Rafael Bielsa relató ayer sus dÃas de privación ilegal de la libertad en La Calamita, el centro clandestino de detención que pertenecÃa al Destacamento de Inteligencia 121. "Fui secuestrado en Oroño y Rioja, a fines de junio de 1977", comenzó ayer su testimonio frente al Tribunal Oral Federal número 1 de Rosario en la causa Guerrieri II. Entonces, Bielsa trabajaba en la fiscalÃa federal, en el mismo edificio donde ayer declaró como testigo. Iba caminando hacia allà cuando lo interceptó un automóvil. "Seguro que no estuve en la Quinta de Funes, donde creà haber estado toda la vida, porque carece de sótano, y yo estuve claramente en un sótano", indicó Bielsa, que pudo advertir su error de años durante el reconocimiento judicial al ccd de Granadero Baigorria, en la etapa de instrucción de esta causa. En La Calamita, además del subsuelo, advirtió los azulejos en las paredes del lugar donde se aplicaban las torturas y algunos detalles de los baños. "Durante los primeros dÃas, uno ve por debajo de la venda. Después, los ojos se pegan a la venda", rememoró el excanciller.
Además del exhaustivo relato de su cautiverio, Bielsa dejó en evidencia dos episodios de la complicidad judicial. Contó que una vez liberado, pese a su mal estado fÃsico y psÃquico, volvió a trabajar durante dos o tres dÃas. El entonces fiscal de cámaras VÃctor Saccone lo conminó a renunciar a su empleo en la fiscalÃa bajo amenaza de ir preso durante cinco o seis años. "Me persuadà de que era mejor renunciar", dijo ayer. Y también confirmó que los integrantes de la Cámara Federal sabÃan "perfectamente" de las detenciones irregulares, y eso lo conoció por una amiga de su familia. El entonces camarista Jorge Miranda Pacheco le dijo sobre él a Mabel de Bruera: "No lo busquen más, no pierdan el tiempo". Ese mismo Miranda Pacheco le habÃa hecho saber tiempo antes a la misma mujer que Rafael Bielsa estaba "primero" en una lista de personas que serÃan secuestradas. Cuando la señora de Bruera se lo contó al protagonista, Bielsa intentó calmarla. "Uno consolaba a las personas que traÃan noticias tristes", recordó ayer.
El ex canciller argentino rememoró los interrogatorios durante su tortura y recordó que habÃa dos personas en el lugar: el que aplicaba las corrientes de electricidad y quien hacÃa las preguntas. "La imputación principal era que yo habÃa intervenido en el ajusticiamiento del policÃa Telémaco Ojeda, en el que no habÃa tenido nada que ver. Una vez despejado esto, fueron las preguntas tÃpicas de los chupaderos: nombre de guerra, lugar en la organización, compañeros. Perdida la hipótesis principal, después era medio al tuntún", dijo Bielsa ante los jueces Roberto López Arango, Lilia Carnero y Noemà Berros.
De lo que ocurrÃa en el piso superior, y podÃa escuchar desde el sótano, Bielsa recordó el televisor prendido, algunos partidos de la selección previos al Mundial 78 y dos escenas nÃtidas. "Una vez trajeron a un compañero que decÃan que habÃa sido detenido en la zona sur de Rosario, y se habÃa tomado la pastilla de cianuro. Le estaban haciendo un lavaje de estómago para que sobreviviera y poder interrogarlo", relató ayer. Nunca supo quién era ese compañero, y tampoco si sobrevivió. El otro momento que relató fue la visita de alguien que tiempo después reconoció como el entonces jefe del Comando del Segundo Cuerpo de Ejército, Leopoldo Galtieri. Aunque no le conocÃa la voz en ese momento, años después pudo identificarla sin dudar. Galtieri le reprochó que hubieran donado la biblioteca de su abuelo (el célebre abogado Rafael Bielsa) al Colegio de Abogados, para que se utilizara en la defensa de "delincuentes subversivos". El ex canciller le respondió que era una biblioteca de derecho administrativo, no penal.
Entre sus compañeros de cautiverio, Bielsa dijo ayer que "seguro" estuvo con Horacio "el TÃo" Retamar y José "Foca" Capella. Creyó compartir cautiverio con Carlos "Nacho" Laluf, pero luego supo que la detención de Laluf habÃa sido posterior. Los tres fueron vÃctimas del circuito de centros clandestinos de detención Quinta de Funes-Escuela Magnasco-La Intermedia y están desaparecidos. "En el departamento que yo vivÃa solÃa reunirse la Regional de Montoneros. Yo le prestaba el departamento a Daniel Rocha, que era del gremio de Bancarios y está desaparecido. Tres de las personas que se reunÃan eran estos compañeros, a los que en su momento conocà sólo por el apodo", dijo ayer Bielsa frente al Tribunal.
Cuando Carnero le preguntó si en la fiscalÃa sabÃan de su militancia en Montoneros, Bielsa respondió: "Absolutamente. Hasta el pase a la clandestinidad en 1975, no era ilegal". Por último, también ante una pregunta de Carnero sobre Tulio Tucho Valenzuela, Bielsa contestó que no recordaba haberlo visto en su departamento, pero que está escribiendo un libro sobre el lÃder montonero que desbarató la Operación México, en enero de 1978. "Hace cinco años investigo sobre su vida y llegué a la conclusión de que debà haberlo visto en mi departamento, pero entonces no le presté atención", dijo ayer.
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