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En el Borda

Pobres... Seguramente estaban atemorizados; enfermeras armadas con termómetros, viejos psiquiatras con pipas y auriculares, acorazadas las primeras con "ambos" verdes y los médicos con raídos guardapolvos blancos. También les causaban pánico los enfermos en vías de recuperación que veían destruir sus puestos de trabajo pasándose por el forro las medidas judiciales.

Dentro de esta masa terrorista también estaba la prensa (inclusive la propia, como dice Serrat "no reconocen ni a su madre").

Es así, frente a este despiadado batallón, estaban ellos: los desprotegidos, piadosos y atemorizados policías metropolitanos (creados para no ser como los demás y brindar seguridad), con sus relucientes escudos de plexiglás, chalecos, cascos, coderas y polainas. Parecían verdaderos hoplitas (metropolitanos = espartanos). Solamente armados con gases, itacas y menos mal que no tenían balas de plomo, porque con la ferocidad con la que actuaron, no caben dudas que las hubiesen usado.

Sin embargo, no queda otra reflexión que darles las gracias. Sí, gracias, Sr. Macri. Gracias sr. Montenegro. Gracias a Ustedes y su manera de tratar al prójimo sabemos donde estamos parados y de que lado hay que hacerlo.

Gracias por demostrar que no tenemos "Alzheimer", esas imágenes que creíamos olvidadas, ya las vimos y las recordamos en los años '76 en adelante, de la mano de sus maestros Videla, Massera y Agosti.

Néstor Sánchez Widmer

jefe comunal de Timbúes

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