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Jueves, 29 de noviembre de 2007
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SOBRE LOS RECIENTES CRIMENES COMETIDOS POR JOVENES

Del parricidio al delirio

Ese es el título del último libro de la psicóloga Raquel Capurro que disertó en octubre en Rosario. Aquí, la entrevista

Por José Manuel Ramírez *

- ¿Cuál es su intervención en el Seminario Paranoia y Estructura?

- Es a propósito de un caso que publicamos hace ya unos 10 años y que motivó un primer viaje que yo hice a Rosario, con Diego Nin, para hablar de esa primera publicación bajo el título "Extraviada". El título del libro en su primera edición. Se trata de una joven, estudiante de Magisterio, que en el año 1935 mata a su padre de cinco balazos, en una situación de violencia doméstica, diríamos hoy, que es llevada al paroxismo por los celos del padre y la posición azuzante de la madre. En esta situación la joven llega a la convicción de que su padre los va a matar a todos y que va a matar a la madre, se adelanta y mata al padre. Y hay un proceso judicial penal del que ella va a salir declarada inimputable pero no es considerada 'loca', en ese momento, sino presa de una angustia de la situación momentánea de la familia.

- ¿Cómo es que la madre la azuza a ella?

- La madre no la azuza a ella, azuza los celos del padre, la madre se rehusa al padre, la madre pretende educar a ese hombre, pretende un juego de poderes con ese hombre en ese momento que tiene además sus peculiaridades y que va a ser fácticamente 'el juzgado' en ese juicio por la opinión pública, por los diarios de la época, como un 'paranoico'.

- O sea que se transforma el crimen cometido por la hija, en una cuestión de violencia familiar, como que ese hombre era un violento.

- Exactamente, y como si la hija hubiese actuado en legítima defensa, cuando en realidad es en defensa de la madre, pero casi en una legítima defensa. No lo puede sostener jurídicamente el abogado porque no es en un momento de una amenaza, es una amenaza verbal cuando el padre está saliendo de la casa, en el jardín de la casa, entonces ella sube busca el revólver que sólo ella y la madre sabían donde estaba y comete el asesinato.

- Además, no respondiendo a una agresión directa del padre, sino a una idea de ella...

- Hay una amenaza del padre que dice 'esta noche vuelvo y los mato a todos', pero eso había ocurrido infinidad de veces. Había habido sí violencia del padre sobre la madre, violencia física, y era un hombre violento indudablemente, pero la cuestión es mucho más compleja de lo que apareció en la prensa, evidentemente, la complejidad se esfuma no sólo en la prensa sino también en el proceso que termina con esas palabras de un abogado célebre, en ese momento, que le dice a ella: "Ahora, olvídese de todo". "Borre todo y empiece una nueva vida".

- ¿Eso le dice el abogado?

- El abogado al terminar el juicio.

- Y usted, ¿cómo interpreta lo que dice el abogado, y cómo interpreta ese crimen?

- Quizás más importante que mi interpretación es ver inmediatamente el efecto que eso tiene en Iris (Cabezudo). De una enunciación donde ella dice inicialmente "Yo lo maté, es mi padre", va poco a poco a decir, a zafar del lugar de autora del crimen, lo que además la justicia le indicó cuando le dicen "la que cometió el crimen fue una que estuvo allí en un momento pero que no es tú", "fue un arrebato de algo que te poseyó en un momento y ya no más". Todo eso la coloca en un lugar de imposibilidad de responsabilizarse del acto, cada vez más desubjetivado ese acto.

- Como si fuera inocente, como si no fuera culpable.

- Como si no tuviese ninguna responsabilidad. Ahora, a los veintidós años, la madre escribe un alegato a favor de su hija, que se llama "Veintidós años de matrimonio". Este es el capítulo más largo del libro. Y veintidós años después de ese juicio, y delirando Iris va a ver a un psiquiatra a pedirle que examine a su madre que no cesa de hablar contra el padre, como si siguiera vivo. Respuesta del psiquiatra: Iris queda internada, con diagnóstico de paranoia. Desde el Hospital, entonces, para defenderse escribe 'su delirio', diríamos.

- A ver. Iris va al psiquiatra para decirle que la madre...

- Que la madre tiene un plan para matarlos y destruirlos a todos. Esa misma acusación era la que la madre tenía sobre el padre, que el padre tenía un plan de destrucción. Ahora el plan de destrucción es expuesto por Iris en su madre, pero en vez de recurrir de nuevo a un asesinato, lo que ella hace esta vez es distinto, ella va a ver un psiquiatra para decirle que examine a su madre porque aquí hay algo de locura en juego. Y sí, evidentemente, entre madre e hija hay algo de locura en juego, no cabe duda.

- Hay un hermano también.

- Hay cinco hermanos. Todos esos hermanos van a terminar su vida trágicamente. Una familia que se extingue. Aparece en el libro el final de cada uno de ellos. Y bueno, Iris queda a partir de su internación escribiendo ese texto, que está publicado allí, y que es su versión, opuesta a la versión de la madre, de lo que ella malentendió en el pasaje al acto. Ella se da cuenta que no entendió porque ella creyó que iba a suprimir el problema y se encuentra con que su madre sigue hablando del padre como si estuviera vivo, peleándose con él como si estuviera vivo. Es decir, que no solucionó nada, y entonces empieza a ver en la figura de la madre la que arma la persecución, que se va a ir configurando con otros personajes, y se va a ir extendiendo luego a su trabajo en la escuela, en la figura de la Directora que da con la figura de la madre. Eso va a motivar que en el mismo momento en que ella hace esa consulta, es objeto de un sumario en la Escuela Primaria, por no aceptar hacer el plan del año para preparar sus clases. Iris no quiere escribir planes. Esa palabra plan está cargada para ella por la historia familiar. Y ese rehusamiento, que lo hace de mal talante, motiva (con otros elementos) un sumario que la va dejar cesante, la van a jubilar de la enseñanza primaria. Ocurre concomitantemente con la internación.

- O sea que ella pudo trabajar después de cometer el crimen.

- Ella en la cárcel nunca estuvo, estuvo detenida en el Hospital Penitenciario, un año y pico. De ahí sale, termina sus estudios de Magisterio y empieza a trabajar como maestra, señalada por supuesto 'esta es la que mató a su padre'. Había algo que la rodeaba como puede verse en el testimonio de una vieja maestra de los recuerdos que tenía de Iris, y que los dio para el libro, a quien recibía en su casa hasta los años ochenta, cuando ya Iris era una vagabunda en Montevideo.

* Psicoanalista. Coordinador Página Psicología Rosario/12.

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