El cronista, quien les escribe, está justificándose en este preciso instante de llenar mejores oraciones porque tiene poco tiempo y sus ideas son inquietadas por el ruido de la ciudad, un dolor de ciática y malhumor mañanero.
"La cancha estaba mal, muy poceada", "ellos nos hicieron un gol tempranero y ya no lo pudimos resolver", "los muchachos vienen de una semana dura y se quedaron sin resto fÃsico", "los otros salieron a pegar", "el árbitro no vio nada", "nos costó encarar el trabajo de la semana", "son jugadores jóvenes a los que les falta experiencia por eso el resultado", "los nervios nos jugaron en contra", "habrá que ver las jugadas y las repeticiones de nuevo", "lo planteamos bien pero nos faltó suerte". Justificaciones de un DT cuando se pierde cinco a cero.
Hace mucho en un pequeño zoológico de Europa habÃa en una jaula un león y un cerdo. Ambos habÃan crecido el uno junto al otro y hasta dormÃan juntos. La escena era de atracción y de cierta urbanidad de moraleja acerca de la hermandad entre los pueblos y demás pavadas. Un dÃa el que los alimentaba enfermó y en su lugar entró otro afecto a la bebida e indolente. Pasaban dÃas sin que los bichos se alimentasen correctamente y el hambre fue trepando en ambos. Una noche, alucinado y ciego de locura fue el león y se devoró a su amigo. Los dÃas subsiguientes fueron terribles de tristeza para el gran felino. Hasta que acabó muriendo de pena. El carcelero, para justificarse, pues conocÃa el mal que habÃa ocasionado, repetÃa: "Y... En los animales salvajes no se puede confiar".
Muy serio, como una estatua frÃa, calvo, mal vestido, con una chivita que lo torna inmitrable, inconmovible como un ofidio ante la rana el señor Morales Solá, de profesión reportero y analista polÃtico al servicio de regÃmenes criminales declara, suelto de cuerpo, ni bien Mauri obtiene la faja presidencial: "Macri va a tener que saber administrar bien la represión para evitar muertes".