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Jueves, 22 de enero de 2015
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El goce más allá del Edipo en las mujeres

Investigar las nuevas sexualidades

Por Silvia Baudini*

El término feminización del mundo que Miller hizo resonar, ubica la problemática de lo femenino en el centro de nuestro interés. Ese término va a la par de lo que conocemos como la caída de la virilidad y el desfallecimiento de lo simbólico y del Nombre del Padre.

Lacan arriba, despegándose con esfuerzo de sí mismo -dice Miller-, a la ultimísima enseñanza pensando un goce más allá del Edipo, y esto a partir del goce femenino, al que primero ubicaba ligado a lo pre edípico en el Seminario 4, y allí nos dice que hasta la entrada del Edipo todo es sencillo para la niña. Es en el Edipo donde la cosa se complejiza.

De este modo, el goce femenino conduce a Lacan a pasar de un goce que para alcanzarse debe primero rechazarse, lógica de la prohibición y el permiso, es decir el Edipo y la ley paterna, a un goce que no necesita pedirle permiso a nada para existir. Un goce positivizado. Miller afirma en el Capítulo 5 de su curso inédito "El ser y el Uno", que Lacan no desmintió la interdicción, pero aisló una fracción de goce que no responde al esquema "rechazar para alcanzar". Esta fracción de goce es la que puede reconocerse a partir de pensar el goce femenino. Lo que no quiere decir que sólo sea patrimonio de las mujeres. Este goce es insimbolizable, indecible y guarda afinidad con el infinito.

El matrimonio igualitario abre la puerta a la legalidad de la paternidad en parejas del mismo sexo, y también a los hijos monoparentales. Es así como se define Xavier Dolan, joven cineasta canadiense premiado varias veces en Cannes y realizador de films tales como He matado a mi madre, Amores imaginarios, Laurence anyway y Mommy. Una filmografía donde podemos reconocer el tema de las sexualidades en plural.

Del "¿qué quiere la mujer?" freudiano al empuje a la mujer del primer Lacan, pasando por la identificación fálica en la histeria, la conversión como rechazo del cuerpo, la conceptualización del goce femenino, la mujer como síntoma "síntoma de otro cuerpo", tenemos una gradación conceptual que nos permite investigar a las nuevas sexualidades. ¿Se sostienen aún las formulas de la sexuación? ¿Podemos seguir afirmando que hay dos posiciones, hombre y mujer? ¿Cuál es el real con el que nos enfrentemos en la época", ¿qué real para el siglo XXI en lo tocante a lo real del sexo?.

*Bordes de lo femenino en las Jornadas de la EOL en Córdoba/2014. Párrafos escogidos de la Presentación XXIII Jornadas EOL.

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