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Causa

Soy el hermano de quien que en vida se llamara Cecilia Restovich. Como en Rosario muere gente todos los días, y hacen pasar los homicidios por accidentes de tránsito, nadie sabe lo que a ella le pasó con exactitud; lo que sí sabemos es lo que nos trataron de ocultar, desde los magistrados hasta los policías que estuvieron en el lugar donde murió Cecilia. El que encubre una muerte no sólo corrupto es un delincuente más. Los magistrados en tribunales cobran un gran porcentaje de la muerte de una persona cuando un seguro cubre con sus fondos este tipo de pleitos; sí cobran los que llamamos "los aves negras". Cecilia murió hace un año y tres meses. La embistió por detrás Germán Gabriel Gómez, le amputó las piernas, la arrastró más de 130 metros y no frenó, ni quiso desviar el curso de su auto para tratar de evitar la colisión. Cecilia quedó sobre el techo del auto, seguramente viva. Y ¿qué hizo el asesino en lugar de llamar a una ambulancia? Llamó a sus abogados. Nosotros, la familia de Cecilia vivimos atormentados porque los policías que estuvieron allí, el comisario Peyronel, jefe de la comisaría 17ª, el comisario Bustamante, jefe de la sub comisaría 20ª y muchos más fraguaron toda una mentira junto con Gómez y en complicidad con siniestros señores de traje que escondieron y se robaron el casco de la moto, que Cecilia traía puesto, y dinero de su billetera. ¿Qué clase de monstruos pueden hacer esto? ¿No merecen un castigo? Lo hicieron para echarle la culpa del accidente a Cecilia, y la dejaron morir en el lugar, porque los testigos dicen que no permitían acercarse a nadie para atenderla, ni le prestaban ayuda. El juez Nuñez Cartelle, de correccional 9 nunca quiso recibir a mi familia, ni las pruebas, y comprometen a policías y peritos de la ciudad. La fiscal Lucía Araoz, que entiende la causa, nos echó de su despacho y nunca investigó, por eso tiene tres denuncias en su contra, incluso en la fiscalía general a cargo de la doctora Camporini. Esta causa sigue con un asesino y ladrón sin condena, con una carátula falsa y una pericia de dudosa veracidad.

Eduardo Restovich

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