AlfonsÃn
Ha muerto AlfonsÃn, sin duda que este hecho cierra un capÃtulo de la historia reciente para los argentinos.
Quizás sea oportuno recordar aquella reflexión de Lermontov en su novela cuando afirmaba que llegada la hora postrera se juzga a las personas como mejor de lo que fueron o como peores de lo que fueron, y en ambos casos el juicio serÃa erróneo.
Para nosotros ha muerto un gran simulador, un hombre de gestos ampulosos y de agachadas atroces.
Capaz de mandar a juicio a la juntas militares genocidas, pero también de amnistiar a muchos milicos y civiles, secuestradores, torturadores y asesinos.
Capaz de mencionar a los alzados carapintadas como "héroes de Malvinas", decretar las Felices Pascuas para evitar derramamiento de sangre pero que dos años después convocó al COSENA (Consejo de seguridad Nacional) y admitió una feroz represión en La Tablada, con desapariciones incluidas.
AlfonsÃn que partió antes del fin de su mandato gracias al golpe de mercado de Menem-Cavallo y luego en 1995 pactó en Olivos dándole la reelección al propio Menem.
AlfonsÃn socio de Duhalde, impulsor de los Planes Austral y Primavera.
AlfonsÃn, preocupado por lo que él llama "un neoanarquismo que recorre América Latina y peligrosamente quiere cambiar la sociedad sin tomar el poder". ¡Vaya peligro!
Este es, como dirÃa Lowith, un tiempo indigente, tan indigente que tipos como AlfonsÃn son presentados como ejemplos a seguir.
Que lejos aquellos tiempos de tipos como AgustÃn Tosco, Carlos Kristoff, Paco Urondo, Santiago Pampillón o el Gallego Soto y de miles de miles de estudiante, obreros, escritores, poetas, y pibes y pibas que no actuaban para la posteridad.
Manuel López Ocaña
lopezocanamanuel@yahoo.com
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar|República Argentina|Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.