El Taller de cine es uno de los espacios de formación que la Escuela de Psicoanálisis Sigmund Freud-Rosario propone a quienes estén interesados en los cruces entre el discurso del psicoanálisis y el discurso del arte. Es un dispositivo que consta de dos momentos: el primero, abierto a la comunidad y gratuito, consiste en la proyección de una pelÃcula acompañada por una breve presentación que acerca algunas claves de lectura. El segundo momento es el tiempo del trabajo crÃtico/clÃnico: tomamos tres encuentros en la sede de la Escuela para desarrollar los interrogantes suscitados por la pelÃcula, y para poder plantearnos, además, algunas de las dificultades que nos ofrece la práctica.
Este año, el Taller de cine vuelve con la propuesta -en su cuarta edición- de acercarnos, por medio de las proyecciones, a los tiempos turbulentos de la pubertad y de la adolescencia. A ellas nos asomamos desde el 2013 a través de una filmografÃa cuya intensidad y complejidad estimularon el trabajo posterior, con el plus de que muchas de las pelÃculas no habÃan pasado por el circuito comercial, o lo habÃan hecho fugazmente. Esto no es un detalle menor; nos autorizamos a seleccionar materiales que interrogan a través de estéticas novedosas.
Entonces decimos: no pasamos pelÃculas (daremos algunas razones). La primera: tiene que ver con los tiempos que corren, y con lo que pasa, nos pasa y no pasa en ellos. En una época donde lo nuestro es pasar, tantas veces puro pasar sin hacer caminos ni siquiera sobre la mar (Antonio Machado 'reversionado'), el Taller de cine propone trabajar con imágenes que no pasan, si pasar estuviera asociado a la condición de fugaz.
La segunda tiene que ver con una posición: pasar pelÃculas puede presuponer a alguien que espera algo para ver. Como dice Ranciére en El espectador emancipado (lo dice sobre el teatro, pero nos tomamos la atribución de ampliar el campo de su palabra) el Taller entiende al cine como un espacio de acción llevada a su realización por unos cuerpos en movimiento frente a otros cuerpos vivientes que deben ser movilizados. Cuerpos, sigue Ranciére, que pueden haber renunciado a su poder. Pero ¡cuidado!, sólo por poco tiempo. Después este poder es retomado, reactivado en la performance de los primeros, en la inteligencia (...) y en la energÃa que ella produce. ¿Acaso no es ésta la virtud original de un espectáculo? El Taller de cine propone no ya un espectador, sino un sujeto que, en lugar de ser seducido por las imágenes como un voyeur, sea un participante activo subvirtiendo la dormidera de la mera observación, para pasar de ver a mirar.
La tercera: El Taller de cine no pasa pelÃculas porque está organizado dentro de los espacios clÃnicos -en las propuestas de la EPSFRos- por esa afinidad entre la crÃtica y la clÃnica, ambas como espacios de reflexión sobre prácticas culturales y psicoanalÃticas; en él nos dejamos enseñar por las emergencias artÃsticas (como ya lo hacÃan Freud y Lacan), e intentamos poner a dialogar nuestros interrogantes con una producción simbólica (en este caso el cine, pero no sólo) y algunos conceptos del psicoanálisis. Las proyecciones del Taller de cine de la EPSFRos tendrán lugar en el ECU (Espacio Cultural Universitario). La primera será Mommy, de Xavier Dolan, el miércoles 20 de abril a las 19:30.
*Miembro EPSFROS.
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