando suavemente pregunta que quiere ella. La dama solo alarga que está buscando marcos de caracol marino -¿Es mucho pedir?, inquiere. El vendedor, sin vuelo, ni tiempo, retira las muestras y la despide. Hay pocos que entiendan de poética: lo profundo del mar en lo profundo de otro mar, el de esos ojazos azules.

* Hay un sub rubro porno en donde la dama usa anteojos y está desnuda. No sabe por qué pero aquello lo excita demasiado. Es la fijación de la maestra particular, tal vez, o la de su prima chicata: la semidesnudez que es más hipnotizante que la desnudez total, la idea que una puta con hermosos lentes es más fina y menos puta. Quien sabe, mientras recorre y consulta las infinitas páginas donde uno suma lentes+sexo y al hacerlo se abre un portal infinito.

* Usaba lentes viejo pertenecientes a una abuela, con borde carey auténtico, sutiles, bellos. Eran de tal graduación que todo lo deformaba y se sentía drogado. Hasta los usaba para hablar, entonces el universo giraba y se volvía cambiante en los colores hasta en los sonidos. Hasta que una noche en un fiesta mezcló alcohol poderoso con el uso permanente por tiempo prolongado de los anteojos y tuvo una sobredosis.

* -¿De que está hecho el carey? ¿De estrellas muertas, de animales prodigiosos, de polvo lunar, de lágrimas contrariadas por los ángeles? -No, de plástico, de toneladas de basura procesada con tinturas y moldes, se responde él, luego de leer la poesía inquisidora. Trabaja en una planta mugrienta que procesa basura industrial

* La señorita era diminuta, de pechitos breves, sin maquillaje, disciplinada por trescientos pesos para acariciarse delante de él, puestos los lentes y pasándoselos por sus cavidades íntimas. Elegía a las miopes o las disfrazaba de ver mal para tener una especie de sexo alternativo delirante. Pero muchas se negaban a ciertas caricias con la punta de las patillas. -Reprimidas, juzgaba él. Pero ellas no eran tontas: se cuidaban a sí mismas pero también cuidaban sus anteojos; que tanto fetichismo idiota por tan poco.

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