"Paradojas del consumo. Reprimir, Regular o Responsabilizar" es el t铆tulo convocante de la Jornada sobre Toxicoman铆a y Alcoholismo que se llevar谩 a cabo este s谩bado 8 de noviembre, de 8.30 a 14.30 en la Secci贸n Rosario de la Escuela de la Orientaci贸n Lacaniana. Participar谩n del debate los integrantes del TyA de la Argentina, Elvira Dianno y Sabina Serniotti de Santa Fe, Jorge Castillo de C贸rdoba, Claudio Spivak, Jazm铆n Torregiani, Mariela Coletti y Cecilia Fava de Buenos Aires, Gustavo Mastroiacovo, Daniel Senderey, Daniel Perretta, Ignacio Rodr铆guez, Ra煤l Vera Barros, H茅ctor Tarditti y Susana Colabianchi, entre otros, de Rosario.
Nos convocan las paradojas por tratarse de un concepto preciso y profundo que refleja lo complejo de la problem谩tica del consumo de drogas. Problema social que no responde al paradigma de problemasoluci贸n y que plantea m煤ltiples callejones sin salidas y contradicciones. Nos encontramos en una 茅poca en que el s铆ntoma paradigm谩tico es la adicci贸n, el consumo, la dependencia no s贸lo de sustancias sino de cualquier actividad. Es la 茅poca de la adicci贸n generalizada. El s铆ntoma es el consumidor, lo que evidentemente es consecuencia de su promoci贸n, hasta los estados dicen abiertamente que necesitan que haya consumo para que el sistema marche.
El problema es que con la industrializaci贸n la maquinaria es cada vez m谩s veloz y se termina devorando a la naturaleza y a los propios consumidores. Ac谩 tenemos otra paradoja, la de los consumidores consumidos. 驴Qu茅 vemos cuando observamos a un adicto?... que est谩 consumido. Es la trampa o la ignorancia del adicto, que cree que con la droga es rebelde, se opone o est谩 al margen de lo que se impone socialmente y no se da cuenta que est谩 en el centro, que es el mejor adaptado.
Preocupados por la proliferaci贸n de la violencia y el narcotr谩fico que viene asolando a nuestra ciudad y al pa铆s en general, los psicoanalistas que venimos trabajando desde hace a帽os en el tema nos vemos en la responsabilidad de tomar la palabra en funci贸n de nuestro saber y experiencia.
Evidenciamos que las pol铆ticas prohibicionistas basadas en la represi贸n y criminalizaci贸n de la droga han fracasado. Las pol铆ticas de guerra contra las drogas o de tolerancia cero han mostrado ser in煤tiles y han provocado costos econ贸micos inmensos, que podr铆an ser destinados a educaci贸n y salud, y muertes fundamentalmente en los sectores m谩s vulnerables.
Notamos que las drogas han existido siempre y el objetivo de erradicarlas totalmente es una utop铆a absurda, es como querer erradicar la prostituci贸n, y recordamos lo que Freud nos ense帽aba en el Malestar en la Cultura, que todos los pueblos siempre han reservado un lugar para las drogas en su econom铆a libidinal.
Los efectos de la guerra a las drogas han sido el aumento del crimen, la expansi贸n de la violencia en j贸venes y pobres, la persecuci贸n y extorsi贸n del toxic贸mano, corrupci贸n de los funcionarios y el debilitamiento del sistema democr谩tico. Perseguir al toxic贸mano, estigmatizar y segregar, no debilita a las mafias. Frente a este escenario es necesario dejar de lado temores y prejuicios ideol贸gicos y plantearse un cambio de paradigma.
Sin dudas que la despenalizaci贸n permitir铆a que el enfermo sea alojado en el sistema de Salud P煤blica y no en el penitenciario, que se deje de hacer un tratamiento por la v铆a del s铆ntoma social emergente, y se asuma la responsabilidad del tratamiento de las causas. De lo contrario se hace maquillaje persiguiendo al adicto y no se toman medidas sobre el negocio de la droga y el crimen organizado.
Aunque despenalizar el consumo personal es una medida intermedia entre la prohibici贸n y la legalizaci贸n, que tambi茅n es criticada por algunos sectores porque perpet煤a lo clandestino de la venta. Un paso m谩s ser铆a animarse a evaluar los alcances y consecuencias de la legalizaci贸n regulada, como se hizo en Uruguay por ejemplo, con controles y restricciones seg煤n la percepci贸n de riesgo y con advertencias m茅dicas como se hace con otros f谩rmacos. Esto implicar铆a asumir que las drogas existen y que es necesario un marco legal que regule, sin llegar a la liberalizaci贸n sin l铆mites.
Esto significar铆a que habr铆a que aprender a convivir con ellas como se lo ha hecho con otras sustancias. Tanto la tolerancia cero por un lado como la liberalizaci贸n sin l铆mites por el otro, son dos caras locas del superyo, una es la de la l贸gica de la prohibici贸n, el deber y la culpa, y la otra es la que nos impone y exige gozar. Se trata de separarse de cualquiera de estas dos versiones que dejan expuestas a las personas y empujan a la muerte. Es tiempo de considerar cu谩l ser铆a la pol铆tica m谩s eficaz y que reduzca los da帽os.
Frente a este imposible, la recomendaci贸n es tolerarlo, convivir con 茅l por fuera de cualquier soluci贸n totalitaria. Es necesario un llamado a la humildad. No es un problema que tenga soluci贸n por lo que se debe responder con otra l贸gica, pasar de las soluciones universales a las m煤ltiples, introducir una verdadera tolerancia con lo imposible, sin ceder ni a la resignaci贸n ni al cansancio, y manteniendo una posici贸n de modestia activa, con soluciones multidisciplinares.
* Psicoanalista, Adherente de la Escuela de la Orientaci贸n Lacaniana y Responsable del TyA - Rosario
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