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Sábado, 30 de mayo de 2015
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Todo lo real termina siendo imaginario

Por Miriam Cairo
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Él es un sueño y se despierta siempre que se le ocurre soñar con la empleada municipal. Al mismo tiempo, ella empieza a soñar uno por uno sus cuatro dragones, porque tarde o temprano todo lo real termina siendo imaginario.

Entonces, pasan estas cosas:

1) El primer dragón, que también se llama Mundo, nace del juego rítmico de dos opuestos complementarios que a veces son día y noche, a veces Marosa y Alejandra, a veces, magnolia y malvón.

2) El segundo dragón posee la capacidad de seguir siendo real en cualquier sueño, y su nombre es un misterio. A Un Misterio se lo suele confundir con otros misterios, justamente porque es real cuando es imaginario y es imaginario cuando es real. Pues bien, no estamos aquí para juzgar cuestiones de tan poca monta. Lo cierto es que el segundo dragón tiene predisposición a soñar al tercero.

3) El tercer dragón cambia de formas y colores según quién lo imagine. Cuando lo sueña Un Misterio, se llama Yo. Cuando lo sueña la empleada municipal se llama Vos. Y si lo sueña el cuarto dragón antes de que éste sea soñado, se convierte en Innominado Dragón Anterior al Sueño. Esto se vuelve particularmente primordial, a la hora de soñar al dragón número cuatro, pues no hay leyenda que lo avale.

4) El cuarto dragón, es el desvelo de la empleada municipal. Desvelo puede, según su voluntad, no ser soñado por los hombres y las mujeres, y a regañadientes se deja soñar de vez en cuando por Un Misterio. Esto se debe a que tiene en su genealogía algo que lo hace rebelde a todo tipo de ciencia fabulosa que lo quiera incluir en zoologías fantásticas. Por eso cuesta tanto al tercer dragón convocarlo en las noches en que se desata el dominó.

A esta altura la noche se vuelve un verdadero tajo. Ni el parecido, ni las etimologías, ni ninguna teoría del arte nos sirve para explicar la hendidura porque hay manojos de sueños que recuerdan una flor abierta de par en par, otros en los que aparece un rostro de marqués a punto de tragar algo que para algunos son suspiros y para muchos son orgasmos, otros en los que la lengua de una mariposa gigante lame a otra mariposa de igual tamaño y feminidad.

Pero esas coincidencias no explican la desesperación de aquel primero que es sueño y siempre se despierta cuando sueña a la empleada municipal, por unas cuantas razones:

1) El que sueña a la empleada municipal es a su vez un sueño de quien lo narra.

2) Quien lo narra es a su vez un sueño de quien escribe.

3) Quien escribe es a su vez un sueño de la palabra.

4) La palabra es un sueño del lenguaje.

5) El lenguaje es un sueño de la poesía.

6) La poesía es Dios.

7) Dios es un dragón.

8) Los cuatro dragones de la empleada municipal son la santísima cuaternidad de las mariposas gigantes, que también son Dios.

9) Las mariposas dan de beber sus orgasmos al marqués que es el Dios de los orgasmos.

10) El marqués es soñado frecuentemente por la empleada municipal que es la diosa de los orgasmos del marqués.

Y así podríamos seguir in aeternum, porque a cierta altura de la noche el dominó se vuelve espiral, dado que tarde o temprano:

1) El marqués se vuelve dragón.

2) El dragón se vuelve lenguaje.

3) El lenguaje se vuelve empleada municipal.

4) La empleada municipal se vuelve mariposa.

Y nadie sabe quién es el primero en soñar ni el último en lamer la flor. Pero todos saben que nada de esto ocurre en vano.

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