Esa sensación de impotencia de poder abarcar o siquiera trazar un conjunto de coordenadas que guÃen a través de ese océano de dichos, guiños, frases, contrasentidos, desmesuras, interpretaciones, lecturas, dobles lecturas, discursos, Buenos Aires, Madrid, derecha, izquierda, en fin, esa inmensidad llamada Perón o peronismo; volvió a vivirse esta semana en la Facultad de Humanidades y Artes, en las jornadas: "Perón, una aproximación a su pensamiento". Por allà pasaron filósofos, sociólogos, historiadores, cientistas de todo tipo como Horacio González, Eduardo Jozami, Alejandro Horowics, Roberto Baschetti, Juan Giani y Roberto Retamoso, entre otros. La mayorÃa coincide en que Perón mismo es un gran texto, porque además de un presidente y un conductor polÃtico, escribió y mucho, por lo que también fue un voraz lector.
Además de los libros de y sobre Perón, están los documentos. Los "papeles del peronismo" podrÃa decirse, la historia misma del movimiento que atraviesa la historia de este paÃs. Y en ese ámbito hay un campeón del archivo, de la minuciosa acumulación, de la obsesión por conservar y transmitir. Y ese papel lo encarna -en este tema- como nadie, Roberto Baschetti que estuvo presente en estas jornadas y dialogó con Rosario/12.
-¿Cuándo nació este inmenso trabajo suyo de ir juntando papel por papel relacionado con Perón, con la resistencia?
-Hay dos puntos. Uno emocional y otro que fue más racional. El primer punto se relaciona con mi niñez, cuando tenÃa 9 o 10 años y compartÃa mucho tiempo con mi tÃo (Manuel Evaristo Reyno) que era un resistente peronista y habÃa sido secretario general de Utedyc, cuando cae Perón en el '55 lo encarcelan en el sur, en RÃo Gallegos. Con la amnistÃa de Frondizi en el '58 sale pero sigue en la Resistencia con lo que nuevamente lo buscan con "captura recomendada". Es ahà cuando se aisla y se va a Cañuelas en la provincia de Buenos Aires, donde sigue militando semiclandestino en una casa en la junta infinidad de papeles, documentos, volantes, etc. Y para mà era hermoso ir allà a leer y a hurgar todo eso. Yo vivÃa en pleno centro de Buenos Aires y mi mamá me dejaba ir a visitar al tÃo al "campo" y resulta que yo volvÃa de esas vacaciones más blanco que nunca porque me la pasaba encerrado leyendo. Después lo racional, de alguna manera tuvo que ver con el golpe del '76; ahà yo dije "no voy a tirar nada, no voy a quemar nada. Lo voy a guardar, lo voy a preservar". Y lo distribuà de manera tal, escondiendo por todos lados, de una manera que tuve la suerte de que todo se conservara. No sabÃa muy bien por qué lo guardaba. Pero sà sabÃa que no lo querÃa tirar, que todo eso iba a servir para testimoniar esa larga lucha del pueblo argentino.
-El perÃodo de la Resistencia es al que usted más lo atrae. ¿Es porque quizás intuyó que era la etapa más suceptible de 'perderse'?
-Yo creo que sà porque es la historia de nuestro pueblo. Si los libros mÃos tienen algún valor si se quiere, es que el que habla es el pueblo. Cualquiera que militó en cualquier circunstancia de la vida, sabe lo que cuesta sacar un documento. Ponerse de acuerdo, que si va la coma, que si va el punto, si sacamos esto, si decimos aquello, si lo entrecomillamos o no. Entonces, yo sé que cualquier documento que se haya hecho es un trabajo colectivo inmenso, yo creo que eso es lo que hay que recuperar. Porque si no hubiese sido por esa voluntad férrea, por esa voluntad inmensa del pueblo, Perón se morÃa en el exilio, como hubiera querido el capitalismo, la oligarquÃa y el imperialismo. Digamos, se morÃa fÃsica o polÃticamente en el exilio si no hubiese sido por esa enorme decisión, esa lucha del pueblo que terminó por depositarlo nuevamente en la Argentina y en el poder.
-Estos papeles, documentos y testimonios de todo tipo que usted ha guardado a lo largo de todos estos años; ¿refuerzan esa idea que perdura y que rondan estas Jornadas de Rosario, de que Perón es como un gran texto, una doxa?
