Aritméticas
Sumas, restas, multiplicaciones y divisiones. Hay para todos los gustos. Los adictos a las drogas, a las gordas, a las adictas, al alcohol, al tabaco, al fútbol, a la justicia, a las injusticias, a la ley, al sexo, a la música, a los libros, a las terapias, a las flores de Bach y a las amapolas de Beethoven, a la polÃtica, a la vida y también, a la muerte. Gente apasionada.
Pasional
Bajas y altas pasiones. Sangre de toros que se multplican en diversos escenarios. Estadios de futbol playas restaurantes, barrios, despachos oficiales, barro, malévolas sonrisas y gotas y tangas que caen por su propio peso. La ciudad se puebla de emergentes. Unos descansan en el lecho de la fama. Y se convierten en personajes legendarios. Todo lleva su tiempo y uno no puede dejar de querer a unos, odiar a algunos y ser indiferente de pilas de cosas y casos que suceden dÃas tras dÃa, noche tras noche.
Big Jim Colosimo
Con sol, lluvia o con la tierna nevizca del 72. Ahora, entonces, se habla de adicciones, se mete lo recogido en la bolsa y poco falta para que las especies caminantes en dos patas se conviertan en licenciados en insólitos temas. El señor Kico toma la palabra y no deja de repetir cómo es la "verdadera" preparación del surubà asado. Helo ahà un experto gastronómico. ¿Arrebatarle a Don Jorge Colosio, cuyo nombre siempre me recordó a BIG JIM COLOSIMO, el haber fundado directa o por interpósita persona todas las escuelas de tango que hoy brillan en Rosario? Hágalo usted mismo.
La mano que mece la cuña (Guido Borgatti)
Callan y otorgan. Toman y obligan. Cuando llegaba Ismael (79), el darte la mano no era ni estrecharte la mano, ni acariciarte la mano ni dar la mano como un pescado se dijera, no. Era distinto y desagradable. Creo que el tiempo del sostenimiento de manos era lo más molesto porque aprovechaba haber hallado una vÃctima de su halitosis. El tiempo que duraba el saludo era además escuchar su voz tan baja e imaginar muchas veces lo que estaba diciendo y como resultado de ello, realizar gesto o comentario por una cuestión de respeto. Pero siempre en la conversación habÃa una palabra que no faltaba jamás: el viagra.
La ideologÃa alemana y el antiperonismo
Victorio trae más que un problema, un problemón: referenciando una vez más en el XVIII Brumario de Napoleón Bonaparte, baja la lÃnea: "Inevitablemente, camaradas, debemos esperar el giro a la izquierda de las masas peronistas". No me preguntéis acerca del XVIII Brumario en relación al giro a la izquierda de las masas peronistas. Yo siempre imaginé que ese dÃa, como ocurre con un coche, una luz intensa, amarilla titilarÃa y entonces tanto las masas como el coche girarÃan.
El tordo
Más tarde llegará el Doctor de zapato blanco y chaquetilla (no es para que se destaque como "doctor"). Ahà sà que hay que estar ¡Te la re-ga-lo! Hacen silencio. Sus conferencias abordan temas cotidianos con tanta sabidurÃa y sencillez que hasta el joven arquitecto no puede menos que contemplarlo fascinado junto a la tropa de albañiles que han reclutado. El Doctor dale que va... Su verborragia manda: algas, algas marinas, mar de la China, sucedáneas de las viejas ventosas. Fresas, refrescos, ensaimadas, sándwiches completos y pizzas rociadas con barriles de naranja Fanta. ¡Grande Doctor! Nadie entiende nada. Y los muchachos con el naso pegado a la pantalla chica y alta. Ya se comentaron los resultados de todos los partidos, el campo estaba mojado, el defensor le puso una trompada a uno que pasaba por delante. ¿Qué le habrá dicho? El arquero pateó otro penal afuera y el delantero atajó cuatro.
Crecen de noche
Lesiones. Hematomas. PolicÃas versus barras bravas. Arbitros comprados. Autos negros, motos, coupé. Directores técnicos concentrados en una tarea de la cual depende la paz social. ¡Vaya! ¡Hasta dónde hemos llegado! La vida pasa con o sin reflexión. La vida queda a medida de la puerta por donde entran y salen parroquianos a la búsqueda de un paraÃso de años idos. ¿Habrá existido alguna vez? Cuando el dÃa se va cerrando y la noche cubre el músculo dormido y el descanso de la pasión, esperan que la quiniela les pague el dÃa perdido. Pero no, nunca, nada. Como dice Joan Manuel Serrat: "crecen de noche y en el dÃa se derrumban los sueños que el olvido mece, por rumba".
Bajo las camisas más o menos formales acecha la verdadera, la del equipo de tu equipo de fútbol. Recuerdos de Perón, el Viejo. ¿Qué hubiese dicho de vos o de m�. ¿Y qué Evita de Juliana?. El dos mil no nos encuentra. Nos está buscando. No sabe si unidos o globalizdos.
Pero que el cafetÃn es lo único en la vida que se pareció a mi vieja, eso no se discute.
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