a Francisco Spinelli, i. m.
Todo, todo es real, tan real, la vida, los dÃas, todo, y el sol, la luna y el sol, y que se haya ido asÃ, todo real, todo, me estiro y la alcanzo, abro la mano, la cierro y lo toco, la alcanzo y lo toco, mi realidad, después de todo, es mÃa y es de todos, igualmente, aunque no quiero, te doy las gracias, gracias por dejarme ser, por dejarte ser, por dejarnos ser, gracias, mi amor, porque ahora es, ahora puedo decirlo, ¿y hasta qué punto porque al fin lo puedo decir, al fin, sÃ, después de años de elegir callarnos, hasta qué punto dejará de ser lo que es sólo porque ahora lo puedo decir? Esto es, esto nos concierne a los dos, esto es lo que somos, me despierto de madrugada con sed y el vaso de agua que habÃa dejado en la mesita de luz ya no está, no están los muebles, tu ropa, no estás, ¿te lo podés explicar vos? Ahora descansá, ya es tarde, no digas nada, un sà de estrellas para el amanecer, rebotando escondida entre mares y piedras, y un dÃa, un dÃa será demasiado tarde, se adelanta, lo olvida, lo quiere besar y se adelanta más para olvidarlo menos, lejos esté, cerca y lejos, del principio y del fin, habÃa entre los dos, de uno a otro, esa terrible impotencia de hablar sin escucharnos, uno decÃa una cosa y el otro decÃa otra, pero entre una cosa y otra, y de una cosa a otra, no habÃa, en verdad, mayor distancia, habÃa, sÃ, ¿te acordás?, un inmenso desasosiego, la certeza de que no nos estábamos diciendo, seguimos andando, sin embargo, bordeando el rÃo, la tarde gris, se nos caÃa encima, ¡la tarde se me cae encima y no me aplasta!, asà de mares habÃa, dijimos, donde acaba la tierra.
¿Y por qué, por qué no ahora, saltar, dejarse llevar más lejos? ¡Lo abandonara todo, lo abandonara todo!, grave silencio, afuera llueve, ¿son las tres ya?, desde temprano dice que llegó y se fue, sigue lloviendo, llegó y se fue, eso dice, sÃ, se iba, se estaba yendo, ¿nunca vos te vas del todo?, ¿siempre algo tuyo dejás como diciendo aquà estoy, todavÃa no me fui?, dejá, ya sé, estás cansado, ¿mucho trabajo hoy en la oficina?, me parece estar viéndolo, hacÃa frÃo esa mañana y habÃa llovido desde temprano, que nos deje, que por favor pare de llover, el mar plomizo y las nubes bajas, en todo ese dÃa, me acuerdo, no nos dijimos nada, que todo siguiera su curso, ¿para qué forzar las cosas?, por mà estaba bien asÃ, además llovÃa y no daban ganas de nada, en realidad no te necesito tanto como digo, ¿por qué me mirás asÃ, qué tanto me ves, qué tanto te buscás en mÃ?, casi al oscurecer cruzaba la plaza sin que lo vieran, por dentro me ha sucedido, luego se dijo, desnudando su corazón, la calle tan sola, tan sola, pero ya habÃa amanecido, la pena de saberlo perdido, la noche habÃa sido larga, parece un sueño, se dijo, y lo es, ¿es o no es un sueño? no hubiera podido, sin embargo, nunca solo, no, imaginar un desenlace semejante, no tendrÃa el valor, no, y ese dÃa, me acuerdo, habÃamos discutido, te habÃas ido, sÃ, y yo te empecé a correr y te alcancé, ¿para qué, para qué más?
De todos modos no habrÃa podido ser, mirándose penetrantemente uno se acercó hasta el otro y se estrecharon las manos, pero inmediatamente se abrazaron y besaron en la mejilla, antes me acordaba de todo, ahora no me acuerdo de nada, ¿de qué tanto me cansé, si ni siquiera me habÃa dado cuenta de que aquella era nuestra vida y yo ya ni te querÃa?, me acuerdo, sÃ, de otras muchas cosas, el deseo de que todavÃa nos pasaran cosas juntos me protegÃa, de algún modo era asÃ, de los dos, esa noche él agarró sus cosas y se querÃa ir, decÃa, al menos, que se irÃa, agarraba sus cosas y las metÃa, arrugadas, deshechas, en un bolso de mano que le habÃa regalado yo, que era mÃo en realidad pero como a él le gustaba más que a mà terminé por regalárselo, y para eso le sirvió, para irse o decir, al menos, que se irÃa, porque después nunca más se fue, ahora no hace frÃo, aunque no hace calor tampoco, no hace ni frÃo ni calor, pero hay esa niebla espesa y acaso esté lloviznado afuera, el pronóstico anuncia desde ayer nieve para hoy, pero como hoy no nieva resulta que será nieve para mañana.