-SÃ, porque Perón es la historia de los últimos 50 años de Argentina. Y además porque Perón produjo textos, discursos, adelantos muy novedosos para la polÃtica. Por ejemplo, yo militaba en los '70 y escuchaba que Perón hablaba de cosas que me parecÃan extrañas, raras, y que ahora tienen una vigencia total. Porque hablaba de ecologÃa, de mantener limpio el planeta, hablaba de un pacto entre Argentina, Brasil y Chile; antes que nadie mencionara los procesos de integración regionales. Es decir, era un adelantado a su época y después era un gran lector, un gran estratega y creo que eso también se ve en sus libros. Sobre todo en varios de sus trabajos en el exilio, donde en esos textos ya se ve que desde el mismo momento que se va del paÃs derrocado, ya está pensando en su regreso. También hay que decir que el peronismo, con sus documentos o con la misma palabra de Perón, da para escribir de todo y justificar todo. Es decir uno va a encontrar cosas a favor y cosas en contra sobre el mismo sujeto polÃtico y sobre la misma situación. El caso de Vandor, por ejemplo. En un momento es el creador de las 62 Organizaciones Peronistas y después el mismo Perón lo defenestra cuando le manda a sus compañeros una carta en la que dice que Vandor es como una silla rota y que hay que ver cuánto daño hace una silla si una pata. Y al poco tiempo Vandor pierde la vida en un atentado, es decir ese texto da para múltiples interpretaciones.
-¿El peronismo es, como muchos dicen, una intensa praxis polÃtica en busca casi desesperada de una teorÃa?
-Eso es muy subjetivo, está de acuerdo en cómo cada uno lo vea y todos pueden tener parte de la razón. Lo que a mà me parece que es indestructible en el peronismo, donde hasta ahora no ha habido ninguna instancia superadora, lo que lo hace vigente (incluso más allá de esas chanzas del mismo Perón que decÃa `todos son peronistas, lo que pasa es que algunos todavÃa no se dieron cuenta'); es que no ha habido ningún movimiento polÃtico de liberación que pueda hablar de justicia social, independencia económica y soberanÃa polÃtica. Esas tres banderas siguen tan vigentes como el primer dÃa del 17 de octubre de 1945. Y eso lo que lo hace distinto al peronismo, porque se puede ser de una manera peronista o de otra, pero el peronismo pasa por ahÃ. Por lo tanto, el que cumple eso es peronista y el que no -desde mi sencillo punto de vista- no lo es. Y por ahà pasa, porque después los escritos pueden tener vigencia, perderla, ser más o menos importantes para una coyuntura o para otra; pero realmente esas tres banderas son las que todavÃa mueven los grandes intereses polÃticos argentinos.
-¿Dónde guarda todo este vasto material que ha acumulado sobre el peronismo?, ¿está guardado bajo llave o hay acceso para la consulta de investigadores e interesados?.
-Por supuesto que hay acceso, porque yo soy en ese sentido muy amplio y quiero ser asÃ. Porque si cuando yo tenÃa 20 años peleaba por una patria socialista, libre, justa y soberana; y precisamente pensábamos que habÃa que socializar los conocimientos, la cultura y la educación, serÃa muy ruÃn de mi parte que ahora cuando ya soy bastante más grande "privarizara" o no fuera generoso con los demás con todo ese material que tuve la posibilidad de guardar a lo largo de todos estos años. En ese sentido es muy importante algo que decÃa Rodolfo Walsh, cuando mencionaba que las clases dominantes lo que pretendÃan era que cada lucha empiece desprovista de las luchas anteriores, y que cada uno se encuentre con una pelea que parecerÃa nunca se dió antes; no, es al revés. Hay que conocer las luchas anteriores, esas que se vienen dando desde las guerras de la independencia, para no cometer los mismos errores, para ir avanzando. Entonces es importante que toda esa documentación esté a disposición de la gente. Y eso es lo que yo hago, fui guardando, juntando archivando y compilando para que sirva, para que se aproveche desde el punto de vista intelectual, social y polÃtico.
-El gobierno de los Kirchner, ¿ha movilizado a una discusión como hacÃa mucho tiempo no se daba hacia el interior del propio peronismo y sobre los enemigos tradicionales o novedosos del peronismo?
-SÃ, es eso lo que se está dando. Es esa lucha eterna entre dos segmentos sociales grandes de la historia Argentina, donde ninguno pudo vencer al otro, ni imponer su proyecto. Cuando Cooke dice que el peronismo es "el hecho maldito del paÃs burgués", para mà sigue siendo asÃ. Y esa discusión me parece que hay que darla. Y eso se ve claramente cuando se toca el poder y se trata de socializar, de redistribuir, se vio claramente en los últimos conflictos y es una pelea que se está dando ahora y que años anteriores aún democracia no se estaba dando. Yo veo que a muchos el destino nos da otra posibilidad, más de treinta años después, de seguir peleando por las mismas banderas en las que creÃamos en los 70. De otra forma, más viejos y experimentados, aprendiendo todos los dÃas. Y eso es algo que hay que valorarlo y también honrarlo.
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