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Domingo, 22 de noviembre de 2009
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Una radiografía profunda, con estadísticas oficiales, de villa La Cava

Verdaderos números de la pobreza

Se formó hace cuatro años en Rouillón a la altura del 4.000 y ya tiene cerca de 1.200 personas. La mayoría llegó allí desde otros barrios rosarinos y de la comunidad toba. Otro porcentaje se radicó huyendo de miserias mayores de otros puntos de la provincia de Santa Fe, de otras provincias o países. Tiene una edad promedio de 19 años y de los más de 500 en condiciones de trabajar, 300 no tienen donde hacerlo.

Por Alicia Simeoni
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La villa se formó a partir de una migración interna de la comunidad Toba en Rosario y con parientes que llegaron de Chaco.

Un villerío de chapas, latas y pedazos de telas se extiende, amontonado, en la periferia noreste del que se conoce como Barrio Toba -por la relocalización de personas de ese pueblo originario que se hizo hace años , y tiene como una referencia obligada a la calle Rouillón a la altura del 4.000. El nuevo asentamiento no estaba en 2005, hoy reúne a cerca de 1.200 personas que llegaron allí en un 85 por ciento desde otros barrios rosarinos y de esa misma comunidad toba y en un 15 por ciento huyendo de miserias mayores de otros puntos de la provincia de Santa Fe, de otras provincias o países. La Cava, así le llaman sin esfuerzo para denominarlo por el mugriento zanjón que corre a su vera, tiene una población muy joven, con una edad promedio de 19 años y muchos niños. De la población en edad y condiciones de trabajar, unos 560, hay 316 personas que no tienen trabajo, mientras el resto se desgrana en ocupaciones irregulares, changas varias. El total de los moradores de esas viviendas están "enganchados" para obtener el servicio de luz y en cuanto al agua, el 76 por ciento de las viviendas la obtiene a través de mangueras y un 24 utiliza la cuba de la que se sirven en distintos recipientes.

Los datos surgen de la propia Secretaría de Salud Pública de la Municipalidad de Rosario que a través de su Area de Investigación, que en este caso trabajó en forma conjunta con la Dirección de Bioestadística y el equipo de salud del Centro de Salud Toba que dirige Olga Lifschitz, llevaron adelante el relevamiento sociosanitario que les permite conocer aquellos datos sobre los que pueden actuar y otros que quedan para información de otras áreas del gobierno local, provincial y nacional. Lo que permanece expuesto en ese relevamiento son características de la pobreza que creció en los últimos años, también en la ciudad. 790 personas de las 981 consultadas en La Cava concurren a los centros de salud de la zona, la mayoría de ellas lo hace al Toba, pero en los turnos diarios o de urgencia y no de manera programada, uno de los aspectos que se trata de revertir para brindar una política de seguimiento consecuente hacia este sector tan vulnerable.

Es Andrea Montaner, directora del Distrito Oeste quien señala que el Centro de Salud Toba, ubicado en Pasaje 4 Nº 4320 (Rouillón al 4.300), tiene una población de 25.000 potenciales usuarios en una zona donde el servicio público nunca es suficiente y siempre aparece desde el lugar de tantísimas necesidades. El primer centro de salud que funcionó en una de las viviendas del barrio, construido para la relocalización de asentamientos que habitaban parte de este pueblo originario, empezó con su tarea en 1991. En 1996 se construyó la sede actual que ya lleva una ampliación y se hará otra, pero el espacio no da para más. A la relocalización de tobas, y de criollos, estos en la periferia del barrio original, se sumaron en los últimos 5 años, 7 nuevos asentamientos que a la vez siguen creciendo, explica Olga Lifschitz "porque el oeste es uno de los pocos lugares de la periferia donde todavía queda espacio".

