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Un dique hundido

Como trabajadores de Vías Navegables nos sentimos tremendamente indignados. El hundimiento del Dique D4 en la tarde del viernes 8 de marzo pasado, en nuestra Delegación no hace más que ratificar nuestras denuncias sobre la falta de políticas hacia nuestro sector, ya no de intentar mejorar la flota de Dragado, sino de poder mantenerla a flote.

Hace tiempo nuestra repartición navega aguas de incertidumbre, que sumado a la inoperancia y la pereza, hacen que se produzcan este tipo de catástrofes. Con sentido común y buena voluntad debería bastar para impedirlas. Sin embargo hoy me dirijo a las máximas autoridades del país como responsable del área, para realizar las mismas preguntas que no han tenido respuestas. ¿Puede una delegación como Rosario no contar como mínimo con un barco auxiliar (remolcador/mula) para cualquier contingencia? ¿Es posible que conociendo la precariedad de nuestro plantel flotante no se prevean planes de mantenimiento? ¿A quién responsabilizar por no contar con una bomba sumergible de 4 a 5 pulgadas con 40 metros de cables?

Este tipo de abandono nos lleva siempre a realizar denuncias públicas. Nuestro "Centenario Ministerio" está en las mismas condiciones que el dique: hacemos agua, nos hundimos... los "espiches", "cajonadas" y las manos de los trabajadores con su entereza y voluntad no nos alcanzan.

Mientras quienes están aferrados al timón de Vías Navegables no encuentran el rumbo ni siquiera para encallar y llevar las naves a buen puerto. Nos encomendamos a Dios, para que nuestro plantel --de tanta importancia para nuestro país-- continúe a flote. Solamente la ayuda Divina podrá atender la falta de soluciones inmediatas.

Edgardo Arrieta

Secretario general

Sindicato de Dragado y Balizamiento de Rosario

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