Lobos y chacales
En la ciudad de Orlando (Florida), Estados Unidos de Norteam茅rica perpetr贸 una matanza con claro sentido homof贸bico.
Este hecho deleznable que destruye con absoluta frialdad vidas humanas no es una novedad en una sociedad desigual y violenta como lo es la de la principal potencia capitalista del mundo contempor谩neo en la cual se considera un derecho constitucional la portaci贸n de armas.
Las autoridades estatales hablan de un "lobo solitario" en referencia al homicida de Orlando pero cabe recordar que no es como proclam贸 Thomas Hobbes que los hombres seamos lobos para los hombres.
Las condiciones econ贸micas, sociales, pol铆ticas y culturales son las que generan v铆nculos violentos, estructuras de dominaci贸n y servidumbre.
Estas cuestiones las explicaron con meridiana claridad pensadores como Wilhem Reich respecto de la emergencia del fascismo y nazismo, en la din谩mica dial茅ctica de la sociedad expoliadora y alienante. Tambi茅n Erich Fromm cuando se帽ala c贸mo se generan las condiciones subjetivas en estructuras objetivas de opresi贸n. Y adem谩s Herbert Marcuse cuando explicita que la sociedades de consumo bajo su fachada democr谩tica esconden su aspecto totalitario de compulsi贸n hacia las guerras en nombre de la paz, apoyadas en arsenales nucleares que pueden aniquilar a la especie humana varias veces.
Los jerarcas norteamericanos que suscriben la doctrina de su "destino manifiesto" de hacer la guerra total, adem谩s de perpetrar de continuo invasiones, bombardeos y matanzas en cuatro continentes incitan a la poblaci贸n al individualismo cerril y el uso de armas.
El odio hacia todo aquello que no encuadre en los estereotipos patriarcales capitalistas debe ser combatido seg煤n estas paranoicas concepciones en ascenso expl铆cito con figuras como la del magnate Donald Trump.
No hay lobos solitarios, los lobos no matan gratuitamente. Si existen chacales artillados con camuflados uniformes que hacen flamear banderas militaristas, expansionistas y tan谩ticas desperdigados por el planeta que pretenden sea un inmenso campo de batalla.
Debemos resistirlos en todos los terrenos alterando las bases que dan sustento a sus siniestras acciones.
Carlos A. Solero
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