¿Qué tanto me mirás asÃ, qué tanto te buscás en mÃ?, corro al refugio, o tal vez decida irme pronto, podrÃa ser que no vuelva, podrÃa ser que esta vez me decida a irme y no vuelva, siempre es igual con vos, nos vemos, hablamos, y como él no me dice lo que yo quiero escuchar, yo le digo a él lo que ya sé que no quiere escuchar tampoco, siempre es lo mismo, termina dando un portazo, me vuelve a dejar, lloro, no hago más que llorar, no hago nada en realidad, no, ¿qué voy a hacer?, si en el fondo sé bien lo que quiero y eso que tanto quiero es él pero él no existe, cada tanto hay encuentros, sÃ, pero él no existe, hablamos y al final siempre peleamos porque por mucho que hablemos las cosas que nos decimos, a veces cosas lindas pero al fin y al cabo siempre cosas espantosas, muy hirientes de parte de él sobre todo, porque de los dos yo soy el más débil, no van a hacer que él exista realmente, aunque algo me dice que esta vez no es como las anteriores, no sé, tal vez me equivoque, él me amenaza siempre con lo mismo, con olvidarse de mà y no volver a vernos nunca, y además me dice que en realidad nunca me amó, que solamente me quiso, y no es lo mismo amar que querer, aunque yo a él sà lo amé, es más, si usted me promete que no se va a enojar le confieso que por más que me hizo mal, y no me olvido yo, por supuesto que no, y no me lo tengo que olvidar nunca, pero todavÃa, y juro que no me reconozco diciéndolo, todavÃa sigo sintiendo algo por él, no se enoje, doctor, lo quiero pero no olvido, yo siento lo que siento pero él no, o no lo demuestra, para mà es por la tristeza, debe sentirse tan perdido, doctor, y cada vez que nos vemos, bueno, él no lo dice pero yo sé que sigue sintiendo cosas por mÃ, excepto lo que fue, pero más que nada lo que pudo haber sido y no fue, todo me niega, todo, todo, y otra vez y siempre, ¡basta!, por favor ¿sÃ?, basta, dice que basta, dice, sÃ, pero lo que dice no vale nada, él no piensa, es humano pero no piensa, es humano pero tiene corazón, no podemos culparlo, mal que mal es lo que tiene, peor es nada ¿no le parece?
Soy en todo lo suyo que me obsesiona, su ropa, ese olor a él que tienen sus cosas, las pocas que dejó, y que a la distancia lo alcanzan, ¿cómo se explica que no haya vuelto?, porque él se fue, sÃ, y lo que es peor, me duele decirlo, ya no volvió, no volvió y ya sé que no va a volver, ¿volver para qué?, ¿para olvidarme más, para acordarse una y otra vez de por qué se terminó yendo?, no, gracias, prefiero esto, y yo soy, no será mucho pero soy, al menos, lo que doy, amor, siempre, pero es lo que soy, lo que digo que soy si me preguntan, pero el amor no se pierde, el amor es para todos igual, soy para lo que vivimos, señores, como era todo antes, asà soy, nuestro tan temido hogar es hogar para dos pero uno no está, uno se fue, alguien sobra y alguien falta, ¿qué hacemos entonces?, somos nosotros nuestro hogar, no te olvides nunca de eso, yo creo, si me permite decirlo, que por eso mismo se fue, porque en el fondo me querÃa, incluso me amaba, y es lógico, ¿quién me niega a mà que a pesar de mis inestabilidades y obsesiones, de que tanto se llenan la boca hablando los demás, yo le hacÃa bien?, él lo que no me va a perdonar nunca, alguna vez mirándome largamente me lo dio a entender, es haberlo hecho tan feliz, gracias, me dijo una vez, gracias, mi amor, por dejarme ser, por dejarte ser, por dejarnos ser, y agarró sus cosas, no todas, las que dejó las conservo en un lugar secreto, y un mediodÃa de octubre se fue.
¿Quién soy yo, qué soy, después de todo, si él cuando quiere se va y no vuelve?, soy eso que sirve, escúcheme bien, para que se recuerde aquello que mientras existió nos hizo a los dos tan felices, eso soy, pero también soy, al menos en parte, los dos que alguna vez supimos ser, hasta que alguien encendió la luz y se acabó el amor, una inmensa que nos dejó ciegos, mala luz, luz mala, ella, sÃ, no quisiera nombrarla, soy rutina, sobre todo eso, sÃ, ahora que no estás, mi amor, mi trabajo es hacer revivir cada instante el tiempo maravilloso que pasamos juntos, insisto, yo te quiero, te amo, y por vos soy capaz de cualquier cosa, incluso, si me dejás, te enseño a quererme, palabras, palabras y más palabras, siempre palabras, realmente, sÃ, serÃa más fácil, no caben dudas, si me dejaras, me voy, te dejo, y serÃa todo tan fácil, pero no, una locura puede ser, una locura que hace gracia, pero no fueron todos años de dolor tampoco, no tiene cara el dolor ni tiene voz, como cuando lo miré esa tarde y yo sé que sÃ, me lo querÃa decir y no pudo, fue el último domingo que pasamos juntos, y me lo querÃa decir, yo lo sé, lo sentÃ, que no me querÃa hacer mal, aunque se terminó yendo y eso me hizo peor.
¡Basta de llorar!, las cosas son de un modo, dice una amiga siempre, y de ese modo las quiero yo, y todos contentos, ¿no le parece?, ¿vos me ves el alma, amor?, yo sà veo tu alma, tu aura, tu resplandor, todo te veo tal cual sos, ¿vos a mà me ves el alma, tengo resplandor yo también?, el amor es imposible y todo lo importante no se puede, no se debe decir, pero no hay por qué ser tan cruel con uno mismo, y se mira las manos, se va y no vuelve, cierro la boca, ya es tiempo, hay una imagen en silencio en mi cabeza donde todo esencialmente se congrega, es imposible lo que pasó, por eso me siento como me siento y estoy donde estoy, por eso, sÃ, lejos esté del principio y del fin, cerca y lejos, necesito silencio, necesito, más que ninguna otra cosa en el mundo, que vuelvas, mi amor, te arrepientas y vuelvas, o me dejes y sepas que va a ser para siempre, soy estas manos, ¿las ves?, ¡tocá, dale!, ¡hundà sin miedo el dedo ese largo hasta el fondo tan hondo de mi corazón!, no estés asustado, mi amor, no soy yo la cosa esa fea que se ve tan fuera de sà si no estás, si no estás vos yo no soy nada, ¿sabés guardar un secreto?, ni existo.
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