Las contribuciones clÃnicas que forman parte de "El padre en la adolescencia", de Sergio Zabalza; son la brújula que le permite al autor examinar, explorar e interrogar el lugar del padre en esa etapa crucial en la que todo se pone a prueba. Es asà que vemos despuntar en el libro lo que podrÃamos llamar, sin vacilación, el padre lacaniano. Zabalza pone entonces el acento en esta perspectiva, y en relación a un caso: "Para el joven ya no se trata de matar al padre porque primero hay que encontrarlo", tal como lo evoca la novela de John Irving "Hasta que te encuentre", en la que el personaje desde niño anda tras las huellas de su desconocido padre, que aún de este modo, se encuentra vivo en él. Por ello el padre lacaniano que nos recuerdan estos textos es el padre vivo del deseo.
Este modo de concebir el lugar del padre en la adolescencia pero también, el lugar del padre en la estructura , conduce al autor a considerar el lugar del psicoanalista. En el horizonte, el conjunto de estos escritos manifiestan un renovado inters en sostener que, en la práctica del psicoanálisis, se trata para el psicoanalista de una lógica encarnada.
El autor libra una definición en la que confluye todo el recorrido del texto: "La adolescencia serÃa, entonces, ese intervalo en que la ruptura de los semblantes que componen un cuerpo infantil, se precipitan hasta hacer tierra en una significación que sella una modalidad de goce bajo la forma del sÃntoma". En otros téminos, la latencia es ese tiempo de espera, pero de ninguna manera una espera congelada. Se trata más bien de una espera activa en la cual ciertos encuentros son capaces aún de producir fijaciones fundamentales en el sujeto".
*Psicoanalista.
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