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Renuncia

Escribo esta carta abierta a toda la comunidad teodelidense, para explicar que renuncié a integrar la lista "Trabajando por y para Teodelina". Dicha lista en teoría era independiente, es decir no estaba bajo ningún paraguas partidario, pero en la práctica dicha lista responde al Frente para la Victoria, cuyo líder en Santa Fe es Agustín Rossi. Esta fue la razón por la cual renuncio, porque el año pasado luché por el No a la Resolución 125, y conformamos un instrumento de lucha como es el gremio, la Filial FAA (Federación Agraria Argentina) de Teodelina. Por ello no puedo avalar una lista que responde a interés que no son los del pueblo, ni los de la ruralidad en su conjunto. Creo que para cambiar la realidad de Teodelina, hay que participar en sus organizaciones, en los partidos políticos, pero para esto hay que estar convencidos, hay que poner el esfuerzo, la voluntad, pero con el ideal de mejorar y sobre todo cuando hay un grupo, un equipo de trabajo. He decidido renunciar a la lista porque el señor Agustín Rossi no me representa; es más, ha relajado el interés de todos los santafesinos en pos de un proyecto de país, como es el de los Kirchner, donde se beneficia siempre a los más ricos, a los que concentran la riqueza. Yo lucho por un país, donde haya agricultores, donde haya diversidad productiva, por el desarrollo rural y los pueblos del interior.

Olga Sviser

Cómicos

Lo único que nos faltaba a los argentinos es que para estas próximas elecciones, ahora las diversas agrupaciones políticas convoquen a cómicos para utilizarlos como dirigentes de todos nosotros. Esto es realmente bochornoso. Una verdadera afrenta a la cultura de un país, que ha brillado con cientos y cientos de mentes de lo más lúcidas, que han transitado y transitan aún por aquí y por el mundo, sin que nadie les pregunte siquiera "qué piensan de esta barbarie en que se ha convertido nuestra nación" de un tiempo a esta parte. Lo único que vemos a través de los medios de información pública, y palpamos realmente, son rencillas y egolatría perversa entre los que hoy ostentan el poder, y una miseria cada vez más paupérrima entre los de abajo. Ahora también acechados por epidemias que sólo existían en los libros de historia, y esta vez han vuelto para cachetear nuestra alterada soberbia y vitalicia hipocresía.

Felipe Demauro