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Es un tanto contradictorio el discurso de la subsecretaria de Ingresos Públicos, Teresa Beren. Realmente, resulta ridículo argumentar que la provincia será menos competitiva o quedará "desacoplada" del resto, sólo porque no se le meterá la mano al bolsillo de los santafesinos.
De acuerdo a las declaraciones de la Subsecretaria sobre el crecimiento del 30 por ciento en la recaudación de Ingresos Brutos respecto del año anterior, celebramos la novedad, ya que si tenemos en cuenta que la inflación estuvo alrededor del 20% anual podemos deducir que existe un 10% de incremento genuino en la recaudación.
Sin embargo, es notable que Beren reconozca ahora que el impuesto sobre los Ingresos Brutos tiene relación directa con el consumo, ya que en su mensaje enviado a la Legislatura, en el que defendía fervientemente el incremento del tributo, negaba que éste se traslade a los consumidores finales. Por el contrario, ahora manifiesta que se comienza a notar una desaceleración en el consumo y por ello la baja de la recaudación tributaria. Sinceramente, es un tanto contradictorio el discurso.
Es increíble que se subestime a los ciudadanos, queriendo imponer ante la opinión pública que debido a que no se ha aprobado un verdadero impuestazo, Santa Fe se convertirá en un paraíso fiscal.
Ante este temor, le comunicamos a la Subsecretaria que son los gobiernos los que tienen la obligación y la responsabilidad de ejercer los controles suficientes para que ello no suceda; y en este caso, su Subsecretaría es la encargada de realizar esos controles. Además, en el contexto económico y financiero mundial, en el que todos los gobiernos, incluso el nacional, están tratando de proteger las fuentes de trabajo, la industria y el comercio, ningún economista serio y responsable podría recomendar un impuestazo.
Alberto Monti
Diputado provincial
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