Página/12 :: rosario

Arbolitos y bicicletas

Contradiciendo los informes oficiales del Gobierno Nacional, vuelven a instalarse en los medios manejos financieros especulativos de imprevisibles consecuencias y que irresponsablemente algunos periodistas o analistas económicos multiplican pasando de "rumor a tendencia" y generando incertidumbre al por mayor.

Instalar nuevamente el tema de la compra y venta de dólares, tirar al aire informaciones de transacciones que quedan alejadas de las posibilidades del ciudadano o ciudadana común, es abonar la escalada especulativa sin más información que el comentario suelto de uno que otro conductor de programa radial o televisivo que obedeciendo a determinadas intenciones deforma la información y confunde, proponiendo salidas disparatadas para nuestra realidad, que en modo alguno defenderé como ideal, pero no me aventuraré a hacer previsiones, predicciones apocalípticas ni fijar posición respecto a un futuro que espero se vaya despejando con el correr de las horas y que los melones se vayan acomodando con el movimiento del carro.

Para los ciudadanos de a pie, con ingresos medidos y gastos muy controlados, escuchar radio o mirar noticieros constituye hoy una invitación a viajar a la luna o sentir la sensación de estar fuera de sintonía adhiriendo a las actitudes de los que no quieren saber nada de complicaciones e ignorando todo lo que se pueda para no tener "que hacerse problemas" seguir viviendo "la diaria" y esperar que soplen nuevos y mejores vientos.

Hemos tenido tantas crisis, hemos pasado por tantas experiencias negativas, nos han birlado tantos depósitos en los bancos, hemos superado tantos corralitos y corralones, nos han convertido tantas veces la moneda, que extraño a Tato Bores explicándonos las devaluaciones y al Gordo Casero imitando a Cavallo anunciando sus planes.

Dicen que el humor es el remedio para que los pobres podamos seguir viviendo y llegar a fin de mes.

Probemos entonces: suplamos a Tato con el humor de nuestras tribunas futboleras y tengamos paciencia para esperar.

Angel M. Contestí

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