* La célebre avispa que picara al ex presidente Menem acusada de proferirle al mandatario una hinchazón, producto en realidad de un retoque a su cara vÃa estética aún sigue recluida en su madriguera. Teme por su vida, pues es testigo fundamental en el caso. También que la persiga la mufa, pero esa es otra cuestión: No hay escape, amiga para tamaña maldición. Millones de argentinos la sufrieron y aún lo hacen. La yeta es inoxidable.
* No es común verla durante las horas del dÃa ya que se trata de un animal de hábitos nocturnos, preferentemente a partir de la medianoche y durante la madrugada, para lo cual tiene una vista especializada. Durante las horas diurnas la vinchuca permanece escondida. Defeca sobre la piel la sangre digerida de la vÃctima y la picazón y el rascado, hace que el virus penetre al torrente. El modo en que vive, en las altas sombras de la noche, la torna siniestra. Como tanta gente monstruosa a la luz del dÃa.
* En algunas culturas la araña es bien vista por la paciencia que ofrece. También se cree que están atadas a los dioses, ya que son capaces de crear la seda en sus cuerpos para utilizarla haciendo las telas. El picotazo que puede uno recibir es la advertencia que se prohÃbe regatear el precio del género fabricado.
* En Córdoba existe un área serrana Yacanto donde los tábanos suenan a helicópteros y tienen el tamaño de una pelota de tenis. El vareador turÃstico, para evitar picaduras graves a sus pingos, sencillamente les ha agregado a sus colas un palito trenzado, cosa que el objeto alcanze al insecto allà donde antes la naturaleza equina no llega. Una forma sabia y surrealista de preservar a la caballada.
* El la mira y ella lo saluda. Se conocen. Está visiblemente embarazada, ya en unos dÃas será mamá y parece que llevarÃa un bombo legüero en su panza. Entonces él afirma: "Eh! !Estás embarazada!". Ella replica, harta del sobrepeso y de lugares comunes. "SÃ, me picó un pito hace como nueve meses".
* "El término Viuda Negra se utiliza a menudo para una mujer que tiene un bagaje de novios o maridos muertos. Estas historias cuentan que son sus vÃctimas para poder ser libres o quedarse con el dinero. Una vez que ya no los necesita, son descartados. Por supuesto, con los estudios forenses que se hacen hoy resulta muy difÃcil salirse con la suya. El término está relacionado con la araña viuda negra que es conocida por matar y comer a menudo a su pareja. "Qué aburrido programa", murmura ella, mientras apaga la tevé en su cuarto pomposo heredado tras la defunción súbita de su querido, fulminado por un dolor progresivo en su psiquis. Abraza a su novia y se duermen ambas con una sonrisa por el triunfo obtenido. "Venenos, qué antiguedad", piensa y entra en el sueño millonario.
* "Las rayas viven en las orillas barrosas de nuestros rÃos de Mesopotamia. Uno debe entrar al agua calzado y chapoteando para asustarlas. En el caso de que su arpón se introduzca en nuestro pie, deberemos extraerlo despacio y después lavar la zona y dejarla sumergida en agua caliente lo más que podamos pues eso amengua el poder del veneno", recita el profe de Ciencias. Un alumno levanta la mano. "Eso en el caso de las rayas y si nos ataca un punto ¿qué hacemos?". "¿Un punto?, tratá que no sea punto y que te coma", responde la maestra rápida y entrenada.
* La marca estaba allÃ, indeleble: Restos secos del mosquito y sangre envejecida, en la página 37. Lo habÃa estado molestando toda la noche, interrumpiéndole la lectura. Hasta que se posó sobre el relato y lo cerró violentamente. "Cuentos de la selva", de Horacio Quiroga se leÃa en la tapa azul. Coherencia absoluta.
* Bailaban despacio, abrazados y ella lo besó. Fue allà cuando sintió una punzada que le recorrió le espina dorsal. TendrÃa que haber advertido el por qué del chicotazo. Lo que el creyó era un flechazo de amor fue otra cosa: La prematura irrupción del veneno.
* Si bien las moscas hogareñas no pican, las otras, las cercanas a los tambos sà lo hacen y son dolorosas ocasionando enfermedades al ganado. Para ello se diseñó un aparato que funciona con el mismo pegamento que usan las plantas carnÃvoras: Emiten una pasta pegajoza que atrae al insecto y se lo comen. En el caso de la máquina las hacen papilla. Las moscas comunes no nos pican pues se sabe, somos para ellas de un gusto extremadamente sintético y temen contaminarse con radioactividad.
* Es bien conocida la historia aquella del alacrán que una vez cruzado a lomo de una rana salvadora el rÃo en donde temÃa ahogarse, al llegar a la orilla la picó sin meditarlo. El tipo aquel intentó usar la gastada metáfora con su pareja tras un engaño amoroso. En este caso, la rana, la novia, ya repuesta se vengó sirviéndole en la cena, en medio de la tortilla tres escorpiones macerados y bien picados que el sujeto devoró sin darse cuenta. "Está en mi naturaleza", acotó ella mientras él corrÃa al baño descompuesto.
* "El sol de la tarde era como una presencia en la cocina: La ancha luz de la calma y la generosidad. PodrÃamos haber estado en cualquier otro lugar, en algún lugar encantado. Volvimos a alzar los vasos y nos sonreÃmos unos a otros como niños que han pactado algo prohibido". Ella y él, leyendo a Carver en la cama, lejos de heridas, lastimaduras y picaduras de este jodido mundo repleto de aguijones y mordeduras.
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