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Sábado, 28 de diciembre de 2013
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Correo

Redes y enredos

En recientes declaraciones a agencias informativas el agente informático Edward Snowden, ahora exiliado en la Federación Rusa, expresó que los mecanismos de control social descriptos por George Orwell en su novela 1984 son de una magnitud insignificante comparados por el paroxístico accionar de las agencias gubernamentales de los Estados Unidos de Norteamérica.

En efecto, cada día siguen saliendo a la luz nuevas acciones de espionaje impulsadas desde las más altas esferas de la potencia que se pretende gendarme internacional y ejerciendo el poder de invasión a la vida y acciones de cientos de millones de personas en todo el Planeta Tierra.

Barack Obama parece estar poniendo en práctica las paranoicas doctrinas de Hoover y Mc. Carthy aplicadas durante la guerra fría ahora que el gigante del Norte percibe su irreversible declive a pesar de su potencial armamentístico y destructor expandido por la mayor parte del mundo.

El estrepitoso fracaso de la expedición a Irak con su secuela de muertes no solo no atenuó los niveles de violencia en ese territorio, sino que sembró nuevos gérmenes que potencian los enfrentamientos y renuevan cada día el terror en la población civil.

La incursión punitiva lanzada sobre Afganistán luego del derrumbe de las torres gemelas del World Trade Center, el 11 de setiembre de 2001, quedó empantanada y la retirada se dilata ad infinitum. El centro de detención de prisioneros de Guantánamo sigue marcha aniquilando vidas humanas.

Como afirma Gilles Deleuze: "Las viejas sociedades de soberanía manejaban máquinas simples; pero las sociedades disciplinarias se equipan con máquinas energéticas. Las sociedades de control operan sobre máquinas de tercer tipo, máquinas informáticas. Es una evolución tecnológica, una mutación del capitalismo bien conocida que puede resumirse así: en la situación actual, el capitalismo ya no se basa en la producción, que relega con frecuencia a la periferia del tercer mundo. Es un capitalismo de superproducción. Ya no compra materias primas y vende productos terminados: compra productos terminados o monta piezas. Lo que quiere vender son servicios y lo que se quiere comprar son acciones".

Más allá de los discursos y las maniobras distractivas de los jerarcas está la realidad con su contundencia escalofriante. Debemos resistir estos embates construyendo redes de solidaridad global entre los pueblos.

Carlos A. Solero

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