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Cuando a los comienzos de los años sesenta aparece la primera promoción de egresados de la carrera de Psicología en nuestra ciudad, surge al mismo tiempo el primer grupo de psicólogos que, advertidos del carácter profesional de esta nueva disciplina universitaria, decide asumir el compromiso que esto implica. La creación casi inmediata de la Asociación de Profesionales Psicólogos de Rosario fue el primer resultado de esta valorable actitud inicial. La nueva entidad, ámbito de pertenencia durante muchos años de todos los psicólogos, nació con el noble propósito de la lucha por la defensa profesional y por el reconocimiento social; aquellos queridos colegas, egresados del año 1961, a los que se fueron sumando muchos otros, fueron conformando paulatinamente una sólida institución alrededor de dicho objetivo, a la que honraron con su calidad intelectual y su ética profesional.
En una nueva ocasión de conmemorar nuestro día, no podemos dejar de referirnos a aquella marca inicial que el ejercicio de nuestra profesión tiene entre nosotros: la persistente lucha por la dignidad de nuestra práctica y la integración constante al espacio social al que pertenecemos; ambas perspectivas, junto con la formación continua, expresan las razones esenciales del crecimiento y afianzamiento profesional logrado hasta el momento: el amplio y diverso reconocimiento de que somos objeto por parte de toda la comunidad que requiere de nuestros servicios profesionales da cuenta de ello. El profesional psicólogo es hoy un referente habitual en el campo de la salud mental en cualquiera de sus requerimientos, ya sea en la promoción como en la prevención o rehabilitación como así también en los diversos ámbitos pertinentes a la disciplina psicológica (clínico, educacional, laboral, jurídico, social y comunitario) con una formación académica sólida capaz de fundamentar su desempeño en esos diversos campos de aplicación.
El doble reconocimiento que la psicología tiene hoy como ciencia y como profesión, avalado por la solidez de los conocimientos que componen su estructura disciplinar transmitida en los ámbitos académicos debidamente acreditados, ha significado que el Ministerio de Educación de la Nación haya declarado de interés público a los títulos de Psicólogo y Licenciado en Psicología, señalando de esa manera que los graduados en posesión de los mismos son los que cuentan con la formación necesaria y la capacitación suficiente para asegurar idoneidad en las acciones e intervenciones pertinentes en cualquiera de los ámbitos de la disciplina psicológica. Teniendo en cuenta que la impericia, ya sea por ineptitud como por ignorancia, puede poner en riesgo la salud, el bienestar y la calidad de vida de la población, el Estado en su función de garante toma los recaudos legales correspondientes y establece condiciones y requisitos que los profesionales psicólogos poseen en razón al carácter habilitante de su título académico y a la matrícula correspondiente que indica el modo en que se lleva a cabo la regulación y el control de su práctica.
La oportunidad del Día Nacional del Psicólogo que de por sí es la habitual ocasión de festejo y congratulación dentro del cuerpo profesional, pensamos que también debe ser propicia para reiterar los reclamos que nuestro sector, como parte de la comunidad tiene en lo que respecta a sus reivindicaciones específicas, especialmente de mejora salarial, de mayor presupuesto en salud para la estabilidad de los cargos existentes y la creación de otros a fin de que efectivamente se pongan en funcionamiento los diversos dispositivos de atención que la ley de salud mental de la provincia establece y de actualización de honorarios en las prestaciones psicológicas de las obras sociales.
Pero no quisiéramos puntualizar nuestro reclamo sólo en las reivindicaciones mencionadas; los requisitos de legalidad y fundamento académico con actualización permanente de los conocimientos científicos que se le reclama a nuestra profesión no se hace extensivo a la multiplicidad de ofertas pseudopsi que sobreabundan hoy de manera indiscriminada sin ningún tipo de control ni regulación legal, la mayoría de ellas totalmente ajenas a la convalidación académica, lo que produce serio riesgo en la comunidad. Igualmente, merece nuestro más firme reclamo la permisividad que el Estado tiene en la autorización de tecnicaturas referidas a prácticas pertinentes a nuestro campo laboral indicadas en las incumbencias de nuestro título de grado universitario y en consecuencia de idoneidad del psicólogo como también en la autorización de nuevas carreras de grado como es el caso de psicólogo social o eventualmente de operador en psicología social como puede ocurrir en la Provincia de Buenos Aires conforme a un anteproyecto de ley presentado en las cámaras legislativas de esa provincia. Junto con nuestra Federación Nacional y todos los Colegios de Psicólogos y Facultades de Psicología tanto públicas como privadas consideramos de suma gravedad esta eventualidad, ya que ha quedado establecido de manera científica y se ha expresado de esa forma en todas las leyes del ejercicio profesional de la psicología que la psicología social es un área de aplicación profesional de la disciplina psicológica por lo que su desconocimiento sería un contrasentido de carácter científico y legal y un grave desconocimiento al carácter de título único de grado como es el de psicólogo o licenciado en psicología.
Al querer unir celebración y reclamo en la conmemoración de nuestro día deseamos mantener vigente aquella marca inicial con la que los primeros egresados de nuestra carrera en el año 1961 nos señalaron el camino para el reconocimiento profesional y el fortalecimiento institucional.
*Presidente.
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