Violencia
Las mujeres vÃctimas de violencia por parte de sus parejas o ex parejas también sufren el maltrato y desidia del Estado que deberÃa velar por su integridad. Sometimientos que se reproducen en las comisarÃas o en Tribunales y que frecuentemente tienen su correlato simbólico en los medios de comunicación.
Dos grandes problemas evidencian que la violencia de género no es una prioridad para el Estado en todos sus niveles. Por una parte, la falta de implementación de polÃticas públicas efectivas, con personal capacitado y recursos presupuestarios acordes. De esta manera, la Ley Nacional 26.485 de Violencia contra la Mujer queda en letra muerta.
En segundo término, los obstáculos para acceder a la justicia. Por el contrario, se produce una re victimización: fiscalÃas que ningunean el testimonio de la agredida, comisarÃas que niegan la posibilidad de registrar la denuncia son apenas ejemplos de una práctica sistemática. A partir del estado público que cobró el caso C., el Ministerio Público de la Defensa se presentará como querellante por violencia institucional.
Ante la gravedad que asume en nuestra sociedad la violencia de género, las polÃticas del gobierno socialista cumplen un rol apenas testimonial. Aún a pesar de la declaración del Concejo Municipal - a iniciativa de la Multisectorial de Mujeres de la Emergencia en esta materia en el año 2012. Por ejemplo, hoy seguimos exigiendo cosas elementales como las lÃneas rotativas y atención las 24 horas del Teléfono Verde.
Quienes hace años venimos dando pelea a la violencia machista tenemos propuestas polÃticas para la vida de las mujeres. En primer término, es preciso un diagnóstico claro. La carencia de cifras oficiales de las denuncias sobre violencia y femicidios habla de improvisación.
Por otra parte, se debe instruir a las fiscalÃas y policÃas de protocolos de asesoramiento y atención a mujeres. El primer cambio radical para vencer el ninguneo y el maltrato es valorar como suficiente el testimonio de la mujer violentada para que el Estado actúe.
Asimismo, son necesarias polÃticas sociales integrales: apertura de casas en los distritos para casos de emergencia, talleres territoriales de empoderamiento, asignación mensual y fomento de cooperativas para promover la independencia económica, entre otras.
Es indispensable que el combate a la violencia de género sea una polÃtica de Estado. Sólo asà podremos empezar a generar una vida libre de violencias para las mujeres.
Majo Gerez
Pre candidata a Senadora por el Frente Social y Popular
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