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Jueves, 3 de noviembre de 2011
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Reflexiones acerca del amor y el deseo a partir de una película

Sobre el misterio del goce

En Un loco amor, de Sergio Castellitto (cuyo título original es No te muevas) un hombre exitoso se entrega a una relación amorosa casi suicida con una mujer. La historia muestra que no son los atractivos del objeto los que causan el deseo.

Por Graciela Giraldi*
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Penélope Cruz protagoniza a Italia, una mujer que sufrió violaciones y enloquece por amor.

En el Cine Club de Buenos Aires se interrogaban acerca de los motivos por los cuales el protagonista de Un loco amor (Non ti muovere, su título original, de Sergio Castellitto), Timoteo se deja arrastrar por una relación amorosa casi suicida con una mujer golpeada por la vida y de baja condición social, siendo que él dispone del éxito profesional, del amor de su bella mujer y de una alta posición social. En relación a dicho interrogante, lo que nos muestra esta historia y lo que responde el psicoanálisis desde Freud es que no son los atractivos del objeto amado y deseado los que causan el deseo del amante. Porque es evidente que no es la imagen de una bella mujer lo que despierta el deseo del lado de los hombres, incluso la belleza a veces les inhibe el deseo como le ocurre a nuestro personaje Timoteo, quien admira a su mujer en tanto que se mueve con soltura a nivel profesional, pero no la puede desear sexualmente.

En cambio, el deseo febril de Timoteo quedó ligado a Italia (personaje femenino representado por Penélope Cruz) y al recuerdo de su zapato, como también a su quedarse quieta esperándolo a él, respondiendo a la demanda del "no te muevas" que introdujo Timoteo en tanto una de sus condiciones de goce, el ingrediente especial que hacía de resorte en su interés por Italia.

No se sabe por qué el lógico título original del film: No te muevas, fue cambiado al castellano por Un loco amor, ¡como si los amores se apoyaran en la cordura y en la razón! Sabemos que todos los amores conllevan en sí algo de locura y de pasión y que detrás de cada amor hay condiciones de goce singulares que determinan la ligazón amorosa con el partenaire. Mi hipótesis es que la misma demanda: "no te muevas", resulta una condición de goce para Timoteo, quien se la dice a Italia, pero también a su amada hija accidentada.

Y ligo esta inmovilidad del objeto de interés de Timoteo a una escena infantil donde el niño se encuentra sentado a la mesa familiar cuando el padre irrumpe a los gritos diciéndole a su mujer que no la soporta a ella ni a su hijo y que se va de la casa. El niño, instantes previos a esta escena se encontraba mirando a través de la ventana a otros chicos maltratando y matando a una rana. Desconcertado por la agresión del padre, él corre afuera a buscar la rana, coloca sobre la palma de su mano ese objeto inmóvil, la mira tiernamente y luego le da sepultura.

Si pensamos a Timoteo como un caso clínico, en el cual el deseo se organiza al modo obsesivo, el "no te muevas" resalta como la condición erótica de Timoteo para poder amar a una mujer. Este caso reúne los colores freudianos porque nos enseña acerca de la oposición tajante que realiza Timoteo entre los términos de la madre y la puta o la mujer degradada socialmente.

Su propia mujer queda equiparada por él al lugar del Ideal, e Italia es ubicada por él como su partenaire del goce sexual. Apreciamos cómo Timo necesita degradar a una mujer para poder otorgarle un valor sexual.

Freud nos hablaba de los avatares de la vida amorosa de los hombres en su texto sobre una degradación general de la vida erótica. Y consideraba que para tener una vida erótica satisfactoria los hombres deben vencer el horror a la idea del incesto con la madre y el respeto a la santa hermana.

Una cuestión nodal señalada por Freud es que en toda elección amorosa intervienen condiciones de goce y que ninguna elección es igual a la de otro hombre. Y que en la vida erótica el amor hace de velo, escondiendo dichas condiciones de goce que a veces se reducen a un timbre de voz, una mirada, un zapatito. O sea que el amor vela de la buena manera las condiciones de goce que determinan cada elección que se hace del partenaire. Y si el amor es recíproco y enlaza a un hombre y a una mujer, el goce de cada sexo los separa. Vemos cómo los zapatitos que Timo le regala a Italia intervienen a la manera de un fetiche causando el deseo viril de Timoteo, como también que para desearla no necesitó enamorarse de ella. En cambio, Italia no podía gozar sexualmente de los primeros encuentros, aunque sí responder a las condiciones de goce de él: quedarse quieta, como cuando su padre la violaba siendo niña. Pero cuando él comenzó a hablarle diciéndole que la necesitaba, ella se enamoró, deseó y se entregó plenamente a Timoteo, aunque más tarde, al sentirse abandonada, enloqueció de amor y en un acto desesperado atacó a su cuerpo abortando a su hijo sin atención médica.

*Psicoanalista. Miembro EOL Rosario y AMP. Comentario presentado en Ciclo de Cine Debate Biblioteca de la EOL Rosario.

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