Como bien señala Juranville, es ese "teatro del terror" el que invade al melancólico hasta la médula, es el triunfo de la inmanencia inerte del cuerpo que lo aprisiona. Freud nos habla del triunfo del objeto. No obstante, y a partir de allÃ, emergen las siguientes preguntas: ¿qué objeto está en juego en la melancolÃa? Por otro lado, ¿Qué mecanismo? Ya Freud indicaba la dificultad para precisarlo. Sin embargo, no dejó de señalar la vÃa: la muy singular identificación que está en juego en la melancolÃa.
Dicha posición subjetiva no deja de ser una pregunta abierta, también en este otro sentido: ¿neurosis narcisista o psicosis? Las argumentaciones en favor de uno u otro de estos avatares de la estructura se reparten en desacuerdos teóricoclÃnicos inconciliables, los cuales no dejan de revelar impasses de la clÃnica. De nuestra parte no renunciamos a las fluctuaciones clÃnicas del término melancolÃa, de allà el tÃtulo de este texto donde el plural alude precisamente a estas últimas.
Ingresamos al tratamiento de esta problemática poniendo de relieve ciertos ejes diferenciales respecto del saber de la PsiquiatrÃa. En ese sentido, abordamos la cuestión de la causa, lo cual es ya interrogar el objeto e introducir por esa vÃa el tema del dolor, enlazado en primer lugar a su expresión más extrema: el de no sentir ya nada.
Sesgo este último desde el cual interrogamos, en primer término, la melancolÃa en el terreno de las psicosis, haciendo eje en el sÃndrome de Cotard que la singulariza, y a propósito del cual articulamos un fragmento clÃnico. La voz cruel del superyó, irrumpiendo desde lo real, se cifraba en cierto sujeto desde esta frase: "Dicen que no merezco vivir", y desde su dolor de existir hablaba de un "morir sinfÃnicamente", clamando a dios por su muerte.
A partir de allà un punto de inflexión se produce en nuestro recorrido, desde el cual comenzamos a interrogar la melancolÃa en el terreno de las neurosis narcisistas, intentando situar en primer término el dolor en la estructura, y su articulación al dolordesesperación propio de la melancolÃa. Antes de pasar a su diferenciación respecto de la posición del sujeto en el duelo, abordamos el lugar intervalar de la angustia en la constitución del objeto, es decir, en la cesión del objeto. "En mà todas las funciones están mal", decÃa una paciente desde un sufrimiento infinito y desde un ser aprisionado en el cuerpo; fragmento clÃnico desde el cual pondremos de relieve las dificultades en la constitución del cuerpo pulsional.
Trabajamos luego el duelo, diferenciando allà duelo patológico y melancolÃa. Nuestro recorrido desemboca en el abordaje del mecanismo en juego en la melancolÃa, y con ello se verá desde qué articuladores teóricos pensamos la identificación melancólica. Otro fragmento clÃnico situará cómo el sujeto, desde su texto más elemental, pondrÃa de relieve el objeto que ha triunfado sobre el yo.
*Psicoanalista. Autora del libro "Ser nada, formas clÃnicas de la melancolÃas en psicoanálisis".
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