Ahora es la médica Alicia Rodríguez, integrante del Area de Investigación de la Secretaría de Salud Pública, el espacio desde donde se trabajo de manera conjunta con la Dirección de Bioestadística y el equipo de salud del centro que dirige Olga Lifschitz, quien explica que en el 2005 el asentamiento que hoy se conoce como La Cava no existía y que en el relevamiento sociosanitario de su población compuesta por 1211 personas, que se hizo durante el 2008, el 50 por ciento de los consultados acerca del tiempo de residencia en el lugar contestó que estaba allí desde un período que iba entre los 6 meses y los 2 años. Una de las característicos de sus habitantes es que se trata de personas muy jóvenes: la edad promedio es de 19 años y el 75 por ciento de los residentes tiene menos de 27 años.

La investigación en terreno relevó 244 viviendas del total de 337 que existen con un número de 302 casas-habitaciones ocupadas y muy precarias, ya que el 66 por ciento de las viviendas son de chapa y un 26 se levantó con diversidad de materiales, chapas y blocks en su mayoría. Por otra parte hay que señalar que el 84 por ciento de las viviendas relevadas tiene el baño afuera, el 11 por ciento lo tiene dentro de la casa y 11 viviendas, que representan un 5 por ciento del conjunto, no tienen baño y el 82 por ciento de las viviendas posee una sola habitación.

Otros datos que hablan de la precariedad es que en el total de las viviendas, los moradores están enganchados al servicio de luz, que el 76 por ciento de cada casa obtiene el agua a través de mangueras y que el 26 por ciento se sirve de lo que le provee una cuba como servicio público. Desde el Centro de Salud Toba se percibía la llegada de mayor cantidad de pacientes que referenciaban vivir en la zona comprendida en ese nuevo asentamiento ubicado al oeste de calle Rouillón sobre la avenida de Circunvalación y Maradona. De ahí que el relevamiento realizado para describir las condiciones socio demográficas y sanitarias de la población residente en La Cava y las modalidades de utilización del servicio de salud, tienen como propósito el procurar las intervenciones necesarias para mejorar la calidad de vida de sus habitantes. El mecanismo de la investigación en terreno, interdisciplinaria y con la participación de las instancias citadas tiene el especial valor de surgir desde la misma Municipalidad, en este caso a partir de la Secretaría de Salud Pública, la que lo produce como una manera de marcar qué se logró, cuánto y qué falta reforzar o corregir en las políticas aplicadas.

En ese sentido si bien la población referencia utilizar varios centros de salud en un número de 790 pacientes 505, es decir el 72,1 por ciento lo hace en el Centro Toba y otros 188 hablan de que lo hacen en el 'hospital'. El uso que hacen del centro ubicado en Pasaje 4 Nº 4320 explicita que en forma mayoritaria se llegan hasta allí para los turnos que se dan en el día, o bien en las situaciones de urgencia, y que es poca la concurrencia programada, de allí que se trabaje en la búsqueda de mecanismos que permitan un seguimiento de esta franja de población tan vulnerable.

La formación de La Cava habla de la multiplicación de la pobreza en el país, un dato del que Rosario no escapó: el 44 por ciento de las familias residentes, 105, son de origen toba, el 41 por ciento, 98 grupos, son criollos, otro 11,8 por ciento, 28 familias las componen tobas y criollos. Pero un dato determinante es sin duda el que habla de la procedencia de los residentes de La Cava que en un 85 por ciento llegaron desde otros barrios o son descendientes de quienes viven en la comunidad que fue relocalizada hacia fines de los años 80 y que cuando formaron sus parejas se mudaron a algunos de los asentamientos más recientes, entre ellos La Cava aquí el 47 por ciento de los habitantes proviene del mismo barrio, el 40 por ciento de otros barrios y el 13 por ciento de otra comunidad toba , y sólo el 15 por ciento llegó desde otra ciudad de Santa Fe, otra provincia del país u otro país. "Se trata de una migración interna en la ciudad" dice Rodríguez, en tanto Lifschitz aporta que también hay parientes que llegaron desde el Chaco alentados porque desde aquí les avisaban que había "lugares donde instalarse" quienes viven en la comunidad toba van de visita a Chaco y cuando vuelven cuentan que estaban desesperados por volverse porque tenían hambre; además tratan de juntar ropa y mercadería para llevar".

