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Diálogo

Es curioso el ciego empecinamiento que tiene Binner en contra del gobierno nacional, para reflotar y mantener siempre presente su imagen (ahora alejado de cargos políticos). Pues todo evento es excusa para criticar al gobierno nacional y posicionarse como el "verdadero y crítico opositor". Pero lo peor es que su enojo responde a su propia ineficiencia como administrador de esta Provincia. Sino que explique cómo hizo para endeudar tanto una Provincia con alto superávit como lo era Santa Fe al momento en que él asumió su gestión. Que explique donde metió los "mil no se cuantos" kilómetros de ruta en la provincia cuando sigue habiendo rutas totalmente intransitables, o qué pasó con la sede penal de los Tribunales rosarinos: obra totalmente parada luego de las elecciones, el abandono a los hospitales y escuelas. En fin... ¿todo eso es culpa del gobierno nacional también?. Ello sin mencionar los aumentos de los que tuvo que valerse con mero afán recaudatorio (los servicios siguieron siendo los mismos de siempre).

Dicho empecinamiento contrasta totalmente con el comportamiento de su delfín, sucesor y actual gobernador Bonfatti, quien inevitable y finalmente debió encontrar en el diálogo una manera de gestión tal vez diferente a la del silencio y orgullo que caracterizó a su antecesor. Hasta sale ante las cámaras de fotos y TV rodeado de Ministros y demás funcionarios de nivel nacional. ¿Qué tal?

Parecieran no ponerse de acuerdo entre ellos al adoptar criterios tan dispares al respecto, pese a ser uno "asesor ad﷓honorem" del otro y ambos del mismísimo palo político, una verdadera sátira. ¿O acaso la estrategia es jugar a dos puntas? Linda concepción política la de ellos, si fuere así.

Parece que los hechos obligaron a reflexionar a la actual gestión provincial, pues los resultados electorales les fueron adversos en ambas Cámaras, lo que indicó de manera indubitable que era hora de bajar la vanidad y acercarse más al diálogo y debate con otros sectores políticos, dejando de lado la demagogia y la soberbia. Algo un tanto novedoso tal vez para ellos. El poder ya no es pleno.

De todas maneras, el diálogo que guarda el gobernador con otros sectores políticos no es sinónimo definitivo de que el acercamiento sea real y haya alcanzado su mayor esplendor, pero ojalá pueda mantenerse e incrementarse. Eso sí, para Binner por favor un asesor que le indique cómo no hacer el ridículo y seguir la línea de armonía que mantiene su propio sector político.

Martín Rodríguez Luna

Correo