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Vindicación del coraje
La sola mención de Antonio Di Benedetto es una reivindicación del coraje. Este escritor que padeció la prisión, la tortura y luego el exilio pagó muy cara su osadía de desafiar a los censores de la prensa que a mediados de los años '70 imperaban en el país.
En efecto, Di Benedetto, autor de paradigmáticas novelas como Zama y relatos como Los Suicidas o El silenciero no admitió las mordazas a la prensa y los inquisidores y verdugos le arrebataron su libertad en pleno imperio de la triple A.
El absurdo, que puebla como ingrediente de la realidad cotidiana muchos de los cuentos y novelas de este autor, pasó repentinamente a formar parte de su vida y el autoritarismo reinante en las pasadas décadas la dictadura cívicomilitar lo obligó al exilio.
El obligado destierro se transparenta también en sus cuentos y el pesimismo exhibido en su obra lleva añadida la nostalgia de la propia tierra lejana.
La postulación de la película Aballay, que toma como referencia un relato de Antonio Di Benedetto para competir por el premio Oscar de la Academia de Hollywood es del algún modo el reconocimiento póstumo a la obra de un periodista y escritor que puede contarse entre los más singulares y notorios de Hispanoamérica.
Aballay, con sus paradojas, es una historia que interpela desde cierta mitología popular y nos lleva a reflexionar sobre el coraje, la existencia contradictoria de los seres humanos y las convicciones.
Carlos A. Solero
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