Andrea Montaner y Fernanda de la Fuente, quien integra el Programa Médicos Comunitarios que se articula con el postrado de Salud Familiar de la UNR y participa del Centro Cultural El Obrador (ver aparte), ubicado a 3 cuadras del Centro de Salud Toba, hablan de las características migratorias de la población mencionada más arriba y de la falta de servicios en el asentamiento La Cava cuyo destino para la planificación municipal es el de un espacio verde , por cuento sus pobladores acumulan aguas en recipientes. Ambas condiciones, sumadas a las otras que hacen a sus vidas, convierten al lugar en espacio de riesgo respecto de la enfermedad del dengue.

Por supuesto que el barrio tiene problemas y es tan fuerte la vivencia respecto de la falta de servicios, agua y luz en primera instancia, y que ocupan las dos terceras partes, el 62 por ciento de las preocupaciones por la problemática general que, a la vez, dejan muy atrás a todos los otros ítems que padece La Cava: la salud se menciona en segundo lugar pero mucho más atrás, con un 15 por ciento, la inseguridad en un 11, la vivienda en un 7 y el trabajo y la asistencia social en un 4 por ciento.

La situación laboral de la población económicamente activa de La Cava es otro de los elementos que aparece como dramático: de 559 personas, 316 no trabajan, 33 sí lo hace, 189 habla de trabajo irregular, lo que habitualmente mencionan como changas y hay 21 personas que dicen trabajar pero no saben encuadrar las actividades que realizan. Es decir que más de la mitad de las personas, tomadas desde los 14 años en adelante, entre ellos no hay jubilados, expresaron no trabajar y de quienes lo hacen, el 78 por ciento, lo realiza en forma irregular. Sólo el 13 por ciento tiene trabajo en blanco.

Hay muchos niños y jóvenes en La Cava. Respecto de la estructura de la educación formal hay en el barrio 461 personas que concurrieron a la escuela, 185 que lo hacen actualmente y 55 que nunca fueron. En porcentajes puede decirse que el 65 por ciento de quienes viven en el asentamiento concurrieron a la escuela y de este indicador, el 34 por ciento no terminó la primaria; un 19 sí lo hizo pero no siguió estudiando y sólo el 2 por ciento de los residentes terminó la secundaria. El 8 por ciento de los residentes de La Cava son analfabetos.

Con respecto a la educación informal, sólo 39 personas, el 4 por ciento de la población, mencionaron concurrir a un centro Crecer o al jardín de infantes. Por último, sólo una persona mencionó asistir a un taller de alfabetización que no es el aula radial de El Obrador, un emprendimiento conjunto entre las secretarías de Salud y Cultura de la Municipalidad de Rosario.

Otro aspecto que describe una realidad particular de La Cava tiene relación con la participación en instituciones intermedias, una instancia que practica una tercera parte de la población, alrededor del 35 por ciento, un porcentaje relativamente alto si se lo compara con el del relevamiento realizado por el mismo equipo del Area de Investigación de Salud Pública en el asentamiento al que se conoce como Vía Honda Avellanada al Este, Felipe Moré al oeste, bulevar Seguí al norte y las vías del ferrocarril Mitre, en la llamada calle Cagancha al sur ,

en donde sobre 2508 personas relevadas, un 15,5% manifestó tener participación en organizaciones intermedias.

De quienes tienen participación, el 55 por ciento lo hace en agrupaciones políticas -la Corriente Clasista y Combativa y el movimiento que lidera Raúl Castells según testimonios del barrio , mientras el 42 por ciento lo hace en agrupaciones religiosas, sobre todo en la Iglesia Pentecostal.

En cuanto a las familias que tienen una vinculación política puede hacerse un desagregado y es que el 77 por ciento de ellas recibe, al menos, un plan o subsidio y de las que participan en organizaciones religiosas es el 58 por ciento el que recibe una asignación similar. Las proporciones se invierten en las familias que no tiene participación en las organizaciones intermedias ya que la mayoría no recibe subsidios.

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